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Desarrollo humano

Fred Willson, M.S.[*]

Formas, números, patrones, y la Proporción Divina
en la Creación de Dios


En la creación de Dios existe una «Divina Proporción» que aparece en una multitud de formas, números y patrones cuya relación sólo puede ser resultado del omnipotente, bueno y todo sabio Dios de las Escrituras. Esta Divina Proporción —que aparece desde lo más ínfimo hasta lo más grande, en los seres vivos así como en las cosas no vivientes— revela la pasmosa obra de Dios y Su interés en la belleza, la función y el orden.


Comenzaré con las formas, y luego pasaré a considerar cómo un patrón numérico y una proporción (la Divina Proporción) forman parte inherente de estas formas y de estos patrones, y cómo aparecen por todas partes en la creación.


Comencemos con una forma con la que estamos todos familiarizados. Es la espiral que se ve comúnmente en las conchas. Contemplando cuidadosamente dicha espiral (el Nautilus con sus cámaras es probablemente el ejemplo más claro) observaremos que al ir agrandándose, retiene su idéntica forma. Por cuanto el cuerpo del organismo crece en el camino de una espiral equiangular y logarítmica, su forma nunca cambia. Esta hermosa forma recibe comúnmente el nombre de «espiral áurea».


Esta espiral es visible en cosas tan diversas como huracanes, semillas en espiral, la cóclea del oído humano, el cuerno de los carneros, la cola del caballito de mar, las hojas de los helechos en crecimiento, la molécula del ADN, las olas que rompen en la playa, los tornados, las galaxias, la cola de un cometa al enroscarse alrededor del sol, los remolinos, los patrones de las semillas o flósculos en los girasoles, las margaritas, los dientes de león, y en la construcción de los oídos de la mayoría de los mamíferos.


Esta espiral sigue un patrón matemático preciso. Primero consideraremos esta espiral en los girasoles. Al contemplar cuidadosamente un girasol, observaremos dos juegos de espirales (hileras de semillas o floretes) dispuestas en direcciones opuestas. Cuando se cuentan las hileras de espirales en cada dirección, se descubre que en la abrumadora mayoría de los casos sus números, dependiendo del tamaño de la flor, seguirán las siguientes proporciones:


flores pequeñas, 34 y 55; medianas, 55 y 89; grandes, 89 y 144


Estos números forman parte de la secuencia numérica de Fibonacci, un patrón descubierto alrededor de 1200 d.C. por Leonardo Pisano (históricamente conocido como Fibonacci). Cada número sucesivo es la suma de los dos números precedentes. La secuencia de estos números es 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, y hacia el infinito. Este patrón numérico se revela en diversas maneras a través de toda la naturaleza, como veremos.


Cuando se divide el número mayor de este patrón por el número inmediatamente menor en la serie, la razón será de aproximadamente 1,618; si se divide el número menor por el mayor inmediatamente adyacente, la razón se aproxima mucho a 0,618. Este cociente es el más eficiente de similares series numéricas.


Belleza


¿Por qué Fidias —el escultor griego— y otros en los antiguos países de Grecia y Egipto usaban a menudo esta razón en el diseño de muchas de sus obras de arte? Porque se había descubierto que esta razón era sumamente atractiva para el ojo humano; produce lo que se conoce como el Rectángulo Áureo. Si el lado corto del rectángulo es 1, el lado largo será 1,618. Esta forma rectangular se aproxima al patrón usado para el diseño del Partenón de Grecia, y para muchas de sus numerosas imágenes, de sus muchos vasos, portales, ventanas, estatuas, etc., e incluso para ciertos parámetros de la Gran Pirámide de Egipto. El edificio de las Naciones Unidas es un rectángulo áureo. Muchas de las cosas que usamos se diseñan de manera que se aproximan al rectángulo áureo: las tarjetas de crédito, los naipes, las placas de los interruptores, los blocs para escritura, etc.1


Artistas como Leonardo da Vinci, Van Gogh, Vermeer, Sargent, Monet, Whistler, Renoir y otros empleaban la proporción áurea en muchos de sus trabajos. Tomaban «un caballete en blanco y lo distribuían entre áreas basándose en las proporciones áureas para determinar la situación de los horizontes, de los árboles, etc.».2 ¿Por qué la proporción dorada? Las formas artísticas pueden tener bien una simetría estática, bien dinámica. En la simetría estática, las líneas poseen unas medidas determinadas, mientras que en la simetría dinámica lo que recibe énfasis es la proporción de las áreas. Implica «crecimiento, poder, movimiento. Da animación y vida a la obra del artista ... en lugar de dar un efecto de quietud y silencio»3 de la simetría estática. Éste es el atractivo de la proporción áurea.


