Mark Albrecht
Brooks Alexander
Woodrow
Nichols
LOS OVNIS Y LA NUEVA CONCIENCIA
Traducción del inglés:
Santiago
Escuain
ÍNDICE
- El moderno Prometeo: La
ciencia-ficción y la nueva conciencia
Woodrow Nichols y Brooks
Alexander
- Los OVNIS. ¿Será verdad la
ciencia-ficción?
Mark Albrecht y
Brooks Alexander
- Tanatología: La muerte y el
morir
Mark Albrecht y Brooks
Alexander
- Vida después de la
Vida
Mark
Albrecht
Introducción
Este libro es una recopilación de unos
temas de vital interés, enmarcados en lo que la Biblia dice acerca de los tales,
de la relevancia que tienen en un mundo que está siendo víctima de la
desinformación, y de la mentira del Adversario. Entre estos temas se halla el de
los OVNIS, la presencia constante de la «ciencia-ficción» como vehículo
ideológico, y las nuevas ideas sobre la supervivencia después de la muerte, que
difieren radicalmente de las enseñanzas bíblicas sobre la misma.
Los OVNIS
son entes reales, pero ¿QUÉ ENTES? En este estudio se documenta la verdadera
naturaleza de dichos entes, y sus propósitos. El primer capítulo consiste de un
estudio crítico del desarrollo del género literario (y de mass-media) denominado «ciencia-ficción» en su faceta de
orientación de la conciencia de las masas. El segundo capítulo trata propiamente
de los OVNIS y de las características que exhiben, por las cuales es posible
determinar su verdadera naturaleza y propósito. Hay también dos capítulos
examinando críticamente —desde la concepción bíblica del mundo— la obra de la
Dra. Kubler-Ross y del Dr. Raymond Moody sobre la existencia más allá de la
muerte, y las características de dicha existencia.
Santiago
Escuain
SEDIN
Apdo. 2002
08200 SABADELL
(Barcelona)
España
Nota: Estos capítulos han sido
traducidos de la publicación Spiritual Counterfeits Project
Journal,
© Copyright 1977,
SCP
Berkeley, California. Se publica con permiso.
1
El
moderno Prometeo:
La ciencia-ficción y la nueva conciencia
Pero a través del inmenso espacio,
mentes que son a las nuestras lo que las nuestras son a las de las bestias que
perecen, grandes intelectos, fríos y nada benévolos, contemplaban esta Tierra
con envidiosos ojos, y lenta, pero seguramente, preparaban sus planes cono
nosotros. Y a principios del siglo veinte llegó el gran
desencanto.
H. G. WELLS, La Guerra de los Mundos
Por vez primera en la historia desde la
Torre de Babel, la humanidad está unida en una empresa que atraviesa las
naciones, razas, culturas, y la barrera del lenguaje. La empresa científica es
una investigación en común, amoral, de los misterios del universo, y su lenguaje
universal es el de las matemáticas. Esta actividad llegó en el acto a la
categoría de mito moderno gracias a los esfuerzos de sus proponentes más
literatos y, a veces, gracias también a sus oponentes. El tipo de literatura más
responsable de haber amplificado el mito y de haberlo promulgado a las masas ha
sido, y continúa siéndolo, la ciencia-ficción. En la actualidad, con la
emergencia de la denominada Nueva Conciencia, la ciencia-ficción se halla en la
confluencia en que se unen la antigua mitología del idealismo tecnológico y una
nueva mitología basada en la validación de los fenómenos paranormales. Como un
niño abortivo, bien puede ser el caso de que el género de ciencia-ficción haya
producido la mentalidad necesaria para su aceptación como voz profética de la
Nueva Conciencia.
Este artículo consistirá en un breve repaso de algunos de
los puntos prominentes de este tipo de literatura. Veremos entonces qué
conclusiones podemos deducir que nos alertarán de los engaños del Adversario en
otra esfera de nuestra vida cultural. Viajemos a través del tiempo y vayamos a
la primera mitad del siglo diecinueve, el tiempo del padre del moderno género de
ciencia-ficción: Edgard Allan Poe.
I. ASÍ DIJO EL CUERVO
En el siglo XIX el talante científico
capturó la imaginación de todos los campos de la filosofía natural. La política
y la Teología no quedaron inmunes al marco matemático-lógico de análisis e
investigación. En esta época cada hombre de letras era un chapucero amateur en,
por lo menos, uno de estos campos, y estaba, por lo general, familiarizado con
lo que estaba aconteciendo en los otros. Así era Poe.
Poe estuvo entro los
primeros en transmitir especulaciones eruditas al público de manera accesible
—la historia corta. De hecho, la teoría que Poe mantenía de esta forma y su
perfección en su técnica fueron el resultado de su interés por la nueva
filosofía «científica». Afirmó estar guiado por un teorema espiritual que él
denominó el «principio poético». Creía que una persona guiada por este principio
será guiada infaliblemente a la verdad. La obsesión de Poe en su búsqueda de
respuestas de los misterios del universo le guió a reinos de misterio que
exploró en sus historias de intriga e imaginación.

Edgar Allan Poe
Dibujado
por Keith Criss
Los Mystery Writers (Escritores de
Misterio) de América conceden un premio cada año a la mejor obra de misterio, y
a este premio se le llama el Edgar. Poe escribió las primeras historias genuinas
de detectives; el Sherlock Holmes de Conan Doyle está basado en el Monsieur C.
Auguste Dupin de Poe. Todos los géneros de ficción actual tienen contraída una
deuda con los grandes poderes analíticos y creativos de Poe. Con su pasión por
crear el efecto apetecido, manipulando cada palabra y frase en sus esfuerzos por
lograrlo, hizo de la narración corta una forma creíble de arte. Fue
principalmente gracias al dominio que Poe logró de este género que la narración
corta llegaría a ser el vehículo de la ciencia-ficción.
Pero su magna obra metafísica es una de
sus últimas obras que escribiera antes de su trágica muerte (resultado de su
adicción al alcohol y al opio). En un poema en prosa titulado Eureka («¡Lo encontré!»), Poe bosquejó su solución al
misterio del universo, sintetizando sus especulaciones bíblicas (él era un
Sudista racista «bíblico») y el conocimiento científico Newtoniano. En su
bosquejo, se parece a las teorías del universo de Einstein. En sus implicaciones
más amplias es virtualmente un manifiesto de la Nueva Conciencia. El universo de
Poe está organizado según el principio de la «simetría». La realidad está según
él basada sobre la interacción dualista (casi Taoísta) de la «Atracción» y la
«Repulsión», las cuales forman las relaciones recíprocas de toda la materia,
espacio, tiempo, luz y gravedad. Este sentido de la simetría es básico a la
esencia poética de ambos el universo y el Hombre. Así, según él, poesía y verdad
son cosas idénticas. En palabras de Poe: «Podemos aceptar como cosa evidente que
el Hombre no puede equivocarse extensamente o por largo tiempo, si permite ser
guiado por su instinto poético, el cual he mantenido que es fidedigno, al ser
simétrico». Siguiendo su instinto sin dudar, Poe llega a la conclusión de su
obra, una conclusión que podría haber sido sacada verbalmente de las escrituras
del misticismo del Extremo Oriente:
Lo que llamáis el Universo de las
Estrellas es tan sólo su existencia actual expansiva (de Dios). Él siente ahora
su vida a través de una infinidad de placeres imperfectos —los placeres
parciales y mezclados con dolores de aquellas cosas inconcebiblemente numerosas
que designáis como criaturas de él, pero que son en realidad individualizaciones
infinitas de Sí mismo... Estas criaturas son, todas ellas, de manera más o menos
clara, Inteligencias conscientes; conscientes, primeramente, de una identidad
propia; conscientes, también, y ello por débiles e indeterminados vislumbres, de
una identidad con el Divino Ser de quien hablamos —de una identidad con Dios...
Pensad en que el sentido de la identidad individual quedará gradualmente
disuelto en la conciencia general —que el Hombre, por ejemplo, cesando
gradualmente de sentirse a sí mismo como Hombre, llegará a aquella época
abrumadoramente triunfal en la que reconocerá su existencia como siendo la de
Jehová. Entre tanto mantened en vuestros pensamientos que todo es Vida-Vida-Vida
dentro de la Vida; la menor dentro de la mayor, y todas dentro del
Espíritu Divino.
En su nota final, él explica que a fin «de
que Dios pueda ser todo en todos, cada uno debe llegar a ser Dios». Tan solo nos
queda esperar que el señor Poe realmente fuera sincero cuando dijo sus últimas
palabras: «Señor, ayuda a mi pobre alma».
II. PRECURSORES
Dos devotos discípulos de Poe han
proyectado su influyente genio en la ciencia-ficción: Julio Verne (padre de la
ciencia-ficción tradicional «orientada científicamente») y H. P. Lovecraft
(padre de la ciencia-ficción «fantástica» ocultista). Ambos autores escribieron
secuelas a la narración de Poe, Narrative of Arthur Gordon Pym of
Nantucket (Aventuras de Arthur
Gordon Pym). Verne declaró que Poe era su mentor y estaba verdaderamente
obsesionado con la inventiva imaginación de Poe. Todas sus fantásticas historias
de increíbles viajes deben su creación a esta chispa creadora de Poe.

H. G. Wells
Dibujado
por Keith Criss
Antes de que pasemos a Lovecraft, es
esencial mencionar a por lo menos otros tres escritores de literatura
científica: Karl Marx, H. G. Wells, y Olaf Stapledon. Aunque muchos encontrarán
la idea bastante extraña, se puede considerar al Manifiesto Comunista como un clásico de todos los tiempos de
ciencia-ficción —o por lo menos de ciencia hecha ficción. En esta obra, la
historia, la política, la sociología y la cosmología son todas reducidas a
materialismo científico —tan solo hay que eliminar el Espíritu Divino de la obra
de Poe, reemplazarlo con un proceso impersonal histórico dialéctico (tomado del
«Espíritu del Mundo» de Hegel), y queda evidente que Marx propone un esquema de
valores últimos que, aunque es falso (o ficticio), se reviste de «científico».
Marx fue el portavoz del Socialismo Continental. H. G. Wells fue el escritor de
la escuela inglesa de los Fabianos. Tomó los ángeles caídos de la Biblia y los
colocó en Marte, y adaptó el capítulo sexto de la carta del apóstol Pablo a los
Efesios en términos evolucionistas y racionalistas para producir The War of the Worlds (La Guerra de los Mundos). Su Time Machine (La Máquina del Tiempo) es una de las más grandes
historias de todos los tiempos en su combinación de sentido artístico,
imaginación e ideología. Vio en la ciencia-ficción el medio de propagar su
socialismo, y se constituyó a sí mismo como el «guru» de la ciencia-ficción «con
mensaje». El hombre, desde su punto de vista, es una criatura en evolución, y su
fin el llegar a un estado de existencia suprahumana, divina. La ética moral de
la Biblia, basada en conceptos «acientíficos», queda descartada, y la reemplaza
por la moral de Nietzsche, la del Anticristo —la moral más allá del bien y del
mal, la moral del Superhombre.
Olaf Stapledon fue otro inglés que
influenció mucho los temas y esquemas de los futuros autores. Sus obras más
influyentes fueron publicadas en los años treinta y cuarenta de este siglo (el
período de gestación de la moderna ciencia-ficción de mercado de masas), y aun
con esto es extrañamente contemporáneo en muchas de sus ideas y exploró el reino
de las especulaciones metafísicas de manera que se podría colocar en cabeza de
los humanistas místico-evolucionista-cósmicos. En particular, desarrolló el
concepto del «dios en evolución», por el cual se veía la búsqueda espiritual de
la humanidad como una etapa en el desarrollo de una superconciencia que llegaría
(y quizá podría sobrepasar) a la omnisciencia de «Dios» en las religiones
tradicionales.
Siendo tan influyente el pensamiento de
Stapledon, no obstante nunca atrajo la imaginación de las masas. Su influencia
se hace patente a través de otros autores más populares. Ello quizá sea debido a
que sus obras tenían, generalmente, tanto dramatismo como el que tiene la cinta
impresa de una computadora. Su Last
and First Men está en deuda tanto
con Wells como con Nietzsche, pero su idea de que los hombres del futuro serían
capaces de poseer las mentes de los hombres del presente fue una manera muy
singular de redefinir el antiguo concepto de Demonio.
III. LA SOMBRA QUE SALIÓ DEL TIEMPO
H. P. Lovecraft utiliza la misma idea
(solo que son seres invasores procedentes del pasado) en su mejor historia,
La Sombra Que Salió del
Tiempo. Por dos importantes
razones, Lovecraft fue capaz no tan solo de capturar la imaginación de los
lectores, sino también de producir toda una generación de escritores que han
dejado su huella propia en la conciencia de la ciencia-ficción en desarrollo. La
primera fue el poder dramático de un mito conscientemente desarrollado que
podría ser una base de continuidad para una seria de historias. Esta base, el
Mito Cthulhu, fue basado indirectamente en las ideas bíblicas de conflicto entre
el bien y el mal, Dios y Satanás, siendo el marco de acción el que la Tierra
había sido habitada hace mucho tiempo por criaturas de intelectos vastamente
superiores que ahora están durmiendo, pero que pronto van a despertar para
reconquistar el mundo. Por medio de la utilización de sus talentos como
escritor, Lovecraft hace erizar los cabellos y tiritar de terror, literalmente,
por el horror que produce la descripción de sus extraños seres y toda la acción.
Lovecraft era el prototipo de escritor que es impulsado a la fama y a la
influencia exclusivamente gracias a sus ventas en el mercado librero. Sería obra
de Ray Bradbury el legitimizar el mercado librero con un despliegue de genio
literario innegable. Entretanto, la narración corta demostró ser, incluso cuando
se abusaba de ella de manera clara, un medio revolucionario tanto para
incrementar la aceptación popular de la ciencia-ficción como para extender las
metafísicas orientales, o quasi-orientales, con vagas características de
ocultismo, que parecen acompañarla generalmente.
El único cristiano que parece haber tenido
la capacidad de comprender este fenómeno fue C. S. Lewis, que intentó redimir el
género con su Space
Trilogy (Trilogía Espacial), que
es ahora considerada como un clásico en su género, incluso en los círculos
seculares. No obstante, los elementos anticristianos de la ciencia-ficción
triunfaron definitivamente. La mayor parle de las presuposiciones que se exhiben
en ella son o racionalistas-materialistas u oculto-místicas. No sería hasta más
adelante que estas dos corrientes se entremezclarían.
IV. CHILDHOOD'S END (EL FINAL DE LA
INFANCIA)
No era ningún error. Las alas parecidas
a cuero, los pequeños cuernos, la espinosa cola —todo estaba allí. La más
terrible de las leyendas había venido a la vida, procedente del desconocido
pasado. Pera ahora sonreía de pie con su majestuosidad de ébano, con la luz del
sol brillando sobre tremendo cuerpo.
ARTHUR CLARKE, Childhood's End (El final de la Infancia)
Arthur C. Clarke es uno de los pocos que
merecen el apelativo de «gigante» de la moderna ciencia-ficción (entre los
otros: Heinlein, Asimov, Van Vogt).
Cuando era un joven de catorce años en
Inglaterra, Clarke fue atraído al exótico culto de la ciencia-ficción por medio
de los libros. Empezó a escribir historias originales cuando tenía 15 años, y
vendió su primera historia a una revista seis años más tarde en 1938. Publicó un
ensayo técnico no ficticio en el ejemplar de octubre de 1945 de Wireless World, en el que propuso la utilización de satélites
artificiales como estaciones repetidoras de radio y TV (en 1963 Clarke recibió
la Medalla de Oro del Instituto Franklin por haber originado los satélites de
comunicaciones).
Clarke posee una combinación singular de
cualidades: una imaginación rápida y vívida, claridad intelectual para comunicar
conceptos difíciles, y las credenciales científicas para escribir
ciencia-ficción como si fuera realidad. Su primera obra maestra larga,
Childhood's End (El Final de la Infancia), fue publicada en 1953 y
recibió la aclamación internacional de críticos literarios asombrados, que
habían sostenido tradicionalmente que el género pertenecía al mercado de los
niños de doce años. Con sustancia dramática, el libro trata de la última
generación del Hombre en la Tierra —una generación que ve a su descendencia
transformada en algo totalmente no humano, pero superior a la humanidad. En
nivel dramático llega fácilmente a la altura de Poe, Wells y Lewis; a un nivel
filosófico es una mezcla poderosamente comunicativa de Nietzsche (el hombre es
el puente para llegar al superhombre) y de misticismo monista oriental (la
absorción de la individualidad en la Divinidad). El libro es importante porque
ha venido a ser literalmente una fuente de ideas y de temas que han moldeado en
gran manera las presuposiciones populares sobre las extraterrestres, los OVNIS,
y un montón más de asuntos relacionados. Probablemente no será demasiado decir
que la novela de Clarke vino a ser la pieza fundamental para el desarrollo de la
visión del mundo de toda una generación. Hay algo que excita nuestra curiosidad
(pero que no la satisface) en una afirmación críptica que aparece en cursiva en
la página de datos legales de cada edición de Childhood's End: «Las opiniones expresadas en este libro no son
las del autor».
