Esqueletos diminutos y Evolución humana___________
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por W. R. Barnhart |
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Recientemente saltaron a los titulares dos noticias acerca de restos humanos. La primera se refiere a un grupo de diminutos esqueletos que se descubrieron en el Pacífico Sur, en la isla indonesia de Flores, siendo el esqueleto más completo el de una hembra designada como Liang Bua, nombre abreviado como LB1, por el nombre de la cueva donde se encontró su esqueleto.1 La excavación de esta cueva estuvo financiada en gran parte por Un artículo
en Nature que describía la relevancia
de los fósiles de Indonesia afirmaba: Los fósiles de Flores
añaden una nueva y sorprendente ramita al árbol de familia de los homíninos,
que divergió del linaje de los chimpancés hace alrededor de 7 millones de años.
Hace unos 2,5 millones de años había emergido nuestro propio género, el Homo, con su diferente forma corporal,
crecimiento más lento, mayor recurso a la carne en la dieta, y «encefalización»
— cerebros mayores de lo esperado para el tamaño del cuerpo.1 Son las características
que esperaban que exhibiese un antecesor de los humanos modernos. En lugar de ello
encontraron el material designado como LB1, que en informes más popularizadores
se llegó a conocer como «los hobbits», «una especie humana completamente nueva
para la ciencia». Con una designación como nueva especie, el Homo
floresiensis, se la ha designado como «la especie humana más diminuta jamás
descubierta».3 Este diminuto material humano fosilizado se dató como
de una antigüedad de solo 18.000 años, un punto en el tiempo inadecuado para
que estas características concuerden con la narrativa darwinista. Con unas
destacadas arcadas superciliares, se parece al Homo erectus, una especie
que los darwinistas sitúan mucho más atrás. Pero, en una clasificación que
aparentemente se basa solo anatómicamente en el tamaño, En tanto que la población de los diminutos humanos (se cree haber identificado partes de 7 individuos) puede ser inusual, no son un caso único. Como ya se ha mencionado, se encontró parte de un cráneo de un tamaño similar con una arcada superciliar agrandada en Olorgesailie, Kenia. Este también se designa como Homo erectus, pero se le asigna una edad de aproximadamente 990.000 años. Y, en contra de la pretensión de que «no hay esqueletos humanos tan pequeños», existen esqueletos modernos de diminutos humanos en este mismo margen de tamaños. ¿Qué clase de dificultad encuentran los darwinistas en los fósiles LB1?
También se observan unas
diferencias distintivas en la mandíbula (el maxilar inferior). En la parte
frontal donde se unen las dos mitades de la mandíbula, el mentón se atrasa y
los incisivos inferiores se proyectan hacia arriba en un arco que comienza en
los premolares. Esto queda mayormente reflejado por los dientes superiores en
el área de los premolares y de los caninos, y produce probablemente una mayor
sobremordida de los incisivos superiores. Los incisivos superiores son los
únicos dientes que faltan en el espécimen y por ello es imposible una
evaluación completa. Las esquinas traseras de la mandíbula están redondeadas y
se proyectan a una distancia más corta de lo normal por detrás del arco
zigomático. Este redondeado con el mentón empujado hacia arriba produce una
forma distintiva del arco en la vista de perfil de la mandíbula. Estos mismos tipos de
cambios alométricos aparecen en los cráneos de perros que se crían para caras
achatadas. El pequinés, el doguillo, el terrier de Boston y el bulldog tienen todos ellos
una cara «de plato» con un hocico acortado. La cara de plato produce un arco
dentario y una mandíbula en arco similares en estas razas. Debido a que esta
misma proporción se encuentra en algunos perros grandes y pequeños, y sin
embargo no se encuentra en todos los perros miniaturizados, por ejemplo en el
Chihuahua y en el caniche, debe ser producida por un gene diferente que el