Otra área de enorme interés es la aparición de la secuencia de Fibonacci en la disposición en espiral de las hojas alrededor de tallos de plantas (conocido como filotaxis). Este patrón en espiral se hace evidente al contemplar el tallo directamente desde encima, y observando el arco que el tallo forma desde la base de una hoja a la siguiente, y la fracción de la circunferencia del tallo que queda inscrita. En cada caso, los números pertenecen a la sucesión de Fibonacci. Ejemplos: En el olmo el arco es 1/2 de la circunferencia; en la haya y en el avellano, 1/3; en el albaricoquero y el roble, 2/5; en el peral y el álamo, 3/8; en el almendro y el sauce, 5/13; y en algunos pinos, bien 5/21, bien 13/34. ¿Por qué lo dispuso Dios de esta manera? Bien, sucede que este patrón asegura que cada hoja recibirá la máxima exposición a la luz del sol y al aire, con un mínimo de sombreado o de apiñamiento respecto de otras hojas.


No sólo descubrimos este patrón en las disposiciones de las hojas, sino que también se encuentra comúnmente en la disposición de muchos pétalos de flores. Ejemplos: un lirio tiene 3 pétalos, el alhelí amarillo 5, la espuela de caballero 8, la manzanilla bastarda 13, el áster 21, el piretro 34, el helenium 55, y la margarita de otoño 89. Con una tal variedad de proporciones de espirales en las disposiciones de las hojas y de los pétalos, desde luego nadie podrá aburrirse con la creación de Dios.


En el momento en que nos enteramos que la información que especifica estas espirales y estos números en los seres vivientes está almacenada en el ADN, ¿nos habría de sorprender entonces descubrir que la molécula misma del ADN tiene una anchura de 21 Ǻngstroms y que la longitud de una vuelta entera en su espiral mide 34 Ǻngstroms, ambos números de Fibonacci? La molécula de ADN es literalmente una larga secuencia de rectángulos áureos.4


Examinemos ahora el ámbito de las cosas muy pequeñas y de las muy grandes. En el mundo de los átomos hay cuatro asimetrías (la estructura de los núcleos atómicos, la distribución de los productos de fisión, la distribución de los números de los isótopos, y la distribución de las partículas emitidas), y es significativo que «los valores numéricos de todas estas asimetrías son aproximadamente iguales a la «razón dorada», y que la cantidad que forma estos valores es a veces números de Fibonacci o «casi» números de Fibonacci».5 En los estados cambiantes de una cantidad de átomos de hidrógeno, al ir los átomos ganando y perdiendo energía radiante en niveles sucesivos de energía, la proporción cambiante de las historias de los electrones atómicos forman números de Fibonacci.6


En el ámbito de fenómenos muy grandes, cuando se compara el período temporal de la revolución de cada planeta alrededor del sol en números redondos con el del planeta adyacente, ¡sus fracciones son números de Fibonacci! Comenzando con Neptuno7 y pasando hacia el interior en dirección al sol, las razones son 1/2, 1/3, 2/5, 3/8, 5/13, 8/21, 13/34. ¡Son las mismas que en la disposición en espiral de las hojas en las plantas!


Revolución de los planetas en días y su correlación con las
secuencias de Fibonacci y con las disposiciones en espiral de las hojas en las plantas8
 

 

Observado

(teórico)

Razón

Plantas

(Plutón)

90.000

 

(2:3 Neptuno)

Neptuno

60.193

62.000

 

Urano

30.688

31.000

1:2

Olmo

Saturno

10.670

10.333

1:3

Haya

Júpiter

4.332

4.133

2:5

Albaricoquero

Asteroides

1200-2000

1.550

3:8

Peral

Marte

687

596

5:13

Almendro

Tierra

365

366   8/13

 

8:21           

Venus

225

277 13/21

 

Pino

Mercurio

88

87

13:34

Pino


Algunos creacionistas han teorizado que alguna fuerza cósmica, probablemente en relación con los tiempos del diluvio de Noé, alteró el sistema solar, especialmente desde Venus hasta el cinturón de asteroides. Esta puede ser la explicación de los únicos ajustes teóricos significativos en la tabla: Marte (687 a 596), y Venus (225 a 277); el resto están muy cercarnos a la realidad. Incluso con estos dos ajustes, la correlación del patrón de Fibonacci con los tiempos del período de los planetas va mucho más allá de un mero azar. Es un ejemplo adicional de la maravillosa y divina disposición matemática de la creación por parte de Dios. Que no sea perfecta va con el hecho de que aunque el pecado de Adán afectó a la totalidad de la creación (Romanos 8:22), pero en Su bondad Dios no ha permitido que el pecado borre todas las señales de Su gran obra creadora (Salmo 19:1).