En el propio libro, los OVNIS llegan a la
Tierra en un instante crítico de la carrera espacial y de armamentos para
salvarnos de un holocausto nuclear. Las naves están tripuladas por los
«Overlords», una raza con intelectos masivos, pero con una curiosa desgana en
mostrarse a sí mismos ante los hombres, a los cuales se dedican a gobernar en
una dictadura que es ordenada, además de realmente benevolente. Después de un
largo tiempo, se revelan a la vista de los hombres y ¡su apariencia es de
demonios!

Arthur C.
Clarke
Dibujado por Keith Criss
Pero no ... en realidad son guardianes
superinteligentes, custodiando a la humanidad para la misteriosa «Supermente»,
mientras ésta nos prepara para guiarnos a través de unas transformaciones
evolutivas enormes e inconcebibles. La nueva raza son los niños de los últimos
humanos. Por lo menos, parecen niños, pero sus caras están vacías de
personalidad, pues no son individuos. Son solamente células en el cuerpo de la
divinidad, neuronas de una sola mente —la Supermente del universo— la que, como
el Divino Espíritu de Poe, está absorbiendo toda la conciencia en sí misma. La
Humanidad queda arrinconada, porque ha llegado por fin al samadhi racial. Karellen (el jefe invasor) explica:
Creemos —es tan sólo una teoría— que la
Supermente está tratando de crecer, de extender sus poderes y su comprensión del
universo. Por ahora debe estar constituida de muchas razas, y hace ya tiempo que
dejó atrás la tiranía de la materia. Es consciente en todas partes de la
inteligencia. Cuando supo que estabais casi preparados, nos envió aquí a hacer
su voluntad, para prepararos para la transformación que ya es
inminente.
Clarke propina en su obra un diestro golpe
ideológico con su astuta inversión de valores al darles a los «Overlords» con su
apariencia demoníaca el benigno papel de protectores y de guías. El punto de
vista metafísico que mantiene esta línea es expresado en varias maneras. Por
ejemplo, una fuerte de oposición a los planes de los «Overlords» proviene de un
grupo potencialmente peligroso de fanáticos religiosos, sinceros pero desviados.
Con sublime superioridad, Karellen afirma del guía de ellos:
Encontraréis hombres como él en todas las
religiones del mundo. Ellos saben que nosotros representamos la razón y la
ciencia, y que, por muy confiados que estén en sus creencias, temen que vayamos
a destronar a sus dioses. No necesariamente por medio de actos deliberados, sino
de una manera más sutil... Creedme, no nos produce ningún placer el destruir la
fe de las personas, pero tantas las religiones del mundo no pueden estar en lo
cierto, y más tarde o más temprano, el hombre tiene que saber la
verdad...
De ello se deduce que algunas de las
religiones del mundo puedan estar en lo cierto, y los «Overlords» confirman
después esta deducción:
«Vuestros místicos, aunque estaban
perdidos en sus propias engaños, vieron parte de la verdad. Hay poderes de la
mente, y poderes por encima de la mente que vuestra ciencia nunca hubiera podido
asimilar en su marco sin haber quedado completamente trastornada. A lo largo de
todas las épocas ha habido informes de extraños fenómenos —poltergismo,
telepatía, precognición—, que vosotros habíais nombrado, pero nunca explicado
... Pero existen, y si tiene que ser completa, cualquier teoría del universo
tiene que admitirlos y dar cuenta de ellos.
A muchos distintos niveles, Clarke y
Childhood's End son fundamentales para comprender la mentalidad
contemporánea y su visión de la interrelación de la ciencia, religiones
místicas, parapsicología, el reino espiritual, los OVNIS, y el iluminismo.
Clarke ató todos estos cabos de una manera muy fuerte en las primeras etapas de
su obra, y el significado de esta función no se ha perdido en los posteriores
activistas de un color u otro. Muchos de los grupos «OVNI-Underground» han
tomado Childhood's
End como modelo para tratar de
adivinar el intento de los extraterrestres que supuestamente tratan de entrar en
contacto con nosotros. Entre los investigadores serios de fenómenos psíquicos y
OVNIS, J. J. Hurtak y Andrija Puharich mantienen este punto de vista.
Desde los primeros días de la
ciencia-ficción ha habido la obsesión del contacto con inteligencias extrañas.
Ahora, del tren de la ficción, la ciencia ha recogido el tópico. Incluso hay
gobiernos que han diseñado escenarios para un primer contacto. Clarke desarrolla
este tema de manera aún más poderosa en su ciencia ficción más reciente. C. S.
Lewis habló de la moderna mitología científica de la evolución, comparándola con
la mitología Nórdica en su trágica grandeza cósmica. Tuvo la esperanza de que
algún día llegaría algún poeta (un Homero o Dante contemporáneo) que presentase
en forma literaria el arrebatador drama de este mito. Clarke ha llegado cerca de
esta visión en su guión para 2001:
Odisea del Espacio. Desde el
amanecer de la inteligencia en los primitivos hombres-simios hasta más allá del
espacio y del tiempo en la persona del Hijo de la Estrella, Clarke nos lleva en
un viaje que es, en realidad, una vuelta al hogar —de vuelta a la Gran
Inteligencia cósmica del universo. Combinada con el genio cinematográfico de
Stanley Kubrick, esta mitología ha encontrado una expresión que ha conmovido a
todos los que la han presenciado.
La supervivencia del más apto (llevada al
punto del conflicto entre el hombre y su propia tecnología en un pavoroso duelo
entre un astronauta y su ordenador) guía a un hombre a la perfección, para
volver a la Tierra justo a tiempo de salvarla de una guerra nuclear. Kubrick
utiliza la poderosa imaginería de la Creación de Adán, de Miguel Ángel en la
Capilla Sixtina, haciendo que el astronauta (David Bowman) toque con su dedo
(como Adán extendiendo su mano para tocar a Dios) un monolito metálico, que es
el médium de la Mente Cósmica (la Supermente de Childhood's End), en la que es transformado ante nuestro propios
ojos, en su lecho de muerte, en el Hijo de la Estrella, el mesías cósmico.
Kubrick utiliza descaradamente Also
Sprach Zarathustra (Así Habló
Zaratustra) en la orquestación, con lo que esta pieza de Richard Strauss acentúa
el sabor Nietzscheano de la obra, llevándola a su clímax en la escena de la
transformación (esta pieza musical fue compuesta por Strauss como tributo a
Nietzsche por su obra filosófica del mismo título). Como en todos los
misticismos ocultos, se desacredita la integridad creada del hombre —él no es
nada más que un montón de átomos, un medio para un fin, una cosa susceptible de
manipulación por cualquier inteligencia superior.
La novela más reciente de Clarke,
Imperial Earth (Tierra Imperial), es su argumento más explícito
del valor de los contactos con IETs (Inteligencias Extraterrestres). En ella
hace un apasionado llamamiento al mundo para que gaste sus recursos en la
construcción de un gigantesco receptor que pueda recibir señales que se hallan
fuera del rango que es accesible a nuestros actuales receptores. ¿Qué es lo que
está pasando aquí? Intentaremos afinar mejor el enfoque antes de contestar a
esta pregunta.
V. EL MEDIO ES EL MENSAJE
Es casi irónico que los medios que han
hecho que la ciencia-ficción sea más accesible a las masas (TV, radio,
películas) fueron a su vez las especulaciones de la ciencia-ficción en el
pasado. Hay una conexión asombrosa aquí, una interrelación sutil, y no obstante
abierta en la que el medio que expone el mensaje es (y cada vez más y más) el
mismo mensaje. Vivimos en una era científica, una era con un shock
en el futuro —una era en la que cada vez es más difícil distinguir entre la
realidad diaria y la ciencia-ficción. No es de asombrarse que el género se está
apartando de su antigua orientación mecanicista y esté aventurándose en el reino
de la conciencia en el que sólo los místicos y los ocultistas se atrevían a
explorar antes.
La tecnología espacial ha creado en
nosotros una actitud de sofisticación galáctica en la que incluso los
aterrizajes en Marte son sucesos de ¡ah, vaya! que pueden ser contemplados
cómodamente en las noticias de la tarde. Para 1965, cuando la tecnología que iba
a permitir un alunizaje ya estaba dentro de nuestro alcance, una serie de TV
empezó a capturar lentamente la imaginación de una generación que estaba
experimentando cambios revolucionarios, como consecuencia de la crisis de los
misiles en Cuba, el asesinato de Kennedy, Vietnam, la explosión de las drogas, y
el desea de las masas por «una experiencia de primer orden». Esta serie aún se
muestra por la pequeña pantalla, siendo la de mayor éxito de todas las series de
todos los tiempos: «Rumbo a las Estrellas».
Recuerdo a mi madre diciendo que, después
de aceptar la realidad de grandes viajes interplanetarios, los alunizajes
parecían más bien los logros de una raza primitiva. Esta serie no tan solo
introdujo, en limpias tajadas de 60 minutos cada una, a sus espectadores en
todas las ideas principales de la ciencia-ficción, sino que también sentó el
terreno para la afirmación esperanzada de que cualquier contacto con el «más
allá» sería benevolente y bien intencionado. La llamada «primera instrucción»
afirmaba que la nave espacial Enterprise no podía interferir en el desarrollo
natural de ningún planeta, a no ser que fuera solicitado. Si invertimos el
concepto, podemos ver sus implicaciones para los que quieren ver en los OVNIS a
los «salvadores celestiales». En una asombrosa inversión de los invasores
marcianos de H. G. Wells, Clarke y «Rumbo a las Estrellas» han condicionado
nuestras mentes a aceptar que cualquier conciencia superior a la nuestra ha de
ser benevolente y útil.
Es tan solo ahora que el gobierno está
abriendo su investigación sobre los OVNIS al público. Tan solo ahora se nos
tiene como «preparados» para recibir alguna de esta información. Cuando Orson
Wells radiodifundió su programa de ficción (la «Guerra de los Mundos», en 1938),
el público llegó a un estado de pánico. Llegó a ser la definición oficial de
interés público el desacreditar cualquier cosa que pudiera causar temor —y no
hay nada que cause más temor que lo extraño y lo desconocido. Pero la radio, la
TV, la ciencia y la tecnología nos han condicionado, no sólo por el contenido
que fluye de ellos, sino también por el solo hecho de su existencia. Nuestras
actuales «maravillas» tecnológicas hacen lo inconcebible bastante plausible, y
crean una psicología social en la que todo pasa, y en la que la realidad se
difumina. Jacques Vallee dice que los OVNIS son parte de un «sistema de control»
que tiene la función de «descongelar» primero nuestros sistemas de creencias
para reprogramarlos después en conformidad a un propósito más «elevado». En
ambos aspectos, la tradición literaria de la ciencia-ficción ha servido como
criada a las voluntades que están funcionando en multitud de niveles para
condicionar la dirección de la historia humana. Encaremos la realidad: los
contactos con las IETs han estado funcionando desde el principio de la historia.
En la antigüedad la comunicación era con los dioses del Olimpo, o lo que fuera;
ahora es con inteligencias puras y altamente evolucionadas de otras galaxias, o
«entidades no-físicas» de otras dimensiones. Cualquier búsqueda activa de
contactos can estas inteligencias foráneas (espíritus) está prohibida por la Ley
de Moisés —la pena era de muerte por apedreamiento. ¡Despertemos y démonos
cuenta de la clase de aventura a la que el mundo se ha lanzado!
VI. PROMETEO DESATADO
El rayo es su esclavo; las grandes
profundidades del cielo
Entregan sus estrellas, y como un rebaño de
ovejas
Pasan ante sus ojos, él las cuenta, ¡y continúan
marchando!
La tempestad es su montura, marcha por el aire;
Y el
abismo grita desde su fondo desnudado,
Cielo, ¿Tienes tú secretos? El
hombre me descubre:
No
tengo ninguno
PERCY BYSSHE SHELLEY, Prometeo Desatado
El mito de Prometeo siempre ha ejercido
una perversa fascinación sobre nuestras mentes. Prometeo se rebeló contra Zeus y
robó fuego de los dioses y se lo dio al hombre. Como castigo por su arrogancia,
fue atado y destinado a sufrir para siempre. Cada día un ave de presa comería su
hígado y cada día le crecería. Este mito fue recuperado por los Románticos
Ingleses, especialmente por los Shelleys (Percy y Mary), que eran parte de la
escuela literaria que creía que el Satanás de Milton en el Paraíso Perdido era en realidad un héroe que había sido
desfigurado en esta gran épica poética de la Caída. Este grupo fue llamado la
«Escuela Satánica» (un término acuñado por uno de sus oponentes). Percy Shelley
estructuró su Prometeo sobre las líneas sugeridas por su suegro, William Godwin,
uno de los fundadores del moderno anarquismo. La figura del Satanás de Milton,
el rebelde bíblico, después de que Shelley le descargara del juicio de YHWH,
resultó ser el conveniente prototipo del «verdadero hombre», el hombre desligado
de la tradición, de la moral, y de las leyes:
La pestilente máscara ha caído, el hombre
permanece
Sin cetro, libre, sin fronteras, pero hombre
Igual, sin clases,
sin tribu, sin nación,
Liberado de la maravilla, de la adoración, de los
rangos,
el rey
Sobre sí mismo...
Brian Aldiss, en su historia de la
ciencia-ficción (The Billion Year
Spree «El Gran Gasto de Mil
Millones de Años»), como buen anglófilo, desea arrebatar a Poe el honor de ser
el padre de la ciencia-ficción y devolverlo a su nativa Inglaterra. Mantiene que
la primera verdadera historia de ciencia-ficción fue Frankenstein, escrita precisamente por Mary Wollstonecraft
Shelley, ayudada por su marido, Percy. Su subtítulo de esta famosa obra fue:
El Moderno Prometeo.

Mary Wollstonecraft
Shelley
Dibujado por Keith Criss
Cualquiera que esté familiarizado con la
obra sabe que la creación del monstruo fue más bien el resultado de la
gnosis ocultista (la alquimia, precursora de la moderna
química) que no de ninguna manipulación científica. No obstante, la metáfora de
esta mezcla de ciencia y de ocultismo y su resultado, el monstruo, es apropiada
para nuestro análisis. Estamos entrando en una época en la que la ciencia está
empezando a mezclarse con el ocultismo, y esta unión dará origen al hombre de
pecado —el monstruo— el Anticristo, el Inicuo —Prometeo Desatado— el
Superhombre.
A su manera, las palabras que la Serpiente
le habló a Eva fueron la primera historia de ciencia-ficción: «Comed, y con este
conocimiento podréis ser como Dios». H. G. Wells no fue el primero en escribir
sobre grandes intelectos, fríos y nada benévolos, preparando lenta, pero
seguramente, sus planes contra nosotros. Pablo, el apóstol de Jesucristo, ya
trató de esta misma realidad hace casi 2.000 años en su segunda carta a los
Tesalonicenses:
«Nadie os engañe en ninguna manera; porque
(aquel día) no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra
todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo
de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios... Porque ya está en acción el
misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que
él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a
quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor
de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y
señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto
Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que
sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia.»
(2 Tesalonicenses,
23-12)
El apóstol Juan, en su Apocalipsis, dice
que el Dragón (Satanás) dará su poder y autoridad a la Bestia (el Anticristo).
No es difícil hacer un esquema del futuro, en el que los gobiernos mundiales
harán contactos con las IETs, como en Childhood's End, para recibir instrucciones de cómo llevar los
asuntos de este planeta. No nos deberíamos sorprender en absoluto si Jesucristo
no es mencionado según su verdadero carácter bíblico por estas IETs. Tampoco
debería sorprendernos que no sea mencionado en absoluto.
Pero nunca deberíamos olvidar que nuestro
Señor es Señor sobre todos los seres, ya sea en los cielos o en la tierra, ya
sea en el espacio exterior o en el interior, y que está gobernando el universo
desde la diestra de Dios. ¡Y no olvidemos que nosotros, como pueblo suyo,
tenemos poder sobre estas IETs y que las hemos vencido por la sangre del
Cordero!
WOODROW NICHOLS y BROOKS
ALEXANDER
2
Los
OVNIS —¿Será verdad la ciencia-ficción?
¡Que se cae el cielo! ¡Que
se cae el cielo!
La Gallina Pequeña
Los cielos han mantenido durante largo
tiempo su fascinación, y han inducido temor, a los habitantes de la Tierra. Los
estudios de arqueología y de antropología han mostrado que «la idea que
contempla al cielo como el lugar en que mora el Ser Supremo, o como idéntico a
El, es tan universal entre la humanidad como lo puedan ser las creencias
religiosas, y se puede trazar hasta las más primitivas etapas culturales que
conocemos».1 La propia existencia de una actitud así es
suficiente para asegurar que los sucesos atmosféricos —incluyendo los naturales—
tendrían un gran efecto sobre la psicología humana. Pero los acontecimientos que
tienen lugar en las alturas inducen una reacción aun más emocional, debido a un
complejo conjunto de respuestas interrelacionadas al concepto de «alto» tal como
los humanos lo experimentan.
Un hecho claro es que la altura confiere
un campo más amplio de visión —y por lo tanto de información superior. La idea
de una localización elevada viene a ser asociada con mandato, autoridad y
conocimiento, y su contraria, la localización baja (como queda simbolizado en el
postramiento), queda asociada con subordinación y falta de conocimiento. Estos
solos elementos son probablemente suficientes para explicar el hecho de que se
contemplase el concepto de lejanía en las alturas como expresando un elemento de
superioridad y, posiblemente, de temibilidad. Añadiéndose a esta común
experiencia hay implicaciones más amplias que nos es difícil imaginar, y mucho
más experimentar: la total libertad de las limitaciones espaciales, y el fuerte
contraste con nuestro mundo que el cielo parece representar. Todas estas
respuestas psicológicas y fisiológicas quedan reunidas en un complejo
sentimiento que contiene maravilla, reverencia, deseo y terror.