correspondiente al tamaño corporal. La justificación para la
arcada frontal agrandada en LB1 aparece en el perro pequinés. La arcada frontal
del perro no está agrandada y esta raza se conoce por el peligro que tiene de
que los ojos salten de las órbitas debido a un golpe en Muchos de los rasgos fósiles
de LB1 se encuentran también en el más célebre de los hombres bajos de la
historia, Tom Thumb. Se llamaba Charles Sherwood Stratton (1838-1883), y
posteriormente exhibido como General Pulgarcito por el Circo P. T. Barnum,
creció hasta una altura de ![]()
Fotografía procedente de la
Sección de Ilustraciones y
fotografías de la Biblioteca del Congreso, Washington, DC. En tanto que el cerebro
de Stratton debe haber tenido un volumen muy reducido, nunca hubo ninguna duda
de que mentalmente era tan capaz como cualquier otro ser humano. A los seis
años de edad, con una estatura de En cambio, hablando de
LB1, leemos: El enanismo del Homo floresiensis es además espectacular, dando como resultado el Homo
adulto, y posiblemente el homínino
adulto, más bajo. Cosa sumamente significativa, las proporciones relativas del
tamaño del cerebro y del cuerpo indican que la reducción de tamaño era más pronunciada en el cerebro que en el
cuerpo, de modo que evidentemente surgió un descendiente no encefalizado de
un antecesor no encefalizado. Esto suscita muchas cuestiones acerca de la
encefalización y de la conducta de los homíninos.1 (Énfasis
añadido.) Este descubrimiento fósil
suscita muchos interrogantes acerca de la historia humana y especialmente sobre
la falta de investigación en los parámetros de los rasgos de los seres humanos
vivientes. Lo que más destaca de la
anterior cita es la sugerencia de una relación absoluta entre el tamaño del
cerebro y la capacidad mental. Pero la encefalización es un enfoque
reduccionista de la actividad cerebral. Constituye un ejemplo de la suposición
de que las acciones o los pensamientos de mayor complejidad son solo resultado
de más cantidad de materia cerebral, en lugar de una organización más compleja
de dicha materia cerebral. Esto es evidentemente una excesiva simplificación de
lo que está sucediendo en el cerebro, como cualquier persona que haya sufrido
una hemisferectomía puede demostrar mediante su capacidad frecuentemente normal
para resolver problemas humanos. La alometría en los
cráneos de perros sugiere también otra consideración relevante. Un cráneo de un
perro miniatura retiene muchas de las características de un cráneo de un perro
joven. Nunca se desarrollan la cresta mayor y el agrandamiento del hueso en los
emplazamientos de unión de los músculos. El hueso queda atrapado en un período
más juvenil del desarrollo. Muchas de las características del cráneo LB1 que se
consideran primitivas en lugar de avanzadas (exhibe «una mezcla de rasgos
anatómicos primitivos y avanzados ...»3) pueden ser más debidas a
una falta de nuestra comprensión de los resultados de la miniaturización y
retención de características juveniles en el hueso (en tanto que otros órganos,
como los ojos y los dientes, siguen desarrollándose), que una evidencia
significativa de evolución. Una conclusión que puede
extraerse de LB1 es que los antropólogos que buscan explicaciones han de
considerar con mayor cuidado las poblaciones existentes, especialmente sus
extremos, y dedicar menos tiempo buscando hipotéticos “hobbits” para rellenar
los vacíos en el linaje de los homíninos. 1. Lahar, M.M. and R. Foley. 2004. Human
evolution writ small. Nature 431:1043. 2. Potts, R., A.K. Behrensmeyer, A. Deino, P. Ditchfield,
and J. Clark. 2004. Small mid-Pleistocene hominin associated with East African Acheulean
technology. Science 305:75. 3. Mayell, H. 2004. Hobbit-like human ancestor
found in 4. Morwood, M., T. Sutikna, and R. Roberts.
2005. The people time forgot. National Geographic, Abril, pp. 4-12. Título: Esqueletos diminutos y Evolución humana Autor: W. R. Barnhart SEDIN-Servicio Evangélico |
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