Una divergencia sumamente interesante en la tabla es la de la Tierra. Como el siguiente planeta en la serie después de Marte, su número debería ser 8:21, pero no lo es. Este número «salta» sobre la tierra y se relaciona con Venus. Incluso con esta divergencia descubrimos que el período de la Tierra en comparación con Marte y Venus son números de Fibonacci (8/13, 13/21). Soy de la opinión de que esta anomalía es prueba divina de la singularidad del planeta Tierra en relación con todo el cosmos. También cumple otra condición, porque esta «anomalía» destruye el big bang y la hipótesis nebular, porque si todos los planetas se hubieran formado a partir de una nube en rotación de polvo y átomos, esta característica no estaría presente. La observación de que los tiempos de revolución de los planetas alrededor del sol se correlacionan con la disposición de las hojas alrededor de sus tallos es también algo pasmoso.


Estas formas, estos números y esas espirales, y la proporción divina, se repiten constantemente en su presencia a través de toda la creación. Se encuentran tanto en seres vivientes como en fenómenos del mundo físico. Su simetría, belleza y precisión matemática se hacen patentes en cada aspecto de la naturaleza. Aunque la perfección absoluta no se encuentra en todo lo anterior (debido a los efectos del pecado de Adán), su misma presencia en prácticamente todo lugar y en todo es un poderoso argumento en contra de su origen por un ciego azar o por procesos evolutivos. La única conclusión racional es que el Creador del universo es un Ser personal e inteligente que creó estas cosas como una huella visible de Su existencia personal, aunque invisible. Este gran, sabio, poderoso, creativo y soberano Dios de la creación es Aquel que se revela en la Biblia, de quien se puede decir: «Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos» (Job 37:5). Él es digno de toda adoración. ¿Y cuál es Su nombre? El Señor Jesucristo. «Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas» (Apocalipsis 4:11).


Referencias


  1. Trudi Hammel Garland, Fascinating Fibonaccis, Dale Seymour Publications, 1987, p. 19. Disponible en: www.bbhomeschoolcatalog.com or 800/260-5461.
  2. Ibid., pp. 34, 36.
  3. Garth E. Runion, The Golden Section, Dale Seymour Publications, Palo Alto, CA. 1990, pp. 84-85.
  4. Marl Wahl, A Mathematical Mystery Tour, Zephry Press, Tucson, AZ. 1988, p. 128.
  5. J. Wlodarski, «The Golden Ratio and the Fibonacci Numbers in the World of Atoms», Fibonacci Quarterly, diciembre de 1963, p. 61.
  6. H. E. Huntley, «Fibonacci and the Atom», Fibonacci Quarterly, Diciembre de 1969, pp. 523-524.
  7. Sigue habiendo polémica acerca de si Plutón es un planeta verdadero o no. Lo sea o no, su distancia de Neptuno sigue siendo una razón de Fibonacci, aunque en la dirección opuesta.
  8. Marcius Willson, The Fourth Reader of the School and Family, Harper & Brothers, Publishers, Nueva York, 1860, p. 216.


Fuente: http://www.icr.org/article/shapes-numbers-patterns-divine-proportion-gods-cre/




* Fred Willson es el Especialista de Educación Científica a distancia de ICR.

Citar este artículo: Willson, F. 2002. Shapes, Numbers, Patterns, and the Divine Proportion in God's Creation. Acts & Facts. Impact # 354, Dec. 2002.

Este artículo se publicó originalmente en diciembre de 2002. Fuente original: http://www.icr.org/article/shapes-numbers-patterns-divine-proportion-gods-cre/ (acceso el 30 de enero de 2012). © Copyright ICR 2002. Publicado con permiso.


Traducción del inglés: Santiago Escuain
© Santiago Escuain 2012, por la traducción.
© Copyright SEDIN 2012 para el formato electrónico -  www.sedin.org. Este texto se puede reproducir libremente para fines no comerciales y citando la procedencia y dirección de SEDIN, así como esta nota en su integridad.

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