Estas cualidades quedan especialmente
patentes en nuestras reacciones a acontecimientos celestiales que se apartan de
nuestras previsiones y de nuestras capacidades de desarrollar una respuesta. Los
escritores bíblicos se refieren frecuentemente a los «signos en el cielo» como
indicación de juicio y cataclismo pendiente; y en las Escrituras se conecta
coherentemente la sucesión de acontecimientos desacostumbrados en los cielos y
los «últimos días» que preceden a la venida del Mesías en poder y en juicio.
Según Joel, el Señor dice: «Y daré prodigios en el cielo y en la Tierra ...»
(Joel 2:30). El mismo Señor Jesús, mismo, al dar un descriptivo sumario de los
últimos días, remató su descripción con una referencia a señales celestes: «Se
levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes
terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y
grandes señales en el cielo» (Lucas 21: 10-11).
La Gallina Pequeña no fue la primera en
dar la alarma sobre las maravillas, portentos y signos de los cielos, ni tampoco
la última. Desde los antiguos folkloristas hasta los escritores actuales de
ciencia-ficción, aquellos que quieran absorbernos y fascinarnos sólo tienen que
señalar al cielo. En la actualidad el firmamento celeste vuelve a estar lleno de
sucesos extraños y perturbadores; en los últimos 30 años un fenómeno global de
misterio y de intriga ha capturado la atención del público y alimentado su
imaginación.
LA REALIDAD DE LOS OVNIS
Nos referimos a los Objetos Volantes No
Identificados, u OVNIS, tal como han llegado a ser conocidos de manera
universal. Abundan las teorías sobre su naturaleza y origen, y continúan
proliferando diariamente otras nuevas, pero el fenómeno es diabólicamente
esquivo, y nadie ha podido «demostrar» sobre ellos otra cosa que el hecho
general de que «existen».2
En 1973, una encuesta Gallup estimó que unos 15 millones de americanos afirman
haber visto OVNIS. Aunque una gran proporción de las observaciones puede ser
atribuida a malas interpretaciones de fenómenos naturales, es la firme
conclusión de docenas de científicos y de expertos de todo el mundo que una
cantidad muy significativa de las observaciones (20-30 %) son verdaderos
fenómenos aéreos que no permiten ninguna explicación «científica». Este juicio
está basado en más que en solas observaciones. Efectuando una estimación
prudente, son unos 2.000 los casos de encuentros humanos con OVNIS y sus
ocupantes en tierra, y unos 700 casos en los que se ha dejado evidencia física
de su estancia. Se han detectado en las pantallas de radar a velocidades
increíbles, se les ha disparado desde reactores de caza y con misiles antiaéreos
sin ningún resultado; desarrollan potentes cargas electromagnéticas, provocando
a menudo averías en máquinas y circuitos eléctricos; provocan reacciones de
temor en los animales, y a menudo provocan profundos trastornos psicológicos en
los seres humanos.
Un estudio histórico revela que se
registraron observaciones de extraños objetos en documentos del pasado reciente
y antiguo. Es interesante ver que estos registros parecen indicar que los OVNIS
se han adaptado al medio cultural y a las capacidades tecnológicas de los
observadores. La mitología amerindia describe «cestos que descendían del cielo»,
y los indios Sioux dicen que la «gente del cielo» volvía a su hogar
transformándose en flechas y ascendiendo en esta forma.3
En el siglo XIX aparecieron OVNIS en grandes centros de población como Chicago y
San Francisco, con la apariencia de «naves más ligeras que el aire» fantásticas,
en la mejor tradición de la ciencia-ficción del Julio Verne entonces
contemporáneo, mostrando hélices, escotillas, antenas, y brillantes focos que se
dirigían al suelo (Fig. 1). Hay numerosos «testigos oculares de una gigantesca
nave aérea que atravesó América en 1879, con toda su tripulación cantando, por
la razón que fuera, Abide With
Me».4
Estos sucesos fueron relativamente infrecuentes hasta los tiempos en que
vivimos, cuando se efectuaron observaciones de OVNIS por parte de pilotos de
todas las naciones durante la Segunda Guerra Mundial. Las observaciones fueron
tan frecuentes entre los pilotos aliados, que les dieron el apodo de
«foo-fighters», término que vino a ser estándar en informes de vuelo. Después de
la guerra hubo un periodo de calma hasta junio de 1947, cuando una observación a
gran altura dio origen a una oleada de excitación, investigación y controversia
que ya no ha cesado. Ken Arnold, hombre de negocios de Idaho, estaba pilotando
su propio avión cerca del Monte Rainer, en Washington, cuando vio nueve discos
brillantes, aparentemente metálicos, volando en formación a velocidades
increíbles, que él estimó excedían los 1.500 km/h. Al describir el peculiar
vuelo de los mismos. Arnold dijo que se movían «como platillos deslizándose por
el agua» y a causa de esta declaración casual improvisada nació el término
«platillos volantes». Después de que Arnold encendiera la excitación pública de
manera involuntaria en 1947, han sido varias las oleadas de observaciones y
fascinación consiguiente, que son conocidas como «flaps». Hubo flaps
internacionales en 1954, 1965, 1967, y 1972-73.

FIG. 1. Grabado del
San Francisco Call, nov. 1895. Este dibujo muestra la «nave aérea»
en, fue parte de la oleada de 1896-97. Se informó de unas 150 observaciones del
objeto. Tomado de SCP
Journal, P. O. Box 4308, Berkeley
- California 94704 - EE.UU.
© Copyright de Spiritual Counterfeits Project,
Inc. 1977
Los objetos mismos son generalmente
circulares y ligeramente convexos, mas o menos como Arnold los describió, pero
también aparecen a menudo en formas distintas, tales como «cigarros», esferas, o
cilindros; un investigador que quiso catalogar «las formas descritas más
frecuentes» coleccionó treinta y dos variedades distintas.5
Sus características físicas son desconcertantes —generalmente son luminosos,
brillantes, y etéreos—; a menudo muestran luces intermitentes y focos potentes.
Son por lo general silenciosos, pero a veces zumban, o también rugen. Sus
movimientos y maniobras son aún más enigmáticos —se sabe que cambian su forma de
manera instantánea; a veces se «materializan» como si llegaran de ninguna parte,
pero más a menudo se «desvanecen» en el aire en medio de una observación. Han
efectuado, bajo observación humana y de radar, maniobras aéreas increíbles,
tales como giros de noventa grados a velocidades de varios miles de kilómetros
por hora, y se les ha cronometrado a velocidades de hasta 25.000 km/h. No sólo
presentan características difíciles de explicar, sino que éstas aparecen
contradictorias de un incidente a otro. El físico James McCampbell, hablando en
un Simposio de OVNIS en 1975, presentó un sucinto análisis de los problemas que
se encuentran en el estudio científico de las características de los OVNIS: «Por
la evidencia que se halla en los lugares de aterrizaje queda poca duda de que
los OVNIS son objetos pesados, ponderables, cuando están en reposo. Pero en
vuelo, sus partidas asombrosas, paradas repentinas, y giros en ángulo recto
exigen que virtualmente no posean ninguna masa». Al delinear su comportamiento y
características, McCampbell compiló la siguiente tabla:
COMPORTAMIENTO
Levitación.
Aceleraciones
y deceleraciones extremas.
Giros casi en ángulo recto.
Ausencia de
choque sónico.
Propulsión.
EFECTOS ATMOSFÉRICOS
Nubes
envolventes.
Halos coloreados (que cambian con la
aceleración).
Brillo deslumbrador.
Colas luminosas y nubes de
rastro.
ZONAS DE ATERRIZAJE
Olores picantes.
Tierra
cocida.
Materia orgánica carbonizada.
INTERFERENCIA
ELÉCTRICA
Motores de explosión.
Faros.
Radio y
televisión.
Transmisión de energía eléctrica.
RESPUESTAS
FISIOLÓGICAS
Zumbidos.
Calentamiento del
cuerpo.
Parálisis.
Choque eléctrico.
Quemaduras
cutáneas.
Perturbaciones emocionales.
REACCIONES ANIMALES
Temor o
pánico.
Parálisis.
Continuó señalando que las características
de vuelo de los OVNIS solamente se podrían conseguir si fueran capaces de «a)
Derrotar a la gravedad con un pequeño gasto de energía, b) anular su masa para
permitir rápidas aceleraciones con pequeñas fuerzas, y c) eliminar su
resistencia al aire». Rascándose la cabeza, concluyó con una mirada
interrogante, «pueden ser de un orden que sea incomprensible para siempre para
la humanidad... Por otra parte, una masa increíble de datos apunta
inequívocamente a la realidad física de los objetos, por lo menos durante parte del
tiempo»6
(énfasis añadido).
Otros investigadores competentes han
llegado a conclusiones similares. Entre ellos está el prominente físico francés
Jacques Vallee, quien declara: «Ellos (los OVNIS) están construidos como
aparatos físicos (hecho que hace tiempo parece innegable) y como artificios
psíquicos, cuyas propiedades exactas todavía han de ser
definidas».7 El físico J. Lemaitre, escribiendo en la
prestigiosa revista sobre OVNIS Flying Saucer Review, da este sumario: «Por lo tanto podemos concluir
que es imposible interpretar el fenómeno OVNI en términos de naves espaciales
materiales tal como nosotros las concebimos, o sea, como maquinaria
autopropulsada reteniendo su naturaleza material y su estructura mecánica para
viajar de un sistema solar a otro sistema solar atravesando la distancia que
separa estos sistemas por el continuo Einsteniano».8
John Keel, uno de los investigadores más respetados dentro de este campo, señaló
que «una y otra vez, los testigos me han dicho bajando la voz: “¿Sabe? no creo
que lo que vi fuera algo mecánico. Recibí la clara impresión de que estaba
viva”».9
Dos de los investigadores más respetados,
responsables y experimentados (Vallee y J. Allen Hynek) concluyen que, aunque la
teoría de que los OVNIS sean «naves de alguna nación que hace pruebas secretas,
o de alguna civilización extraterrestre» sea atractiva, no se puede aceptar en
la actualidad: «Si realmente los OVNIS son “aparatos de tornillos y de tuercas”
de una tercera persona, nos queda aun por explicar cómo unos materiales tan
tangibles pueden desvanecerse ante nuestra vista, o cambiar de forma, o
“materializarse” misteriosamente delante de nosotros sin haber sido detectados
por personas en las cercanías o en las ciudades de alrededor. Debemos
preguntarnos también dónde se “esconden” los OVNIS cuando no se manifiestan ante
la vista humana».10
EL WATERGATE CÓSMICO
Es innecesario decir que los varios
gobiernos del mundo han llegado a actitudes cercanas al pánico cuando su espacio
aéreo ha sido violado por escuadrones de OVNIS.1 A causa de ello, la Fuerza Aérea de los EE.UU.
empezó un estudio de los OVNIS en 1947-48, que recibió el nombre de «Proyecto
Sign». A últimos de 1948 llegaron a la conclusión de que los OVNIS eran reales,
y estimaron que se trataba de naves interplanetarias. Al jefe de la Fuerza Aérea
encargado del personal, Hoyt S. Vanderberg, casi se le atragantó la idea, y
emitió una malhumorada orden al personal del Proyecto Sign: Corten estas
fantasías de ciencia-ficción, o perderán el empleo. Así empezó la tapadera
gubernamental que ha continuado hasta el día de hoy; el Proyecto Sign fue
cambiado por el Proyecto Grudge, que emitió el Informe Grudge, echando ridículo
a los hallazgos de Sign.
Una de las influencias más importantes en
el enfoque tomado por el Proyecto Grudge fue el Panel Robertson, una reunión de
distinguidos científicos que tuvo lugar principalmente con el propósito de
impedir que el público tomara demasiado interés en los platillos votantes. La
preocupación del Gobierno parece haber quedado en aquel entonces condicionada
por asuntos de defensa nacional; un temor era que los rusos pudieran generar una
oleada de «flaps» y bloquear las comunicaciones militares con miles de informes
sobre OVNIS en el mismo momento en que estuviese planeada una agresión militar.
Sobre esta base, el gobierno actuó sobre muchos canales (incluyendo el Panel
Robertson) a fin de ahogar el interés público, y esto sin reparar en medios.
Hasta se llegó a financiar películas de dibujos animados en los que Mickey Mouse
aparecía ridiculizando a los OVNIS. Desafortunadamente para el Gobierno, el
resultado fue precisamente el opuesto al que se intentaba. El claro intento de
la campaña misma, combinado con los informes (ciertos) de que el Panel Robertson
estaba financiado y controlado por la CIA, que pronto hallaron su camino a los
medios de información, hizo que el público se preguntara qué era lo que el
ejército estaba tratando de ocultar. Varios autores hicieron fama y fortuna
escribiendo libros simplemente sobre la cantidad de información que la Fuerza
Aérea guardaba secretamente.
Pero el Gobierno era lento en aprender; en
1956, cuando un OVNI aterrizó en pleno día en las cercanías de la carretera 70
cerca de las instalaciones de pruebas nucleares en los terrenos de prueba de
White Sands, en Nuevo Méjico, se formó casi un caos. El increíble suceso, que
duró unos diez minutos, fue testificado por docenas de personas, incluyendo a
dos coroneles de la Fuerza Aérea; al llegar a este punto, el Gobierno empezó a
considerar seriamente las consecuencias de un pánico público y actuó más
profundamente para impedir publicidad y especulación. Los «flaps» de 1965 y 1967
dieron como resultado el Informe Condon de 1966-68, que negaba tanto el peligro
como la realidad de los OVNIS. Esta continúa siendo la posición oficial del
Gobierno, aunque la NASA se permite algunas especulaciones rebeldes.
LA RESPUESTA CIVIL:
EL DEBATE SOBRE LOS
OVNIS
La persistencia del fenómeno OVNI, unida a
la intransigencia gubernamental y al rechazo de efectuar investigaciones
abiertas, ha conducido a la inevitable formación de grupos civiles para su
estudio, muchos de los cuales están encabezados por competentes astrónomos,
físicos y técnicos de las Fuerzas Aéreas, a los que les indignaba la manera en
que el Gobierno manejaba el asunto. El doctor J. Allen Hynek, astrónomo y ex
investigador para la Fuerza Aérea, es uno de los principales portavoces del
movimiento civil.2 Afirma
que está apoyado por unos 500 o 600 profesionales, incluyendo a numerosas
personas en laboratorios gubernamentales. El propósito de estos grupos es el de
informar al público sobre los OVNIS, para que, por medio de su acción, se pueda
conseguir que los Gobiernos mundiales se dediquen otra vez a la investigación
abierta.
En ambos aspectos, Hynek y sus
compatriotas han conseguido el éxito. El General Carlos Castro Capero, del
Ejército del Aire de España, y que ha observado OVNIS personalmente, dijo
recientemente: «Muchos países están colaborando en la investigación sobre los
OVNIS, y cuando se llegue a conclusiones definitivas ... será posible informar
al mundo sobre la existencia de los OVNIS».11
También el Gobierno de los EE.UU. está volviendo a efectuar comprobaciones. El
Proyecto Cíclope de la NASA, destinado a explorar los cielos para detectar
transmisiones de radio emitidas por seres inteligentes, es un salto a partir de
su presuposición básica: «Si las sociedades resuelven sus problemas y viven mil
millones de años o más, parece que la galaxia debe estar abundantemente llena de
vida inteligente. Existiría en este caso un club galáctico al que podríamos
unirnos. Por otra parte, si las civilizaciones tienden a eliminarse mutuamente
... entonces lo más seguro es que la galaxia esté prácticamente carente de vida
inteligente».12 Poniéndolo en otras palabras, la NASA cree que
cualquier vida inteligente que nos contactase habría ya resuelto sus problemas y
muy posiblemente habría también ya trascendido a las leyes de la física,
lanzándose por el universo a la velocidad de la luz (o con más rapidez aún).
Esta especie de carta blanca les sirve de excusa teórica (si no como explicación
racional) para las increíbles características del comportamiento físico de los
OVNIS.
