A. W.
Mehlert
Enigmas y
Misterios
ADN
MITOCONDRIAL Y LA UNIDAD DE LA RAZA HUMANA
SALLY MACMILLAN (1987) informaba en un
diario australiano que los bioquímicos Wilson y Stoneking de la
Universidad de California, Berkeley, han estudiado el ADN mitocondrial
de 147 mujeres de todas las razas del mundo. Trabajando en base de la
presuposición de que el ADN muta a una tasa constante conocida,
el equipo hizo el mapa de una genealogía genética
(árbol genealógico) vinculando a todos los humanos
modernos con una sola antepasada hembra que se alega vivió en
Africa entre unos 140.000 y 280.000 años atrás. El
informe dice que la nueva teoría no contradice la evidencia
fósil. Se cita a Wilson en el sentido de que seres anteriormente
considerados como antepasados del hombre que vivieron hace más
de 280.000 años, como Homo erectus (Hombre de Java, Hombre de
Pequín, etc.) no contribuyeron para nada a los humanos modernos.
Los famosos pretendidos hombres-simios, los australopitecos, incluyendo
a Lucy y afarensis, quedan por ello automáticamente excluidos
del linaje humano, por cuanto vivieron antes del límite de
280.000 años establecido en la investigación.
Es
innecesario decir que la nueva teoría ha desagradado a muchos
antropólogos que dicen que no pueden concebir que todos los
humanos surgieran de una sola hembra, y que por ello todos los seres
humanos estén relacionados entre sí. ¡Excepto por
la escala de tiempo, la teoría suena notablemente semejante a la
sencilla declaración de la Biblia, capítulos uno y dos de
Génesis!
SOBRE
EL ORIGEN DEL UNIVERSO
ALAN GUTH, profesor de
astrofísica en el Instituto de Tecnología de
Massachusetts, dice que el universo se expandió a su presente
tamaño y estructura de estrellas y galaxias no a lo largo de
entre 10 y 20 mil millones de años, como se ha estado afirmando
hasta ahora casi de manera dogmática, sino ¡en una
centésima de mil milllonésima de billonésima de
segundo! Dice Guth: «...todo el proceso duró menos de un
segundo». Hasta ahora, los astrónomos y físicos nos
han asegurado solemnemente que el llamado Big Bang (Gran Estallido) que
supuestamente ocurrió hace miles de millones de años
precisó de todo este tiempo para expandirse hasta adquirir su
actual tamaño y configuración, y que por ello la
«evolución» de las galaxias fue un proceso
increiblemente largo y lento. Ahora Guth nos dice que tuvo lugar en una
fracción de segundo, y que se expandió a una velocidad
más de cien veces la de la luz.
Es de conocimiento común que la antigua
teoría del Big Bang entraba en conflicto de
muchas maneras con las leyes conocidas de la física, y la nueva
formación «instantánea» es vista ahora como
una singularidad: vence la mayoría de las objeciones de la vieja
teoría. Una vez más, ¿no se parece esta
teoría extraordinariamente al Génesis? ¡Toda la
creación del universo tuvo lugar en una fracción de
segundo, tal como lo dice la Biblia!
Tony Osman (1987) del Sunday Times cita al
doctor Rowan-Robinson del Queen Mary College de Londres diciendo:
... la fuerza simple que debe haber prevalecido al principio
llegó a ser las cuatro fuerzas que conocemos hoy: la gravedad,
el electromagnetismo, la radioactividad, y la fuerza que mantiene unido
el núcleo del átomo.
Parece
que hasta los científicos materialistas están
viéndose llevados por las llanas leyes de la física a una
posición no disimilar a la descripción bíblica de
la Creación.
MÁS
SOBRE EL ORIGEN DEL HOMBRE
EL PALEONTOLOGO californiano Pat Shipman
(1986) informaba acerca del descubrimiento de un cráneo de
australopiteco catalogado como KNM-WT 17.000, al que se le asigna una
edad de 2.5 millones de años.
El
cráneo tiene unas características tales que han hecho
saltar por los aires el actual escenario de la evolución humana.
Dice el reportaje: «Ya no sabemos quién dio origen a
quien—quizá ni siquiera cómo o cuando llegamos a
surgir». Las características del nuevo cráneo
contradicen virtualmente todas las ideas anteriormente consideradas
como verdad revelada con respecto a la evolución humana. Shipman
examina las alternativas disponibles para ayudar a reconciliar las
discrepancias resultantes del hallazgo del nuevo cráneo. Cada
una de las tres posibilidades suscita enormes dificultades para la
postura de la evolución humana, y una de ellas involucra la
aceptación de lo que algunos expertos ya conceden, que el famoso
grupo Lucy/afarensis no es una especie, sino una combinación de
dos o más especies diferentes.
Shipman
se siente impelido a afirmar abiertamente en la página 93 que:
...podríamos decir que no tenemos evidencia alguna
acerca de dónde surgió el Homo, y eliminar todos
los miembros del género Australopithecus de la
familia homínida ...
Shipman
admite que «cambiar las ideas es más doloroso que mudarse
de casa».
El
dilema que el cráneo WT 17.000 les ocasiona a los evolucionistas
es extremadamente penoso, y sea cual sea la ruta que tomen los
evolucionistas, se enfrentan con contradicciones y enigmas para los que
no hay respuesta. El trabajo de Shipman es muy de recomendar para su
estudio por parte de los creacionistas. Una vez más se confiesa
que no se sabe de dónde surgió el Hombre.
Se debe observar también que ha habido
evolucionistas que se han visto obligados a admitir su total
incapacidad de explicar el origen del sexo. El respetado experto
británico Michael Rose (1986) hizo la
siguiente confesión:
La evolución del sexo es uno de los principales
problemas irresueltos de la biología. Incluso los que tienen
suficiente moral para publicar acerca de este tema admiten
frecuentemente de una manera abierta que tienen poca idea acerca de
cómo se originó el sexo o se mantiene. Esto es cosa
suficiente para alentar a los creacionistas.
Referencias
Anónimo, 1986. Boffins wrestle with secrets of
universe. Brisbane Courier Mail. 20 de diciembre, pág.
8. Vuelve a texto
MacMillan, S. 1987. African mother of mankind, study
claims. Brisbane Daily Sun, 3 de enero, pág. 12. Vuelve a texto
Osman, T. 1987. Scientists see light on the big bang. Weekend
Australian, 3 de enero, pág. 11. Vuelve a
texto
Rose, M. Slap and tickle in the primeval soup. New
Scientist 112(1532):55. Vuelve a texto
Shipman, P. 1986. Baffling limb on the family tree. Discover
7(9):87-93. Vuelve a texto
Contribuido por A. W. Mehlert
P.O. Box 30
Beenleigh, Australia 4207
Fuente:
CRSQ 24(12):156-157 (Diciembre 1987).
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© SEDIN 1997
Traducción del inglés: Santiago Escuain
© Santiago Escuain 1997, por la traducción
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www.sedin.org. Este texto se puede reproducir libremente para fines no
comerciales y citando la procedencia y dirección de SEDIN,
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