FALLOS EN LA TEORÍA
La hipótesis extraterrestre está sostenida
por un segmento influyente de científicos, investigadores y otras personas
interesadas en los OVNIS. Tiene una excitante cualidad de ciencia-ficción, y es
atractiva, apelando a nuestros deseos de mantener una apertura científica
consistente con las maravillosas consecuciones técnicas, pero sus ventajas son
tan solo superficiales. Mientras que es bueno señalar que casi cada una de las
teorías sobre los OVNIS presenta dificultades en que no puede dar cuenta de
algunas de las características que muestran, la explicación extraterrestre
falla, no tan solo en esto, sino que además es bastante ingenua en varios
asuntos capitales. En primer lugar, asume la existencia de seres
extraterrestres, de la cual no hay ninguna evidencia objetiva; como un
científico ha señalado: «No se ha observado ningún planeta terráqueo fuera de
nuestro sistema solar de manera objetiva, ni se sabe de hecho que exista. La
exobiología es todavía una “ciencia” sin datos, y por lo tanto no es
ciencia».13
En segundo lugar, el análisis estadístico
revela algunos problemas a los proponentes de esta hipótesis. Si suponemos la
existencia de un millón de civilizaciones en el «exterior» lo suficientemente
avanzadas como para fabricar naves de exploración espacial, es posible estimar
cuántas naves tendrían que salir de cada planeta a fin de que una sola de ellas
llegase a la Tierra: «Si tan solo un OVNI visitase la Tierra cada año, podemos
calcular la cantidad media de lanzamientos que tendrán que tener lugar en este
millón de mundos. El número de ellos es de 10.000 lanzamientos por año por
civilización...» Después el autor comenta, prudentemente, que «esto parece
excesivo».14 Los proponentes de la teoría responden diciendo
que estamos recibiendo mucha atención (alterando de esta manera los cálculos
estadísticos) debido a que nuestra civilización está pasando a través de una
critica fase de transición a la condición de cósmicamente adulta, pero este
argumento presenta más dificultades de las que soluciona, y origina un dilema
lógico:
El imaginar que haya nada fantástico en lo
que está sucediendo ahora aquí va en contra de la idea de que hay un montón de
civilizaciones además de la nuestra. Si hay muchas de ellas, entonces el
desarrollo de nuestra clase de civilización debe ser cosa bastante común. Y si
no es bastante común, entonces no habrá suficientes civilizaciones avanzadas
como para enviar visitantes.15
En tercer lugar, la teoría extraterrestre
llega a conclusiones de una naturaleza profundamente «espiritual» a la vez que
evita convenientemente esta controvertida etiqueta. Unas entidades que operan
con completo desprecio de las leyes de la física, viajando a velocidades iguales
o mayores que la de la luz, y que «han resuelto todos sus problemas», tendrían
que ser clasificadas como «espirituales», sin que valgan los argumentos
semánticos en contra.
LOS BAJOS FONDOS DE LOS OVNIS
En 1959, el psicólogo suizo Carl Gustav
Jung publicó un significativo y discutido libro titulado Flying Saucers: A Modern Myth of Things Seen in the
Skies (Los Platillos Volantes: Un
Mito Moderno de Visiones Celestes). La tesis de este libro fue que los OVNIS no
eran aparatos físicos, sino «rumores visionarios» y que tenían un significado
psicológico y religioso más que interplanetario. El libro de Jung estaba errado
y —desde el punto de vista bíblico— era bastante superficial en muchos puntos,
pero representó una manifestación de perspicacia en su percepción singular de
los aspectos espirituales y religiosos del fenómeno OVNI, que estaban siendo
ignorados.
De hecho, la verdadera emergencia de la
OVNIlogía como «mitología en embrión», en lugar de ciencia-ficción medio seria,
tuvo lugar algunos años antes de la publicación del libro de Jung cuando, en
1953, Desmond Leslie y George Adamski publicaron su libro Flying Saucers Have Landed (Los Platillos Volantes han Aterrizado). Adamski
afirma haber tenido un encuentro con la tripulación de un OVNI posado en el
suelo en el desierto Mojave de California. La historia tiene visos ridículos, y
«el relato de Adamski de su encuentro con un Venusiano melenudo que vestía
pantalones de esquí, y con el que mantuvo contacto telepático ... parece una
manifestación desesperada de la ciencia-ficción más simplona».16
A pesar de estos fallos, el libro tuvo éxito mundial, y la «experiencia» de
Adamski estableció una norma para los siguientes «casos de contacto»: un
encuentro inesperado con ocupantes de OVNIS (o un secuestro), generalmente
hallándose solo en alguna localidad aislada; comunicaciones telepáticas de un
mensaje que, generalmente, combina motivos de ciencia-ficción (la Tierra está en
peligro de autodestrucción, hemos venido a ayudar a los de buena voluntad, pero
no podemos intervenir directamente) con elementos de más difícil identificación
de ocultismo místico (todo es uno, conceptos de iluminación y de evolución
cósmica, manifestaciones psíquicas, ate.). En algunos casos, el «contacto» es
designado como quasi mesías para ser el guía de aquellos que le seguirán. Como
alternativa, se le puede comunicar que ha sido elegido como canal de futuras
comunicaciones, generalmente telepáticas o mediumísticas, para que aquellos de
la humanidad que tengan «oídos para oír» el mensaje del pueblo del espacio
dispongan de ellas.
Este es, básicamente, el «síndrome del
contacto», y no es un suceso aislado, en absoluto, ni siquiera poco frecuente.
Un significativo número de cultos y sectas religiosas han cristalizado alrededor
de comunicaciones provenientes de OVNIS, incluyendo la Aetherius Society
(Sociedad del Eter), el Urantia Group (Grupo Urantia), la Solar Cross Foundation
(Fundación Cruz Solar), y la School of Thought (Escuela del Pensamiento), además
de una multitud literalmente innumerable de otras más o menos secretas. Es cosa
cierta que «hay un ejército creciente de los que afirman haber tenido contactos
reales con ocupantes de OVNIS. Una estimación prudente y autorizada es que hay
un mínimo de 50.000 contactos secretos tan solo en los Estados
Unidos».17
LOS OVNIS RAPTORES
Los casos más dramáticos y fantásticos de
contacto son aquellos en los que hay un «rapto» puro y simple. Es interesante
comprobar que estos casos son los que tienen la mayor proporción de contenido
ocultista. Los tres raptos que han recibido mayor publicidad en los últimos años
son los de Betty y Barney Hill (New Hampshire, 1961), Hickson-Parker
(Mississippi, 1973), y el caso Brian Scott (cinco ocasiones, Arizona y
California, 1971-75). En todos estos casos, las personas pudieron revivir la
experiencia a través de hipnosis, y todas sufrieron trastornos psicológicos
después. Afirmaron haber sido tomados al interior de las naves espaciales, haber
sido examinados por humanoides, y dejados en libertad sin daño.
El caso Sean sirve como prototipo del
encuentro-rapto. Su primera experiencia ocurrió en Arizona, cerca de las
Montañas Superstition, en 1971, En aquella ocasión, haciendo camping, se vio
levitado hasta un OVNI de unos 70 metros de diámetro. Según el doctor que
dirigió la regresión hipnótica de Sean, él tiene un recuerdo auténtico y
detallado de los siguientes sucesos:
El sujeto se halla ... en una pequeña
habitación, paralizado e incapacitado para resistir. Repentinamente entran
varios seres de más de 2 metros de estatura y lo desvisten ... Los seres son
feos, con hombros caídos, piel escamosa como la de los cocodrilos, pies
parecidos a los de los elefantes, y en las manos tienen tres dedos y un pulgar
retraído ... Hay una niebla pesada por todas partes... Dos de éstos seres se
colocan en una cónsolas de algún tipo, y un tercero está al lado de un poste en
el que hay una caja movible con muchas lucecitas intermitentes de colores... El
sujeto experimenta una serie de sensaciones que aunque indoloras son incómodas,
desde los pies hacia arriba: siente que está sangrando; orina, siente que sale
agua de su estómago; siente que se le abre el tórax y cree que el corazón ha
abandonado momentáneamente su cuerpo; finalmente siente que su cabeza es
«estirada» violentamente... El sujeto siente un olor distintivo desagradable. A
continuación, por medio de la niebla, desde el otro lado de la habitación,
aparece un ser de tres metros de altura, igual que los otros, pero de mayor
tamaño ... Este ser de tres metros se comunica aparentemente con el sujeto de
manera telepática, sin mover la boca. Se comunica un mensaje al sujeto. Entonces
el sujeto experimenta un viaje fuera del cuerpo.
El mensaje es una
combinación de afirmaciones filosóficas vagas, información general sobre el
origen y propósito de los alienígenas, y una promesa de que
volverán.18
La gente del platillo cumplieron su
promesa de que volverían. Además de «raptar» en otras cuatro ocasiones a Sean,
él ha experimentado unas frecuentes manifestaciones de «brillantes bolas de luz»
dentro y en los alrededores de su casa y ha desaparecido misteriosamente hasta
27 horas; entra con regularidad en estados espontáneos de trance en los que
produce escritura automática y perfectos dibujos tipo computadora (Fig. 2).
Brian Scott no tiene paz.

FIG. 2. Uno de los dibujos de una serie de dibujos
producidos automáticamente por Brian Scott durante un estado de trance
espontáneo inducido.
Tomado de SCP Journal
P.O. Box 4308, Berkeley - California 94704 -
EE.UU.
© Copyright de Spiritual Counterfeits Project, Inc.
1977
En cualquier momento dado, las
«inteligencias» pueden intervenir en su vida para inundarle con multitud de
datos matemáticos, mapas estelares, y complicados diseños de máquinas
futuristas. Por el presente, Scott ha atraído el serio interés de varios
investigadores científicos serios, sobre la base de que sus dibujos automáticos
pueden mostrar la apertura de nuevas fronteras en algunas áreas de genética y
física. Otras comunicaciones de los tripulantes de los OVNIS indican (entre
otras cosas) que están utilizando a Scott como canal para revelar lo siguiente:
secretos de clonación y de ingeniería genética para uso de la humanidad;
máquinas que funcionan bajo el principio de la física de desplazamiento
cuántico, que hará posible el transporte de materia a través del espacio y del
tiempo; y por último, pero no por ello lo menos importante, el diseño de una
«máquina de energía psíquica libre», ¡que haría posible que toda la humanidad
tuviera a la vez el mismo pensamiento!
URI GELLER Y LOS OVNIS
Posiblemente el contacto más famoso es el
psíquico Israelí Uri Geller, cuyos triunfos psicoquinéticos de la mente sobre la
materia son ostensiblemente documentados por la ciencia. Geller afirma recibir
sus poderes de los extraterrestres, que lo contactaron por primera vez en un
jardín árabe cuando él era todavía un niño. Geller, y su colega psíquico, doctor
Andrija Puharich, dicen que están en contacto con «Los Nueve», una elite de
extraterrestres procedentes del planeta Hoova. Los Nueve pretenden haber
solucionado todos los problemas de la existencia y que han venido a enseñar a la
población de la Tierra una «nueva ciencia» que incluye teletransporte
(transferencia de objetos materiales de un lugar a otro), transmutación de la
materia, control sobre sistemas biológicos, y la implantación de emociones y
experiencias en las mentes de las personas. Deberíamos señalar que su «nueva
ciencia» no es, en realidad, más que el antiguo ocultismo. Todos estos fenómenos
inducidos por espíritus son bien conocidos por los practicantes del ocultismo
desde tiempos inmemoriales. Finalmente, Los Nueve son arrastrados por su engaño
megalomaníaco y hacen una absurda afirmación que revela su verdadera naturaleza
y su origen, por la misma crudeza de su intento de engaño:
Recordemos, todo esto es una verdadera
indicación de Dios. Dios no es nada más que nosotros juntos, los Nueve
Principios de Dios. No hay otro Dios que lo que nosotros somos juntos. Tan solo
por una vez en vuestra vida aceptad esto como verdad. Si nunca Dios ha hablado,
si nunca Dios ha tomado a un ser humano como instrumento es ahora que lo ha
hecho; y contempladlo como el momento más precioso en vuestras vidas. Estas son
las palabras de Dios.19
Puharich y Geller son significativos en
cuanto a que divulgan una gran cantidad de información coherente sobre los
«extraterrestres», sus métodos y fines, así como que ellos exhiben (a través de
Geller) un alto grado de tecnología espiritual, precognición y manipulación
psíquica de la materia. No obstante, ellos no son los únicos, puesto que cientos
de contactos han transmitido mensajes similares. Entre los muchos espíritus que
comunican con la famosa médium Jeane Dixon hay unos cuantos extraterrestres, que
le han revelado a ella las siguientes informaciones sobre los OVNIS: Están
tripulados por mujeres que proceden de un planeta (todavía no descubierto)
detrás de Júpiter y que nos enseñarán cómo dominar el Sol, solucionando así
nuestros problemas energéticos. Sus visitas «resultarán en una bendición para la
humanidad», dijo ella.20
LA CONEXIÓN OCULTISTA
Los contactos con los OVNIS han sido
catalogados en tres tipos generales: «encuentros cercanos de primera fase»
(CE-I), en los que se ve el objeto de cerca; «encuentros cercanos de segunda
fase» (CE-II), en los que no solamente se ve al objeto, sino además sus efectos
sobre el ambiente (como vegetación quemada, árboles partidos, animales
asustados, etc.); y «encuentros cercanos de tercera fase» (CE-III), en los que
se informa de la presencia de ocupantes en o alrededor de los OVNIS. A partir de
todas estas y otras muchas evidencias de observaciones de OVNIS emerge con toda
claridad el hecho de que, a pesar de lo confuso y contradictorio que es, hay
algo que no sólo es extraño, sino que es posiblemente inexplicable dentro del
marco de la ciencia y de la lógica tal como son entendidas normalmente. También
está claro que cuanto más nos acercamos a los OVNIS, más extrañas se hacen nuestras experiencias. Las
cualidades de
esta singularidad deberían ser
suficientes por sí mismas para abrir de par en par la posibilidad de que lo que
está obrando es algo más allá del reino familiar de la naturaleza. Al considerar
el elemento de singularidad que este fenómeno presenta, nos acercamos
inevitablemente a una hipótesis que, si se comprende correctamente, tiene la virtud de integrar aspectos aparentemente
dispersos del fenómeno OVNI a un sistema coherente de comprensión del mismo.
Debemos ahora investigar seriamente las ramificaciones del concepto de que los
OVNIS y sus signos y maravillas con que se presentan sean debidos a las
actividades de espíritus caídos y engañosos asociados a nuestro propio
planeta.
Podríamos señalar de pasada que esta idea
no se origina exclusivamente en el cristianismo bíblico, aunque desde luego debe
sus presuposiciones básicas a la visión bíblica del mundo. Consideremos, por
ejemplo, las conclusiones de algunos investigadores seculares de OVNIS. Lynn
Catoe, bibliógrafa decana de la Biblioteca del Congreso (de los EE.UU.), examinó
unos 1.600 artículos y libros para preparar una bibliografía anotada sobre el
fenómeno OVNI, y comentó en su introducción: «Muchos de los informes sobre los
OVNIS que se publican ahora en la prensa popular relatan incidentes que son
asombrosamente similares a la posesión demoníaca y a los fenómenos psíquicos que
han sido conocidos durante mucho tiempo por los teólogos y por los
parapsicólogos».21
O, citando de la revista Flying
Saucer Review: «Sin citar veintenas de casos conocidos, es
posible darse cuenta de que las características arriba mencionadas que
pertenecen a demonios aparecen una y otra vez en los informes sobre
OVNIS».22 John Keel, que afirma ser agnóstico, sugiere que
la actividad de los OVNIS pueda ser «en realidad una farsa cósmica; una broma
perpetrada por entes invisibles que siempre han hallado su placer en asustar,
confundir y desviar a la raza humana».23
Hasta Hynek y Vallee, los académicos con más credenciales, ofrecen la
proposición de que las fantásticas características de los OVNIS «¡... pueden ser
parte de todo un plan! Quizás hay una quinta columna de OVNIS ... con todo el
propósito de engañarnos ...».24
Keel basa su juicio, por lo menos en parte, sobre el hecho de que «los
contenidos de aquellos mensajes (de los OVNIS) son idénticos a los mensajes que
ya hace tiempo recibían los médiums y los místicos», y señala que:
La demonología no es simplemente una
«chifladología». Es el antiguo y erudito estudio de los monstruos y demonios que
según parece han coexistido con el hombre a través de la historia. Son miles de
libros los que se han escrito sobre esta materia, muchos de ellos por clérigos
cultos, científicos y eruditos, y son innumerables los sucesos demoníacos bien
documentados que están a disposición de todos los investigadores. Las
manifestaciones y sucesos que se describen en esta impresionante literatura son
similares, por no decir
completamente idénticos, al
fenómeno mismo de los OVNIS. Las víctimas de la demonomanía (posesión) sufren
los mismos síntomas médicos y emocionales que los contactos de los
OVNIS.25 (Énfasis nuestro.)
LOS DEMONIOS Y LA TECNOLOGÍA
ESPIRITUAL
Los muchos mensajes, apariciones, y trucos
psíquicos desplegados por los OVNIS y por sus contactos en la Tierra nos obligan
a considerar los medios, así como los fines, de estas actividades.
Constantemente a través de la historia, las disciplinas del ocultismo han
manifestado fenómenos tales como la levitación, teletransporte de objetos,
psicoquinesia, clarividencia, escritura automática, y «producción astral» de
materia aparentemente a partir de la nada. Los demonios, como ángeles caídos,
parecen retener todavía grandes poderes, tales como la manipulación y
reestructuración de la materia, así como la capacidad de influenciar o controlar
la conciencia humana y las experiencias mentales, por medio de la clásica
posesión directa o por implantación psíquica directa de un conjunto de
experiencias. Es probable que la mayor parte de las experiencias de rapto caigan
dentro de esta última categoría, ya que los raptos no son casi nunca, o nunca,
verificados por testigos. En el libro de Andrija Puharich Uri se nos revela
involuntariamente un raro suceso que muestra la manipulación demoníaca de la
conciencia humana. Nos dice que recuerda que experimentó un conjunto de
circunstancias que, como comprobó después, es imposible que hubieran sucedido.
Expresa sus recelos en cuanto a la agencia «extraterrestre» detrás de sus
experiencias de contacto (que se llama a sí misma «IS»):
Los sucesos de estos dos días me dejaron
aplastado. Sarah y Uri experimentaron una secuencia, e Ila y yo experimentamos
otra, en el mismo marco temporal. Descubrí la verdad sobre el más profundo
secreto de Uri, tuve un arma de fuego en mis manos que parecía real, y tuve una
llamada telefónica que es real en mi mente hasta el día de hoy. Pero, sobre
todo, me di cuenta de que nosotros cuatro habíamos tenido una experiencia
implantada en nuestras mentes por lo que solamente podía ser la agencia de IS.
Al final llegué a comprender que, dada la existencia de IS, ya nunca más podría
llegar a saber cuáles de mis experiencias estaban impuestas directamente sobre
mí por IS y cuáles no.
Nunca me he sentido más sacudido en toda mi vida
que cuando me di cuenta de todas las implicaciones de este poder de
IS.26
Aunque la Biblia no alimenta nuestra
morbosa curiosidad sobre las actividades de los demonios, sí que nos da algunas
claves generales sobre la esfera de acción general y el propósito de sus
poderes. Génesis 6:1-4 describe una posible aparición de seres espirituales y su
entremezcla con los humanos. Muchos eruditos piensan que la Torre de Babel (Gen.
11:1-9) fue esencialmente una empresa ocultista (astrología), de cuyos
resultados Dios declaró que habría una forma de poder virtualmente ilimitado:
«Este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será
imposible». (Gen. 11:6, Biblia de Jerusalén). La descripción bíblica de los
«magos cortesanos» de Egipto trata sus consecuciones como algo más que simples
conjuros trucados. La patente manipulación de materia-energía para transformar
las varas de los magos en serpientes3 (Ex. 7:9-12), como también la multiplicación
prodigiosa de las ranas sobre Egipto por medio de encantamientos, son relatados
sin ningún sensacionalismo, como una realidad indudable. Asimismo, las cortantes
denuncias del Señor contra Babilonia (Isaías 47) especifican su «multitud de
hechizos» y reconoce sus «muchos encantamientos» (Isaías 47:13). De la misma
manera, Él afirma que la sabiduría de Babilonia y su conocimiento eran bien
reales, pero engañadores al final (Isaías 47:10). Estos poderes
ocultos son, por lo general, reprimidos parcialmente por la voluntad de Dios,
para Su gloria (Éxodo 8:18; Daniel 2:27). No obstante, al final de los tiempos
se anularán muchos de los impedimentos, y la raza humana experimentará
manifestaciones sin precedentes de poderes sobrenaturales; tal como las
hechicerías y encantamiento de los babilonios, serán poderes reales, pero
engañosos —siendo el propósito y el resultado de ellos el de engañar y desviar a
la humanidad. Jesús habló de la aparición de falsos Cristos y de falsos
profetas, con su despliegue de «grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuera posible, aun a los escogidos» (Mateo 24:24). De una manera
algo más específica, Juan el apóstol asume la realidad de las comunicaciones del
reino espiritual que sirven a los propósitos del Anticristo (1 Juan
4:1-13).
LA INTERSECCIÓN DE DIMENSIONES:
LA
MECÁNICA DE LOS PODERES ESPIRITUALES
Un estudio serio que pretende tal grado de
manifestaciones abiertamente demoníacas bajo la cubierta de las apariciones de
OVNIS estaría incompleto sin una discusión de los medios que producen los
fenómenos involucrados. John Keel adelanta una tesis que trata de explicar tanto
la «volatilidad» de los OVNIS como su aparente solidez:
Los datos estadísticos... indican que los
platillos volantes no son máquinas estables que precisan de combustible,
mantenimiento y apoyo logístico. Son, con toda probabilidad, prodigiosas
transformaciones de energía y no existen en la misma manera en que este libro
existe. No son construcciones de materia.27
El doctor Kurt Wagner, un físico que logró
su doctorado en el campo de la teoría general de la relatividad, muestra su
acuerdo con la valoración de Keel. En una entrevista con David Fetcho, de SCP,
el doctor Wagner afirmó:
A partir de lo que sabemos que puede
suceder en sesiones espiritistas y en actividades poltergistas, parece que estas
fuerzas sobrenaturales pueden manipular la materia y la energía, extrayendo
energía de la atmósfera, por ejemplo (lo cual se manifiesta en un cambio local
de temperatura), manipulando materia para producir una apariencia de violación
de la Segunda Ley (de la Termodinámica), y creo que mis sentimientos son que, a
gran escala, esto es lo que es un OVNI. No estoy diciendo que esto es lo que un
OVNI es, sino que esto es lo que podría ser. Me parece razonable que los OVNIS
son violaciones a gran escala de la Segunda Ley en las que la energía es
manipulada para tomar la suficiente apariencia de un campo de fuerzas que la
hace parecer materia, y no obstante es tan sólo una concentración energética: no
es realmente materia sólida en el sentido normal.
Hablando de OVNIS que aparecen y
desaparecen repentinamente, o que cambian de forma, el astrofísico Jacques
Vallee señala que «todo parece indicar que estos observadores de OVNIS hubieran
visto proyecciones sucesivas, en nuestro espacio tridimensional, de objetos de
dimensionalidad más alta».28
Se dice en ocasiones que los ángeles, demonios (o ángeles caídos), y el mundo
espiritual constituyen una «dimensión» completamente diferente del «mundo de
tres dimensiones» en el que nosotros vivimos.
¿Cuál es realmente el significado de estas
referencias a «dimensiones más elevadas»? La mayor parte de nosotros estamos
familiarizados con las tres dimensiones del espacio —longitud, anchura y altura.
Utilizando estas tres coordenadas, nos es posible especificar la posición exacta
de cualquier objeto en el espacio. Pero para localizar un suceso de limitada
duración (tal como un accidente) precisamos de otra coordenada —la del
«tiempo»—. Por esta razón, a veces se menciona al tiempo como la «cuarta
dimensión». Nos podemos mover libremente por las tres dimensiones del espacio,
pero no podemos controlar nuestro paso a través de la cuarta dimensión —somos
criaturas con un «rumbo marcado» por el tiempo. Nuestra experiencia como seres
humanos, existiendo en un mundo tridimensional, no nos da la capacidad de
comprender el significado de las dimensiones más allá de las nuestras, y la
mejor manera en que podemos describir las propiedades de
la cuarta, quinta y sexta
dimensión (y así ad
infinitum), es mediante las
matemáticas. Esto no obstante, una manera en que podemos adquirir una cierta
comprensión de cómo nuestras dimensiones se relacionan con las otras es por
analogía. Para hacerlo de esta manera, deberíamos intentar
visualizar cómo nos relacionamos con un mundo de menos
dimensiones que el nuestro.
PLANOLANDIA
Imaginemos un mundo de solamente dos
dimensiones. Un mundo así sería solamente una «superficie» pura, que poseería
longitud y anchura, pero ningún grosor. A este mundo lo podríamos llamar
«Planolandia» y podríamos visualizarlo con una población de varias formas
geométricas (cuadrados, triángulos, círculos, etc.).29
¿Cuál sería la experiencia de estos planolandeses si un objeto de tres
dimensiones interaccionase con su propio mundo? Para visualizar este suceso,
supongamos que una esfera (el objeto espacial más sencillo) atravesara
Planolandia descendiendo sobre ella desde arriba (Fig. 3). Para los habitantes
de Planolandia, de dos dimensiones, esta esfera no sería un objeto en nuestro
sentido, sino que aparecería en el mundo de ellos como un proceso dinámico: Se
manifestaría de manera repentina —«como si apareciera de la nada»— como un
punto, que se iría expandiendo hasta formar un círculo, expandiéndose
gradualmente hasta llegar a la máxima circunferencia de la esfera; entonces el
círculo empezaría a encogerse al ir descendiendo la esfera hasta volver a ser un
solo punto y al final «desvanecerse» misteriosamente.
Los paralelos entre esta analogía y los
OVNIS son numerosos, pero hay algunos de ellos que son importantes: primero, los
elementos de aparición y desaparición; segundo, los cambios de forma; tercero,
el hecho de que la manifestación
ocurre como un suceso totalmente real, conmensurable, de dos dimensiones, un
suceso que es completamente y auténticamente tangible dentro del reino de los
observadores. Si asumimos un
objeto sólido algo más complejo (por ejemplo, un cubo), las posibilidades de
cambio de forma aumentan (Fig. 4). Para un objeto realmente complicado de formas
(como un cuerpo humano), existe un potencial de una relación con Planolandia que
haría trastornar las mentes de sus habitantes (Fig. 5).
Otra característica de la teoría
«hiper-espacial» (de mayor dimensionalidad) es que, mientras que los
planolandeses sólo pueden percibirse mutuamente sus límites exteriores (de la
misma manera en que nuestra visión sólo percibe la piel de nuestros semejantes),
un observador tridimensional no solamente puede ver la escondida interioridad de
un «ser» planolandés, sino que puede interaccionar libremente con él (Fig. 6).
Un autor, escribiendo desde el punto de vista ocultista, mantiene que:
la posesión, obsesión, escritura automática4 y otros fenómenos relacionados pueden explicarse
por medio de la hipótesis de dimensiones más elevadas. Es tan solo necesario
darse cuenta de que desde las dimensiones más elevadas el interior de un sólido
está tan abierto como el interior de una figura plana lo está desde el reino de
la tercera dimensión —se podría
extraer el corazón del cuerpo sin dañar la piel para nada. Una voluntad invasora ... podría de esta manera
apoderarse de la mano o del cerebro.30

FIG. 3.
Una esfera tridimensional pasa a través del mundo bidimensional de
«Planolandia», causando consternación entre habitantes.

FIG. 4. Un cubo pasa por «Planolandia». Obsérvense los
«cambios» observados por los planolandeses, mientras que el objeto
tridimensional permanece constante en su forma.

FIG. 5. Un ser tridimensional (humano) tal como se
percibe en términos tridimensionales. Observar que cada movimiento del ser
humano alterará su configuración bidimensional.

FIG. 6. a) Los seres bidimensionales perciben mutuamente
los límites del otro. b) La visión tridimensional percibe el interior de un
objeto (o ser) bidimensional. Tomado de SCP Journal, P. O. Box 4308, Berkeley - California 94704
EE.UU.
© Copyright de SCPJ, 1977
La hipótesis hiperespacial puede ser
utilizada para arrojar luz sobre la naturaleza de la realidad «espiritual». Está
claro, por ejemplo, que entidades tales como los «demonios» no son figuras
cómicas en medias rojas con horcas, ni los ángeles son seres etéreos con alas y
arpas. Ambos tienen una naturaleza que en muchos aspectos se nos escapa, pero no
a causa de que sean fantasmagóricos o insustanciales, sino a causa de que su
realidad es más rica y sustancial que lo que podemos percibir o
imaginar en la actualidad. También está claro que se puede utilizar el
hiperespacio para explicar manifestaciones angélicas tanto como las demoníacas,
y que, en teoría, algunos fenómenos OVNI podrían ser atribuidos a la presencia
de ángeles que actúan en obediencia a Dios. Pero para la mayor parte de los
casos no parece que sea así, y según la pauta bíblica de
discernimiento31
no hay ninguna posibilidad de ello en ninguno de los casos de encuentros
cercanos publicados.
PROPÓSITOS
Suponiendo que todo esto sea cierto —o por
lo menos posiblemente cierto—
todavía nos quedamos con el
problema, algo tenaz, de descifrar las razones que se hallan detrás de los
fenómenos que están siendo producidos. El problema de la motivación coordinada,
como el problema de la intersección de dimensiones, puede llegar a ser bastante
complejo. A partir de la perspectiva de Dios, una intención es el juicio,
produciendo arrepentimiento y conversión en algunos, y engaño y endurecimiento
en otros. El propósito de Satán es el de engañar y desviar a la humanidad en
cuanto a la naturaleza de la realidad —seducirla a un esquema mental compatible
con su intención de la construcción de su imperio psico-espiritual. A su vez hay
varios aspectos en la consecución de este objetivo satánico. Como ya hemos
observado en otro trabajo, «algunas de las obras de Satanás están dedicadas a
desorganizar el reino de Dios y otras a organizar el suyo. Intenta destruir el verdadero
conocimiento de Dios y la adoración de Él por medio de la detracción, confusión
y mentiras. Está obrando para establecer una estructura que sea canal de su
influencia tanto de manera positiva como negativa, dando favores a unos e
intimidando a otros».32
Jacques Vallee hace una clara valoración
del sistema maestro causa de toda esta confusa y contradictoria evidencia —y
llega muy cerca de la verdad:
Creo que cuando hablamos de las
observaciones de OVNIS como si fueran ejemplos de visitantes del espacio estamos
valorando el fenómeno desde un nivel incorrecto. No se trata de sucesivas
oleadas de visitantes del espacio. Se trata de un sistema de
control.33
Vallee correlaciona las características de
la actividad de los OVNIS («flaps» u oleadas) con los principios de la
psicología conductista. Comienza señalando que, para enseñar un nuevo
comportamiento,
el mejor programa de refuerzos es el que
combine periodicidad con impredecibilidad. De esta manera, el aprendizaje es
lento, pero continuo. Guía a un nivel superior de adaptación. Y es irreversible.
Es interesante preguntarse si las características de las oleadas de OVNIS no
tienen el mismo efecto que un programa de refuerzos
(psicológicos).34
La
cuestión sobre la que todo gira es, naturalmente —si es que
Vallee está en lo cierto, o cerca de la verdad—
¿qué es lo que «ellos» nos están
enseñando? ¿Qué es lo que este «sistema de
control» está destinado a controlar?
Los termostatos controlan la temperatura;
los giroscopios controlan la dirección en que vuela un cohete. ¿Qué es lo que un
fenómeno paranormal podría controlar? Sugiero que son las creencias humanas las que están
siendo controladas y condicionadas.35
Los OVNIS son los medios por los
cuales los conceptos humanos están siendo reestructurados.36
Todas estas conjeturas parecen aventuradas
(por lo menos para las mentalidades secularizadas) pero pueden ser acomodadas
con toda facilidad dentro del marco de la visión bíblica de la realidad. Además,
tienen una base muy firme. Pero enfoquemos la cuestión ahora desde otro ángulo,
completamente diferente. Quizá podríamos hacernos la pregunta de cuál ha sido,
de hecho, el verdadero impacto social, cultural e intelectual del interés por
los OVNIS. Esta línea de investigación nos lleva a una conclusión similar,
puesto que
con cada nueva oleada de OVNIS, el impacto
social se hace mayor. Son más los jóvenes que se quedan fascinados por el
espacio, con los fenómenos psíquicos, con las nuevas fronteras de la conciencia.
Más libros y artículos aparecen, cambiando nuestra cultura ...37
Vallee es ambivalente sobre este cambio y
las intenciones que se hallan detrás de ello. Por un lado, teme que un encuentro
con la verdadera naturaleza de los OVNIS revelaría o «la enloquecedora
simplicidad de un aparato de relojería sin tripulantes» o «una terrible
monstruosidad sobrehumana, cuya sola contemplación volvería loca a una
persona».38 Por otro lado, tiene la esperanza muy
desesperanzada de que todo este montaje sea benigno, y que tenga la intención de
guiarnos a «una visión más elevada del hombre». Mientras que percibe muy
claramente la función de los OVNIS como una «trampa» psicológica, continúa
deseándose la buena suerte de que sea «quizás una trampa amable,
benevolente».39
Pero esta esperanza es falsa. El sistema
de control que él discierne correctamente es tan sólo un aspecto de lo que la
teología bíblica llama «el sistema del mundo» —un diversificado sistema de
manipulación bajo la influencia del «dios de este mundo», el «príncipe de la
potestad del aire». Los mecanismos de control, tan complejos como son, parecen
haber estado en plena actividad durante esta última década, y están comunicando
variaciones sobre un mismo tema, una visión ocultista del mundo, a la gran masa
no regenerada de la humanidad, a través de una aturdidora panoplia de medios y
canales de información. A la ciencia misma la están arrastrando, aunque
pataleando y chillando, al reino de la parapsicología. Al final, el simple peso
de las masas de evidencia psíquica y de experiencias, tales coma el mundo nunca
las ha visto antes, provocará la alteración —o el colapso— de la ciencia que
nosotros conocemos. El énfasis en datos y hechos dejará paso a la exploración de
la «conciencia» (o subjetividad) como medio del control de la realidad; los
fenómenos psíquicos, especialmente los OVNIS, recibirán el «imprimatur» de la
respetabilidad científica. El reciente y abrumador triunfo de la película
La Guerra de las
Galaxias es un buen barómetro de
la respuesta del público a los temas de ciencia-ficción. OVNIS, e inteligencias
extraterrestres. Los estudios Paramount han anunciado para diciembre una
película titulada Encuentros
Cercanos en la Tercera Fase, que
se refiere a contactos con «ocupantes» de los OVNIS, de lo cual trata la
película. Con un gigantesco presupuesto de 12 a 15 millones de dólares, y con un
manto de secreto sobre la producción, se asegura que la película hará un fuerte
impacto cuando se exhiba.
Comentando sobre la transformación de la
conciencia inducida por los contactos OVNI, John Weldon dice:
Creemos que los miles de casos de
transformación representan un aspecto del plan final de los OVNIS. Son parte de
un plan para empujar a secciones significativas de una entera cultura o mundo, a
la aceptación del ocultismo, o a su participación en ello, y a una alteración
colectiva de la visión del mundo. Todo esto como necesaria preparación de los
sucesos que enmarcarán la venida del Anticristo.40
Parece evidente que los OVNIS van a
permanecer aquí. A la única conclusión que podemos llegar es que la frecuencia e
intensidad de las observaciones y de los contactos se incrementará, llegando
quizás a su clímax con el abierto aterrizaje, previamente propagandizado, de
naves con sus tripulantes. Este último montaje, que se acercaría para muchas
personas al umbral de la irrealidad, queda no obstante dentro de la capacidad
demoníaca y de su «tecnología espiritual», tal como la entendemos. Muchos
contactos afirman que los extraterrestres se manifestarán de manera visible y
tangible en un momento determinado.
Aun si los OVNIS no aparecen en forma
tangible de manera que todos los puedan ver y tocar, el mundo todavía se queda
con el dilema de la Gallina Pequeña. La inclinación de la Gallina Pequeña a la
paranoia fue utilizada contra ella por la Zorra Astuta, el «amistoso forastero»,
que le prometió llevarla por un atajo al palacio del rey. El atajo resultó ser
la cueva de la Zorra Astuta, y la engañadora hizo un banquete con todos los que
habían seguido a la Gallina Pequeña —y el «cielo que caía» era sólo piedrecitas
en su tejado.
Una de las más terrible profecías del
Nuevo Testamento se halla en 2 Tesalonicenses 2:9-12:
«La venida del inicuo irá acompañada del
poder de Satanás, de todo género de milagros, señales y prodigios engañosos, y
de seducciones de iniquidad para los destinados a la perdición por no haber
recibido el amor de la verdad que los salvaría. Por eso Dios les envía un poder
engañoso, para que crean en la mentira y sean condenados cuantos, no creyendo en
la verdad, se complacen en la iniquidad».
No obstante, es con esta abrumadora visión
que Pablo nos dice «pero nosotros debemos dar incesantes gracias», no solamente
porque el Señor Jesús matará al inicuo con el aliento de su boca, y lo destruirá
con su propia presencia (2 Tesalonicenses 2:8), sino porque «Dios os ha elegido
desde el principio para haceros salvos por la santificación del Espíritu y la fe
verdadera» (2 Tesalonicenses 2:13). El aviso de Pablo a nosotros que existimos
en este torbellino de engaño es sencillo y directo:
«Manteneos, pues, hermanos, firmes y
guardad las tradiciones que recibisteis, ya de palabra, ya por nuestra carta, (2
Tesalonicenses 2:15.)
MARK ALBRECHT y BROOKS
ALEXANDER
Los autores desean reconocer el apoyo que
hallaron para su investigación en John Weldon para mucha de la información
utilizada en este artículo. El libro de Weldon UFO's: What on Earth Is Happening (Los OVNIS ¿qué está sucediendo en la Tierra?), es
muy recomendable como el tratamiento más exhaustivo desde la perspectiva
bíblica. (Publicado originalmente por Harvest House, y reimprimido por Bantam
Books.) Este libro, OVNIS ¿qué está
sucediendo en la tierra?, ha sido
publicado en español por CLIE, Terrassa, ESPAÑA. Se puede solicitar en cualquier
librería citando el título, editorial, autor (John Weldon) y el núm. de catálogo
ISBN 84-7228359-3.
NOTAS Y
REFERENCIAS
1. Edwyn Bevan, Symbolism and Belief (Boston: Beacon Press, 1957), pág. 48.
2. Son
muchas las obras que tratan de la evidencia de la realidad de los OVNIS. Sería
una redundancia hacer algo más en este artículo que sumarizar nuestras propias
conclusiones, basados en los datos que otros han mostrado ciertos.
3. J.
Allen Hynek y Jackes Vallee, The
Edge of Reality (Chicago: Harry
Regnery Company, 1975), pág. 247.
4. Christopher Evans, Cults of Unreason (New York: Farrar, Straus y Guiroux, 1973), pág.
142.
5. Robert Emenegger, UFOS Past, Present and Future (New York: Ballantine Books, 1974), págs. 13-16,
sección de fotografías.
6. American Institute of Aeronautics and
Austronautics, transcripción de las actas de un Simposio sobre los OVNIS, sept.
27, 1975, pág. 45. (Se puede consultar en la biblioteca de la Escuela Superior
de Ingenieros Industriales, Avda. Diagonal, 999, Barcelona. N. del T.)
7.
Jacques Vallee, The Invisible
College (New York: E. P. Dutton,
1975), pág. 202.
8. Jacques Lemaitre, «The Parallel Universe Myth»,
Flying Saucer Review vol.
15 núm. 6, pág. 23.
9. John
Keel, UFOS: Operation Trojan Horse
(New York: G. P. Putnam's Sons,
1970), pág. 143.
10. Hynek y Vallee, referencias núm. 3, págs.
xii-xiii.
11. Gordon Creighton, «Importante Statement by Spanish Air Force
Chief» Flying Saucer Review, vol.
22, núm. 3, pág. 2.
12. FASST
(Forum for the Advancement of Students in Science and Technology), News, vol. 6,
núm. 2, pág. 4.
13. G. G. Simpson, «Appendix», Communications with Extraterrestrial Inteligence,
Carl Sagan, ed. (Massachussetts
Institute of Technology Press, 1973), págs. 362-64.
14. Carl Sagan, «UFO's:
The Extraterrestrial and Other Hypothesis», UFOS: A Scientific Debate, Carl Sagan and Thornton Page, ed. (Ithaca: Cornell
University Press, 1972), pág. 268.
15. Ibid., pág. 269.
16. Evans, referencia 4, pág.
146.
17. Clifford Wilson UFOs
and Their Mission Impossible (Mount Waverly, Australia: Word of Truth
Productions, 1974), pág. 168.
18. A. H. Lawson, «Hypnotic Regression of
Alleged CE, 3 cases: Ambiguities on the Road to UFO's», Flying Saucer Review, vol. 22, núm. 3, págs. 18-25.
19. Andrija Puharich,
Uri (New York, Bantam Books, 1975), pág. 218.
20.
Entrevista en National Inquirer,
19 de mayo, 1974.
21. Lynn G.
Catoe, UFOS and Related Subjects:
An Annotated Bibliography. (Preparada para la Oficina de Investigación
Científica del Ejército del Aire de los EE.UU.)
22. Janet Gregory,
«Similarities in UFO and Demon Lore», Flying Saucer Review, vol. 22, núm. 3, pág. 31.
23. Keel, referencia 9,
pág. 44.
24. Hynek y Vallee, referencia 3, pág. 155.
25. Keel, referencia
9, pág. 215.
26. Puharich, referencia 19, pág. 112.
27. Keel, referencia
9, pág. 182.
28. Jacques Vallee a Otto Brender, carta en Parallel Universe, por Adi-Kent Thomas Jeffrey (New York, Warnes
Books, 1977), pág. 37.
29. Como muchos lectores observarán, debo casi toda
esta analogía a Edwin Abbott y a su libro titulado Flatland (Planolandia), publicado por vez primera en
1884.
30. Claude Bragdon, A Primer of Higher Space (Tucson: Omen Press, 1972), grabado núm. 18.
31.
Los ángeles bíblicos parecen más bien dedicados a cumplir las misiones que les
han sido encargadas. Incluso cuando ello implica dar un mensaje o una
revelación, impiden a las personas que entren en relación con ellos, señalando
en cambio a Dios y al evangelio de Cristo (Apocalipsis 22:8-9). Los ángeles de
Dios transmiten claridad y entendimiento, y no confusión ni mentiras, y,
naturalmente, el contenido de su mensaje es siempre consistente con el mensaje
de Dios (las Escrituras) y con la obra de Cristo.
32. Spiritual Warfare, publicación de Spiritual Counterfeits Project núm.
0-9, pág. 12.
33. Vallee, referencia 7, pág. 195.
34. Ibid., pág. 199.
35. Ibid., pág. 201.
36. Ibid., pág. 200.
37. Ibid., pág. 198.
38. Ibid., pág. 206.
39. Ibid., pág. 195.
40. John Weldon y Clifford Wilson,
«Close Encounters with UFO Occupants», manuscrito todavía sin publicar.
3
Tanatología:
La muerte y el morir
«La Muerte es la llave de
la Puerta de la Vida.»
Dra. ELISABETH
KUBLER-ROSS
A través de la historia humana, el temor a
la muerte ha estado colgando como una siniestra sombra sobre el mundo, el gran
denominador común de la existencia, el espectro que, tarde o temprano, se
presenta ante todo el mundo. Es la pregunta esencial y universal: Cuando morimos
¿qué sucede? ¿Nos extinguimos para siempre, o experimentamos gozo y nuestra
reunión con otros? ¿Vemos a Dios, o quizá nos movemos inexorablemente a
dimensiones superiores, a planos más sutiles de conciencia?... ¿Qué hay de las
recompensas, de los castigos y de que tengamos que dar cuenta de nuestras
acciones?
Cualquiera que sea la respuesta a esta
pregunta, una cosa es cierta, la doctora Kubler-Ross está en lo cierto al
afirmar que el descifrar el misterio de la muerte será realmente la puerta de la
vida, porque la muerte es el sello definitivo del destino humano.
Sea lo que
sea lo que suceda más allá de lo tumba, sea que sea «algo» o «nada», ello
refleja la definitiva realidad y da un contexto del significado definitivo o del
absurdo en el cual debemos vivir nuestras vidas.
Vivimos en una época en la que la gente
está desertando, desilusionada, del racionalismo sin espíritu que ha
caracterizado a nuestra era tecnológica. Con el crecimiento de la demanda de
respuestas más profundas a la cuestión del significado de la vida, el público ha
sido servido con una variedad de entremeses espirituales del buffet cósmico:
sectas pseudocristianas, gurus y pundits de oriente, Zen secularizado, bullabesa
psicológica a la Esalen, y por último, pero no por ello menos importante,
«evidencia científica» de la vida en el más allá.
EL DESARROLLO DE LA TANATOLOGÍA
La fascinación humana sobre la vida en el
más allá no es, desde luego, cosa nueva. Los intentos de hacer un escrutinio
científico del misterio de la muerte parecen ser perennes, aunque
inconcluyentes. Yendo al siglo XVIII, los investigadores de aquel entonces
colocaron pacientes moribundos en un juego gigante de balanzas (¡con cama y
todo!) en esfuerzos fallidos de pesar el alma, que se suponía abandonaba el
cuerpo en el momento de la muerte. A últimos del siglo XIX, al abundar los
fenómenos espiritistas y al llegar a ser los médiums figuras destacadas de la
sociedad, unas «sociedades de investigación psíquica» de Gran Bretaña y de los
EE.UU. intentaron validar las afirmaciones de la necromancia de una manera
científica creíble.
Su manifiesto fracaso en conseguirlo
colocó esta clase de investigación en una zona de penumbra en la que permaneció
hasta la explosión psicodélica de los años 1960 en adelante. Timothy Leary y
Richard Alpert (llamado después Baba Ram Dass) fueron solamente la vanguardia de
investigadores académicos que se tomaron en serio la afirmación de que la LSD
podía inducir la experiencia de muerte y renacimiento dentro de la vida de uno
mismo. No mucho después, los psiquiatras y psicólogos estaban administrando LSD
a pacientes moribundos para ayudarles a aceptar su inminente partida. La
utilización de la LSD como herramienta terapéutica ha menguado, pero el
«episodio psicodélico» provocó el interés en una variedad de enfoques, sin
drogas, a la muerte, al morir y a la psicología des los pacientes
moribundos.
Dentro de los siguientes diez años, este
creciente campo de estudio ha tomado el nombre de tanatología (del griego
thanatos: muerte). Como término general abarca una variedad
de asuntos relacionados con la muerte y el morir. No obstante, la parte de la
tanatología que más ha excitado la atención del público ha sido los intentos de
documentar la vida fuera del cuerpo, y las experiencias de la vida después de la
muerte.
LOS TANATÓLOGOS Y SU MENSAJE
Las principales lumbreras de este campo de
estudio son investigadores psicólogos y médicos —principalmente la doctora
Elisabeth Kubler-Ross y el doctor Raymond Moody, autor del «best-seller»
Vida Después de la
Vida.5
Colaboran muy estrechamente (Moody toma con frecuencia su puesto, cuando ella no
puede cumplir con un compromiso de dictar conferencias). Asimismo, los dos
colaboran estrechamente con Robert Monroe, un investigador pionero de
experiencias extracorporales desde los primeros años de la década de
1960.
Estos tres investigadores no están en
absoluto de acuerdo en cada detalle de hecho o de interpretación. No obstante,
están de acuerdo en un suficiente número de premisas básicas como para poder
trabajar estrecha y armoniosamente, y de apoyarse mutuamente. Cuando intentamos
sumarizar los elementos comunes de su trabajo, no es difícil ver que la
comunicación que sirve de marco incorpora un punto de vista metafísico. La
metafísica de la tanatología presenta mucha armonía con las raíces psicodélicas
de la disciplina, que eran abiertamente ocultistas y místico-orientales.
El mensaje, en esencia, es que hay vida
después de la muerte, que esto ha sido documentado científicamente y que a todos
les espera gozo, reunión, recompensas y realización en «el otro lado», sin tener
en cuenta las creencias de nadie, ni su estado espiritual ni sus prácticas
morales en este mundo. Además, los conceptos de evolución cósmica, iluminación y
reencarnación se asoman justo debajo de la superficie en los explícitos
paralelismos que Moody y otros han establecido entre las experiencias de
«post-muerte» y El Libro Tibetano
de los Muertos. (El Libro Tibetano de los Muertos es un documento tibetano-budista del siglo VIII d.C.
que hace un largo y detallado relato de las experiencias que se tienen
supuestamente entre la muerte y el renacimiento. Según su editor occidental, fue
compilado «sobre la base de los testimonios dados por Yoguis que afirmaron haber
muerto y vuelto a entrar en un vientre humano de manera
consciente».1 El libro pretendía ser una guía casi mágica para
conseguir la mejor reencarnación posible.)
ESPIRITISMO Y TECNOLOGÍA
El eslabón crítico entre la investigación
factual, la interpretación teórica y el compromiso abierto con el ocultismo en
la tanatología lo da Robert Monroe quien, paradójicamente, es el menos conocido
de los tres. Monroe es el autor de Journeys Out of the Body (Viajes Fuera del Cuerpo), un increíble libro que
revela cómo el enfoque de su obra está alejado del centro de la credibilidad
académica y bien cerca de los límites del psiquismo, la necromancia y lo
fantástico. Su interés en las experiencias extracorporales fue estimulado, según
parece, por haber tenido él mismo algunas, y su libro detalla una variedad de
experiencias paranormales que van desde el encuentro con personas muertas hasta
citas y encuentros sexuales fuera del cuerpo. Monroe dirige asimismo una
organización cuyos cuarteles generales se hallan cerca de la Universidad de
Virginia (el Alma
Mater de Monroe) en
Chartottesville, que él denomina «M-5.000». La única función de M-5.000 es
facilitar experiencias fuera del cuerpo a los clientes que pueden gastarse 175
dólares por el privilegio de asistir a unas conferencias de fin de semana. La
empresa de Monroe ha abierto una sucursal en San Francisco, y se proyectan
nuevas expansiones. Su programa de adiestramiento utiliza una serie de
grabaciones en cinta (para escucharlas con auriculares en la cama) que consisten
en «combinaciones de sonidos» (utilizando un método patentado para inducir el
sueño) con pulsaciones delta-zeta, además de un latido biaural para ayudar a que
los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo queden sincronizados. La
instrucción la da una voz apenas audible, estructurada paso a paso de manera que
va guiando desde el relax hasta ejercicios de visualización, para ir a un relax
más profundo y luego a técnicas de imaginería mental para percibir y controlar
energía no física y reenfocar la conciencia lejos de la realidad
física».2
Esta es la superficie exterior,
tecnológica, del M-5.000. Pero la realidad subyacente detrás del escenario es
más profunda, tal como quedó revelado en una reciente entrevista con Tal Brooke,
que participó en las investigaciones de Monroe cuando todavía era un estudiante
en la Universidad de Virginia en la década de 1960:3
P. ¿Cómo se involucró en los experimentos
de Monroe de «experiencias fuera del cuerpo»?
R. Trabajé con Robert Monroe entre 1966 y 1969.
Hubo un período en el que iba allí por lo menos tres veces por semana. En aquel
tiempo él estaba dedicado a desarrollar su técnica de grabación en cinta, que
estaba aprendiendo desde el «otro lado». En otras palabras, se quedaba en estado
«extracorporal» por la noche, y hablaba con varios «seres de luz» que le
instruían en la tecnología de inducir a otras personas en estos «estados
extracorporales».
P. Así que él ha estado envuelto en contactos
espiritistas directos con seres sobrenaturales...
R. Sí. Donde Monroe cuadra en el conjunto es que
sus actividades parecen abrir la puerta a la utilización de tecnología para
producir médiums ...
LA CONEXIÓN NECROMÁNTICA
La práctica de la necromancia (adivinación
por medio del contacto con los «muertos», especialmente a través de la agencia
de los «espíritus familiares») es considerada de manera extensa en la Biblia,
que la califica de la peor de las maneras posibles. Los modernos europeos y
americanos, que han sido educados en una sociedad pluralista y tolerante,
encontrarán difícil de comprender la implacable severidad con que Dios condena
esta práctica en ambos Testamentos. Está constantemente prohibida, y se la llama
«abominación»; y está juntamente clasificada con los sacrificios humanos como
una forma definitiva de apostasía que provoca el devastador juicio de Dios
(Deuteronomio 18:9-14).
Las actividades «mediumísticas» de Robert
Monroe hallan su conexión más directa con la «tanatología» a través de Elisabeth
Kubler-Ross.4 La doctora Kubler-Ross es una psiquiatra suiza,
que ha estado investigando la muerte y los problemas emocionales de los
pacientes moribundos durante unos diez años. Sus obras primeras trataban
exclusivamente de la psicología del paciente antes de la muerte. Más recientemente, ha tomado la línea
de la obra de Moody sobre los asuntos de supervivencia post-mortem, y ha extendido su área de interés hasta incluir
una asociación directa con Monroe. Además de ser lo que una publicación
describe, poco caritativamente, «la principal figura de la secta del movimiento
la-muerte-y-el-morir», Kubler Ross forma parte del consejo asesor del M-5.000 y
ocasionalmente (o regularmente) recomienda a
sus pacientes que consulten a
Monroe. Ella misma ha pasado dos veces por la instrucción inductora de
experiencias «extra-corporales», y en ambas ocasiones, informa, salió de su
cuerpo.5
Además, según parece, estos intereses
suyos no son recientes, aunque su disposición a discutirlos públicamente sí que
lo sea. Ella relata que hace aproximadamente unos nueve años había decidido
abandonar su trabajo con pacientes moribundos, cuando una mujer se le apareció
en su oficina en la Universidad de Chicago y se le presentó como siendo una
paciente que había muerto hacía diez meses. La visitante era idéntica a la
paciente muerta y hacía la misma letra. Aquella mujer animó a Kubler-Ross a que
no abandonase su trabajo porque «no era el momento oportuno».6
En la década que ha seguido a esta visita, la doctora Kubler-Ross ha progresado
a áreas más esotéricas de actividad espiritista. El año pasado anunció su
convicción de que no existe la muerte»,7
citando casos (derivados de su propio trabajo y del de Raymond Moody) de
pacientes que revivieron después de haber sido declarados clínicamente
«muertos», y que informaron que habían estado fuera de sus cuerpos y en el mundo
espiritual durante este tiempo. «Por mis entrevistas con los moribundos y con
médiums, podría describir el otro mundo como similar al nuestro, excepto por los
colores, que allí son muy vibrantes.»8
En algún punto de su camino, Kubler-Ross
parece haber hallado y adquirido su «espíritu guía» personal, hecho que reveló a
una audiencia de 2.300 personas que se hallaban reunidas para escucharla en
septiembre de 1976. Un miembro de aquella audiencia informó:
...visiblemente conmovida, y emanando un
aura de maravilla y de asombro, compartió con nosotros una profunda experiencia
mística que le había sucedido tan solo la noche anterior en medio de un grupo de
setenta y cinco personas. Anticipó su narración con la afirmación de que muy
poco tiempo atrás no le hubiera sido posible decir estas palabras en un foro
público. «La noche pasada me visitó Salem, mi espíritu guía, y dos de sus
compañeros, Anka y Willie. Estuvieron con nosotros hasta las tres en punto de la
madrugada. Hablamos, reímos y cantamos juntos. Me hablaron y me acariciaron con
el más increíble amor y con una ternura inimaginable. Este fue el momento cumbre
de mi vida.»9
Son varias las cosas a señalar en esta
narración. La primera es que lo que aquí se describe solamente puede ser
calificado como una forma de comunicación con el reino espiritual prohibido
(necromancia) y que por lo tanto conlleva todo el peso de las pertinentes
advertencias y juicios bíblicos. La segunda es que la clase de manifestaciones
de que habla aquí la doctora Kubler-Ross son características de una profunda y
prolongada implicación en prácticas espiritistas. Las apariciones prolongadas,
externas y públicas de seres espirituales no ocurren normalmente a no ser que
haya habido una considerable rendición personal de la creencia y de la voluntad
a los espíritus implicados.
Mientras que Moody despliega sus lealtades
metafísicas de manera más clara que Kubler-Ross, poco se conoce sobre sus
antecedentes e historia espiritual. Tal Brooke (que participó en los
experimentos de Monroe) fue casualmente un condiscípulo y amigo de Moody en la
Universidad de Virginia. En esta época, Brooke era un ávido estudiante de toda
clase de filosofías esotéricas, ya fueran religioso-orientales, ocultas o
psíquicas. Esta era una fascinación que Moody compartía, y este común interés
fue, de hecho, la base de su compañerismo. Brooke (que se convirtió a Cristo en
la India en 1971) relata que Moody afirmaba que hablaba regularmente con un ser
espiritual (que él identificaba con «Dios») el cual se manifestaba primariamente
como una voz en su cabeza. Un asunto principal de las conversaciones entre Moody
y su mentor espiritual era la colocación y el arreglo de las flores en el campus
de la Universidad (incluso en aquel tiempo, dice Brooke, le asombraba que tal
cosa fuera tan importante para la divinidad). Aparte de esto, la corriente
subterránea y las premisas no declaradas del libro de Moody dejan pocas dudas en
cuanto a sus tendencias sincretistas y místicas.
PROMESA Y REALIDAD
Tanto Moody como Kubler-Ross parecen ser
plenamente conscientes de las profundas implicaciones de su trabajo, y parece
ser que esta conciencia es, por lo menos, una parte de la motivación que tienen
para hacerlo. La resolución del misterio de la muerte, y ello con una nota de
optimismo y con un aire de certeza científica, los coloca por lo menos a una
altura superior a la de los más famosos reyes, filósofos, y profetas. Alejandro
Magno y César conquistaron reinos, pero no pudieron conquistar a la muerte.
Leonardo da Vinci y Einstein nos dijeron bastantes cosas sobre este mundo, pero
no estaban tan seguros sobre lo que sucedía en el otro. Tanto Moody como
Kubler-Ross se dan cuenta de que este es el asunto principal; y que al que
descubra el misterio y venza el temor de la muerte, le está reservada la
victoria de la vida y el poder y la gloria que van con ella.
No obstante, existen algunos problemas
fundamentales con las teorías y experiencias expuestas por estos investigadores.
El libro de Moody ha sido recibido con escepticismo por otros profesionales que
ponen en tela de juicio la objetividad de su investigación, Tampoco Kubler-Ross
se empeña demasiado en aclarar sus «hallazgos» desde un punto de vista
fisiológico o psicológico. Queda por ver cuánta cantidad de evidencias
contradictorias o confusas han sido ignoradas, echadas a un lado, o
reinterpretadas de manera convincente. Asimismo, la intensidad con que Moody y
Kubler-Ross (especialmente esta última) están implicados en prácticas
místico-ocultas arrojan serias dudas sobre su capacidad de evaluar este tipo de
«datos» de manera objetiva. Un profesor de la Universidad de California y
experto en suicidios clasifica al libro de Moody dándole «un 7» como colección
de anécdotas, y después añade: «como investigación le doy un
3».10
A un nivel más profundo, hay unas
incongruencias espirituales y morales que no pueden ser esquivadas. Tanto en el
libro de Moody como en la obra de Kubler-Ross hallamos una indiferencia hacia
Dios, curiosa y preocupante. Para aquellos que tienen un entendimiento bíblico,
su error es claro y común. Tiene su origen en la clásica preocupación
humanista/ocultista por la Creación y por la energía de la creación, en lugar de buscar al Creador, en quien se halla el propósito, la plenitud y los
valores últimos (Romanos 1:18-25).
Habiendo, según el antiguo proverbio,
invertido todos los valores, no es sorprendente que las lecciones morales que
sacan de sus estudios sean generalmente amplias y superficiales. Si en realidad
Kubler-Ross hubiera encontrado realmente la llave que abre la puerta de la vida,
sería de esperar algo más de autoridad que frases como «el yo o espíritu, o como
quieran llamarle, es eterno. Lo pueden interpretar de la manera que les sea más
cómoda».11 O, «...es nuestro propósito, como seres humanos,
crecer —mirar dentro de nosotros y construir sobre aquella fuente de paz y
comprensión y fortaleza que es nuestro yo interno, y extendernos a otros con
amor y aceptación, guiando a otros pacientemente, y esperar en lo que todos
juntos podamos llegar a ser».12
Estas palabras, que se hacen también eco
de los sentimientos de Moody, son las superficialidades estándar de aquellos que
se adhieren a una cosmología relativista de fin abierto, negando al Dios
absoluto cuyos atributos y juicios deben convencer al mundo de pecado y de
juicio, y hacer que vivamos nuestras vidas de una manera responsable. En
palabras de Tal Brooke, Moody y Kubler-Ross dan por supuesto que «simplemente
pasamos a través de un laboratorio eterno de crecimiento para lecciones morales,
recogiendo conocimiento y amor por el camino». Con esquivar de una manera
elegante los problemas del mal y del sufrimiento no se consigue resolverlos; más
bien esto debería constituir una señal de que hay algo que no cuadra.
INTERPRETANDO LAS EXPERIENCIAS
EXTRACORPÓREAS
Todo esto nos ayuda a responder a algunas
de las cuestiones suscitadas por el creciente testimonio de la realidad de las
experiencias extracorpóreas. Pero, no obstante, no nos las contesta todas.
Mientras que nos sugiere que la comprensión de las experiencias extracorporales
tal como han sido desarrolladas por los tanatólogos no soportará una rigurosa
comparación con la visión bíblica de la realidad, la investigación misma de
ellos —los «hechos» ostensibles sobre los que basan sus conclusiones— precisa de
un examen aparte. No deberíamos tener ninguna duda de que estas historias se
refieren a verdaderas experiencias. Incluso como «anécdotas» requieren de alguna
explicación; incluso como «incidentes», tienen alguna clase de significado. Si
no podemos seguir a Moody, Kubler-Ross y Monroe en la dirección oculto-mística
en que sus teorías parecen estarles dirigiendo, ¿cómo vamos a poder comprender
la experiencia de aquellos que han sido rozados por la muerte?
Ante todo, deberíamos señalar que no
estamos tratando con personas que hayan sido resucitadas de entre los muertos, a
pesar de las repetidas afirmaciones a este fin por parte de Moody y de
Kubler-Ross. Más bien, se nos exponen las experiencias de personas que parecía
(en su momento) que estaban muriendo. Estar muriendo no es lo mismo que estar muerto.
Viajar a Barcelona no es lo mismo que vivir allí. No se puede afirmar que
cualquiera que pierda sus signos vitales por un breve período de tiempo y que
después reviva haya vuelto de la tumba; incluso como fenómeno clínico, parece
que ocurre con bastante frecuencia. Se debería señalar además que muchas de
estas experiencias extracorporales han sucedido a personas que no «murieron
clínicamente»; en algunos casos, las personas estaban tan solo asustadas, pero
ni siquiera heridas.
Esto nos lleva a la primera de cuatro
posibles explicaciones —la explicación fisiológica o neurológica. Brevemente
expuesta, esta teoría explicaría estas experiencias como basadas en el sistema
nervioso.
Se sabe que la anoxia cerebral (falta de
oxígeno) produce alucinaciones; el paso de toda la vida ante los ojos de la
persona cuya muerte es inminente es un fenómeno bien conocido. La hipnosis ha
demostrado que todas las impresiones sensoriales y todos los detalles y sucesos
del pasado pueden ser traídos al recuerdo —se mantiene en amplios círculos que
todo queda registrado en una «película» mental que queda almacenada en el
cerebro. Si los estudios que estiman que tan solamente utilizamos el 10 % de
nuestra capacidad mental están en lo cierto, entonces el 90 restante debe ser
capaz de hacer cosas increíbles si se aprietan los «botones correctos»,
incluyendo la virtual reexperiencia de memorias vitales auténticas. Todo ello
sugiere que, mientras que estas experiencias son verdaderamente reales, pueden
constituir una realidad subjetiva más bien que objetiva —que pueden desplegar la
potencialidad del sistema nervioso humano más bien que ser evidencia de la
naturaleza del «otro lado». La repetición de algunos de los temas experimentados
(como el túnel oscuro, el «ser de luz», etc.), podría deberse a que ciertas
profundas estructuras del sistema nervioso son comunes a todos los
humanos.
Esto nos lleva a una segunda posible
explicación, similar a la primera, pero más profunda y amplia en su alcance.
Desde una perspectiva bíblica, parecería lógico que este 90% de potencial que
está en desuso puede ser conectado con la caída del hombre y a la consiguiente
maldición pronunciada. Las Escrituras sugieren que nuestros poderes y
percepciones espirituales quedaron severamente restringidos. No obstante,
estamos hechos a la imagen de Dios, tal y como Adán y Eva lo fueron, aunque esta
imagen haya quedado bastante corroída y distorsionada. Es lógico asumir que
estas capacidades espirituales/intelectuales se hallan latentes (algunos las
llamarían poderes psíquicos) y pueden ser excitadas por ciertos estímulos —por
ejemplo, por la inminencia de la muerte. Debido a que estos poderes latentes son
excitados en un contexto erróneo (en nuestro estado moral caído, separados de
Dios), las experiencias o atisbos pueden estar enredados, o ser conflictivos o
incompletos, y estos tres adjetivos describen adecuadamente muchos de los
hallazgos de Moody y Kubler-Ross. La gran multitud de teorías psicológicas sobre
el subconsciente y sobre el inconsciente colectivo exhibe con certeza una
multitud de paralelos a la idea de capacidades durmientes y suscita la
posibilidad do una comprensión similar.
Una tercera explicación, que ya se ha
mencionado brevemente antes, es la de manipulación selectiva de algunos hechos,
exageración de otros y, quizás, invenciones hasta cierto punto. Como ya hemos
señalado anteriormente, Moody, Kubler-Ross y Monroe están todos ellos
involucrados en experiencias místicas, y tienen intereses particulares,
emocionalmente, ideológicamente y financieramente, para la aceptación de sus
ideas. Para considerar estas posibilidades, no es necesario creer que tienen una
mala fe consciente. Siendo lo que las personas son en este mundo caído, es
inevitable que se utilicen unos datos tan oscuros e incompletos como una
pantalla sobre la que proyectar su propia visión de los valores últimos de esta
vida. En un mundo en el que, como rutina, se representan falsamente los hechos,
o se los saca de contexto para demostrar cualquier punto de vista, o se
inventan, deberíamos tener la precaución de ser escépticos, o por lo menos
ejercitar discernimiento —especialmente en asuntos tan importantes como
este.
DISFRAZ DEMONÍACO
Ya que lo espiritual tiene una prominencia
tan elevada en este entero asunto de la vida después de la muerte, deberíamos
estar preparados para considerar una de las más claras posibilidades
escriturarias, aunque sea uno de los temas bíblicos más difíciles de manejar de
una manera responsable. En vista de las conexiones necrománticas de los
tanatólogos pioneros, se debe trazar la clara inferencia bíblica: que hay un
potencial de engaño demoníaco directo y de manipulación mental desde el otro
lado.
Hablando científicamente, no hay nada que
permita negar esta posibilidad. De hecho, se sabe tan poco sobre la
interrelación entre lo neurológico, lo psíquico y lo espiritual, que la
«ciencia» podría a duras penas decir algo que no fuera más que especulación pura
y simple. Es de conocimiento común que la experiencia de un pensamiento o de una
emoción es una correlación subjetiva de una serie de sucesos electroquímicos que
tienen lugar dentro del cerebro. Algunos investigadores psíquicos han sugerido
que las emociones fuertes facilitan las «transmisiones» telepáticas. Como
cristianos asumimos que nuestra vida mental y nuestro estado emocional afectan a
nuestra comprensión de Dios y nuestra comunión con Él. Bajo esta circunstancia
es, pues, razonable adelantar la sugerencia de que si los sucesos neurológicos
pueden afectar y proyectarse a los reinos espirituales, la influencia puede
también ir en la dirección opuesta, con lo que seres espirituales podrían
influenciar las condiciones de la conciencia humana.
Bíblicamente hablando, sabemos por
revelación que la naturaleza de nuestra guerra espiritual como cristianos está
determinada por un choque de voluntades personales —la de Dios contra la de Su
adversario. Lo que ello implica es, que no se debería considerar el «mal» como a
una negatividad impersonal (como la inercia o la entropía), sino como
personificado en una entidad personal corrompida que posee inteligencia y
voluntad. Esta entidad existe en dimensiones más allá del reino espacio-temporal
en que nosotros vivimos, pero es capaz de interaccionar en él. Ya que tiene
propósitos, esta entidad es bien capaz de actuar estratégicamente para conseguir
sus secretos fines —o sea, de engañar.
Debemos tomarnos seriamente a Satanás y a
sus fuerzas, puesto que las enseñanzas del Señor a este respecto son muy claras,
haciendo énfasis precisamente en los elementos de personalidad, engaño y
hostilidad contra el hombre. Asimismo, los escritores de las epístolas se
refieren a estas malvadas personalidades. La prominencia que se le da a las
actividades satánicas en el libro del Apocalipsis de Juan muestra que va a haber
un dramático incremento en fenómenos demoníacos que precederán al regreso de
Cristo, que impulsarán el establecimiento del sistema del Anticristo que
incluirá un sistema religioso-político-económico, y que habrá de ser destruido
en la venida de Cristo.
La influencia demoníaca es generalmente
discreta, no llamando la atención sobre sí misma como en El Exorcista. Más bien parece que el objetivo último de estas
actividades es el engaño a un nivel ideológico y espiritual, y el ingenio
de estos esquemas engañosos es prácticamente ilimitado. Pablo nos avisa que los
emisarios de Satanás se disfrazan generalmente, y que Satanás mismo se presenta
como un «ángel de luz» (2 Corintios 11:14). Esta es una característica que
podemos prontamente discernir en los típicos cantos espiritistas al amor, gozo y
paz interiores —notas que son fantasmagóricamente reforzadas por Kubler-Ross y
Moody. No es sorprendente la atracción que ejerce la tanatología cuando vemos
que la muerte es la preocupación principal de todo el mundo (el libro del doctor
Moody es un best-seller,
y un tema normal de conversación).
Este hecho, integrado con un desmantelamiento sutil pero directo del evangelio,
hace que todo este asunto sea un candidato principal de intromisión
satánica.
LA CENTRALIDAD DE LA MUERTE
El hecho es que al centrar nuestra
atención en la cuestión de la muerte, por este mismo hecho ponemos nuestra
conciencia en el núcleo absoluto de la condición humana. No hay ningún asunto
metafísico en el que la muerte no arroje su sombra, ni hay ninguna cuestión
teológica que ella no suscite, ya sea directa o indirectamente. La Biblia dice
que todo el sufrimiento, corrupción y alienación es en realidad una expresión de
la Caída (Génesis) que fue el resultado de una desobediencia. La muerte es el
signo preeminente de aquella Caída, y el símbolo del rechazo que Dios hace del
pecado. Es, como consecuencia, la convicción final de pecado, que choca contra
la futilidad de una vida vivida aparte de Dios (o en devoción a falsos dioses).
Es precisamente en este punto en el
que el Diablo debe mantener su última trinchera, debido precisamente a esto. Puede aislar a las
personas de manera efectiva de Dios y del evangelio de Cristo en tanto que pueda
establecer condiciones que sirvan de anestesia para la mente en cuanto a la
punzante realidad de la muerte como maldición y juicio.
Parte de este poder de convicción de la
muerte resulta del hecho de que bíblicamente no es un complemento normal y
benigno de los procesos de la vida, sino que es algo ajeno y anormal. Esto queda
bien claro en el tercer capítulo de Génesis, en el que el orden de la naturaleza
es puesto en contra del hombre en un recuerdo y premonición continuos de la
muerte y el juicio pendientes (Génesis 3:17-19). En el Nuevo Testamento, Pablo
repite este tema al describir a la muerte como un «enemigo», y declara que será
el último en ser destruido (1 Corintios 15:26). Jesús mismo se enfrentó a la
muerte como un enemigo cuando se preparó a llamar a Lázaro de la tumba (Juan
11). El evangelio de Juan dice que estuvo ante la tumba «estremecido de espíritu
y conmovido» (Juan 11:33), pero ésta es más bien una traducción débil. El griego
original connota ultraje, enemistad e indignación como componentes de su
respuesta a la realidad de la muerte. (Podríamos mencionar que no se nos informa
de ninguna experiencia extracorporal que Lázaro hubiera tenido en sus cuatro
días en el sepulcro.)
En vivo contraste con esta revelación, los
tanatólogos tienden a proceder sobre un conjunto de premisas que aceptan el
actual estado cósmico de las cosas (incluyendo la universalidad de la muerte)
como «supuesto» o normal, y por lo tanto absoluto. Ya que éste es el mismo
conjunto de premisas que guía al naturalismo, al humanismo, y a la mayor parte
de las religiones mundiales, quizá no sea sorprendente que las conclusiones de
Moody, Kubler-Ross y Monroe est;en hallando una audiencia crecientemente
entusiasta en una sociedad «poscristiana».
LA TANATOLOGÍA Y EL CRISTIANISMO
Pero todo ello era de esperar. Lo que es
entristecedor es el entusiasmo con que los «hallazgos» de la tanatología han
sido acogidos por grandes números de cristianos sin discernimiento. Sólo se
puede llegar a la conclusión de que no han sopesado las implicaciones de la
tanatología en la visión del mundo, o que simplemente no las perciben. Pero
consideremos la siguiente cita del libro de Moody:
Así, en la mayor parte de los casos, el
modelo premio-castigo en la vida futura es abandonado y repudiado, incluso por
parte de muchas personas que estaban acostumbradas a pensar de esta manera.
Hallaron, para gran sorpresa suya, que incluso cuando sus hechos aparentemente
más terribles y pecaminosos quedaron manifestados ante el ser de luz, el ser no
contestó con ira o enojo, sino más bien con comprensión, e incluso con humor.
Una mujer que pasó por esta revisión de su vida con este ser vio algunas escenas
en las que no había mostrado amor, sino egoísmo. Pero ella dice: «Su actitud
cuando llegamos a estas escenas fue simplemente que yo había estado aprendiendo,
incluso entonces».13
Para aquellos que aceptan los resultados
de nuestros investigadores contemporáneos de la muerte, el pecado es
esencialmente una irrealidad, tan solo las huellas y marcas de una imperfección
transitoria. Es evidente que queda bien poco, si es que queda algo, de las
doctrinas de la Caída, Redención y arrepentimiento ante Dios. La muerte
expiatoria y la resurrección victoriosa de Jesucristo ya no son tan solo
innecesarias, sino sin significado, totalmente irrelevantes. La santidad de Dios
y Sus absolutos morales y espirituales quedan desvanecidos bajo la influencia
del soporífero espiritual que es la tanatología. Todo esto tiene una resonancia
familiar en el libro del Génesis:
«Pero la serpiente era astuta, más que
todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la
mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer
respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de
él, ni le tocaréis, para que no muráis.
»Entonces la serpiente dijo a la
mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él,
serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.»
(Génesis 3:1-5.)
Desde esta perspectiva, parece más y más
evidente que personas como Monroe, Kubler-Ross y Moody son unos peones muy a
disposición e influyentes en una partida cósmica de ajedrez. Kubler-Ross intuyó
parcialmente los objetivos de una de las partes de este conflicto cuando
compartió con otros su esperanza de que «en las próximas décadas podamos ver un
universo, una humanidad, una
religión que nos una a todos en un mundo pacífico» (énfasis añadido).14
En todo caso, parece ser que estamos
tratando con unas fuerzas y unos conceptos que han sido prohibidos y opuestos
por Dios y por Su pueblo ya desde Moisés (en cuanto a lo que se refiere a los
registros escritos, en realidad la batalla va mucho más atrás, a la Caída). Como
dijo Salomón: «No hay nada nuevo bajo el sol». En último análisis, no tenemos
conocimiento detallado de la «tecnología espiritual» necesaria ni de la dinámica
involucrada. No se tiene toda la evidencia a disposición. Parece ser que las
personas envueltas en ello han tenido experiencias espirituales que pueden haber
sido influenciadas u orientadas místicamente desde el principio, y que por lo
tanto eran «manipulables». Quizás estas experiencias son comunes, reacciones
psicológicas o fisiológicas, adornadas con exageraciones, y quizás algo de ello
esté inventado. Como sucede con otros problemas complejos, es con toda certeza
una mezcla maestra de todos estos elementos, produciendo un conjunto de datos
experimentales que es «real», pero que no es «verdadero» en el sentido de
interpretarnos de manera correcta la naturaleza de Dios y de la condición
humana.
La conclusión revelada por Dios en la
Biblia es que el hombre es salvado porque Cristo tomó su lugar en la Cruz, en el
juicio que el hombre merecía por sus pecados. Se adquiere esta salvación por la
fe en Aquél que nos la procuró. La resurrección es una consecuencia de esta obra
de Cristo, que venció a la muerte. El creyente será resucitado de entre los
muertos por medio del poder de Cristo. El mensaje de Jesucristo, en la Biblia,
no es simplemente el de la inmortalidad del alma. Es mucho más que esto, es la
resurrección, por medio de la cual abandonaremos la tumba. Es solamente la
muerte de Cristo, el segundo Adán, que pudo destruir la muerte misma por Su
resurrección, y así constituirse Él mismo en nuestro Salvador de nuestra culpa y
del poder final de la muerte.
MARK ALBRECHT y BROOKS
ALEXANDER
NOTAS Y
BIBLIOGRAFÍA
1. W. Y. Evans-Wentz, ed., The Tibetan Book of the Dead (New York: Oxford University Press, 1960), pág.
v.
2. Joan Kron «The Out-of Body Trip: What a Way to Go!» New York, December 27, 1976 - January 3, 1977, págs,
66-68.
3. Ibid.,
pág. 66.
4. Ibid.
5. Ibid.
6. Entrevista publicada en el Sunday Examiner and Chronicle, 14 de noviembre de 1976, sec. B, pág. 7.
7. Lennie
Kronisch, «Elisabeth Kubler-Ross: Messenger of Love», Yoga Journal, noviembre-diciembre, 1976, pág. 18.
8.
Entrevista publicada en National
Enquirer, 1 de
febrero de 1977.
9. Kronisch, referencia núm. 7, pág. 20.
10. Edwin
Schneidman, citado por Kron, referencia núm. 2, pág. 71.
11. Elisabeth
Kubler-Ross, Death: The Final Stage
of Growth (Englewood Cliffs, New
Jersey: Prentice Hall, 1975), pág. 166.
12. Ibid., págs. 166-167.
13. Raymond Moody,
Life After Life (Vida después de la Vida) (Atlanta: Mockingbird
Books, 1975), pág. 70.
14.
Kubler-Ross, referencia núm. 11,
pág. 3.
4
Vida después de la Vida
Un libro de Raymond
Moody, Jr.
Editado por EDAF
Con el actual interés en lo
psíquico/espiritual en expansión constante, era solamente asunto de tiempo para
que un libro como Vida Después de
la Vida, de Raymond Moody, llegara
a la lista de libros mejor vendidos y recibiera amplia atención. El libro toca
las cuestiones definitivas, y Moody lanza respuestas definitivas con el aplomo
de un malabarista de circo. Tanto las cuestiones como las respuestas son
presentadas con un revestimiento de credibilidad académica y científica en el
análisis que Moody efectúa de las «experiencias extracorporales» de personas que
fueron declaradas clínicamente «muertas» pero que más tarde revivieron. Sus
experiencias, así como las de personas que «casi murieron» de enfermedad,
accidente o heridas, presentan pautas y semejanzas que Moody estructura e
interpreta para sus lectores como prototipos o «muestras» de una vida eterna que
sigue a la muerte.
Después de haber entrevistado a unas 150
personas, el autor ha confeccionado una «experiencia post-mortem» que sumariza de esta manera:
Un hombre está muriendo, y cuando llega al
punto de mayor incomodidad física, oye que su doctor lo pronuncia muerto.
Empieza a oír un sonido desagradable, un timbre alto o un zumbido y,
simultáneamente, siente que se está moviendo muy rápidamente a través de un
largo y oscuro túnel. Después de ello, se halla repentinamente afuera de su
propio cuerpo físico, pero todavía en su vecindad, como si fuera un espectador.
Observa los intentos de resucitación desde su desusado punto de observación y en
un estado emocional caótico.
Después de un rato, se tranquiliza y empieza
a adaptarse a su extraña condición. Se da cuenta de que todavía tiene un
«cuerpos», pero de una naturaleza muy diferente y con capacidades muy diferentes
de las del cuerpo físico que acaba de abandonar. Pronto empiezan a suceder otras
cosas. Otros vienen a reunirse con él, y a ayudarle. Vislumbra los espíritu de
parientes y amigos que ya habían muerto, y un espíritu amoroso y acogedor, de
una clase que nunca ha conocido antes —un ser de luz aparece ante él. Este ser
le hace preguntas, de una manera no verbal, para hacer que evalúe su vida y le
ayuda a ello mostrándole una proyección panorámica instantánea de los sucesos
más importantes de su vida. Llega un punto en el que le parece que se está
aproximando a una especie de barrera o de límite, que según parece representa el
límite entre la vida terrena y la futura. Pero, encuentra que debe volver a la
Tierra, pues el tiempo de su muerte todavía no ha llegado. En este punto él se
resiste, pues habiendo experimentado lo que es la vida futura no quiere volver.
Está abrumado por intensos sentimientos de gozo, amor y paz. A pesar de su
actitud, en alguna manera es impulsado a volver y se reúne con su cuerpo físico,
volviendo a la vida.
Moody admite que el «modelo» anterior está
tomado de las experiencias de muchas personas, y que ninguna persona
entrevistada las ha experimentado todas a la vez. Pero afirma que estos sucesos
son temas repetitivos en experiencias de muerte clínica/resucitación.
El autor, doctor en medicina con doctorado
en ciencias (Ph.D.) ha estado efectuando esta clase de investigación durante los
últimos cinco años, colaborando a menudo con otra bien conocida «tanatóloga»,
Elisabeth Kubler-Ross. Se debería señalar que, mientras que ostensiblemente son
investigadores sinceros y dotados, ambos mantienen unas presuposiciones místicas
que colorean sus conclusiones: Kubler-Ross admite abiertamente haber tenido
conversaciones con su «espíritu-guía», que se llama a sí mismo «Salem». Moody,
miembro de la Iglesia Metodista, fue no obstante un chapuzador en
investigaciones psíquicas y en el ocultismo por algún tiempo. Un conocido suyo
de sus tiempos de estudiante en la Universidad de Virginia (a mediados de los
años 60) lo describe como —ya entonces— «un místico de clausura».
Así, el tono del doctor Moody es
contradictorio; en la introducción de su libro se presenta a sí mismo como un
científico-médico de armas tomar, hablando de una forma mansamente consciente
sobre el asunto y diciendo: «No estoy tratando de demostrar que hay vida más
allá de la muerte, ni creo que sea posible dar “pruebas” de ello en la
actualidad». No obstante, se debería señalar que el título que él ha puesto al
libro es una afirmación, no un interrogante: Vida Después de la Vida, y que marca el tono de todo el libro. Su trabajo
es fácil de leer, incluso fascinante; sus entrevistas con gente que ha
«sobrevivido» a la muerte son vivaces y detalladas, intercaladas entre sus
propios comentarios. No obstante, la narrativa del autor es claramente selectiva
y manipuladora, algo muy parecido a un «Tour» a San Francisco para turistas —al
turista se le muestra el Muelle de los Pescadores, Chinatown y el Golden Gate,
pero se evita cuidadosamente el Tenderloin, Hunter's Point y el gheto
industrial. Así, el turista recuerda a San Francisco como un centro cosmopolita
vibrante, como un centro de cultura, y se le mantiene ignorante, de manera
deliberada, acerca del sufrimiento y pobreza que se halla al otro lado de la
colina.
De la misma manera, el autor nos guía por
un bien preparado «tour» por el más allá. Al ir desarrollando cada sección,
Moody cita los ejemplos que mejor se acomodan a su tesis. Pero, tomadas en
conjunto, las experiencias de sus sujetos varían ampliamente, tanto en contenido
como en reacciones emocionales —tan sólo podemos hacer suposiciones sobre cuánta
evidencia contradictoria el autor ha dejado sin mencionar. Por ejemplo, nunca
menciona el porcentaje de personas que son resucitadas sin haber pasado por una
experiencia extracorpórea. Aunque tiene el suficiente cuidado para evitar
juicios sobre valores de manera explícita, que podrían apoyar o atacar algún
sistema particular de creencias, su tendencia es claramente la de la clásica
interpretación ocultista de la condición humana. El lector promedio sin visión
crítica, debido a la dirección sutilmente señalada y a una cierta impulsión
mental que el libro ejerce, ya sacará por sí mismo las conclusiones deseadas por
el autor.
El discurso del apóstol Pablo sobre el
cuerpo espiritual (1 Corintios) es utilizado para autentificar los hallazgos de
Moody, así como la conversión de Pablo en el Camino de Damasco. (Aquí él
identifica al «ser de luz» con la manifestación de Jesús a Pablo, una
interpretación que apoya sus puntos de vista sincretistas de una manera muy
adecuada para él.) No obstante, tanto aquí como en el resto del libro esquiva
las cuestiones teológicas más palpitantes, y después pasa a trazar paralelismos
con Platón, Swedenborg (un psíquico-místico del siglo XVIII) y con
El Libro Tibetano de los
Muertos.
Describe los paralelismos entre éstos y
sus hallazgos como «nada menos que fantásticos» (¡y desde luego, el significado
latino de la palabra «fantástico» —que es «de la imaginación, o «visionario»—,
es el más adecuado aquí!). Dando su opinión editorial del problema del bien y
del mal, el doctor Moody comenta: «En lugar de este antiguo modelo (o sea, la
idea bíblica del tener que dar cuenta de los actos malvados, con el castigo
correspondiente), muchos parecen haber retornado con un nuevo modelo y una nueva
comprensión del mundo del más allá —una visión en la que no hay inclusión de
ningún juicio unilateral, sino más bien un desarrollo cooperativo
hacia el fin
principal de la autorrealización— (énfasis nuestro). Parece casi superfluo señalar
que este punto de vista está en directa oposición a todo el conjunto de
enseñanzas de Pablo, y desde luego del de Jesús.
Esta última afirmación de Moody nos lleva
directos al núcleo de la cuestión, o sea: el mensaje proclamado en su libro es
totalmente amoral. Relega los conceptos de pecado, arrepentimiento,
responsabilidad y juicio divino a la papelera medieval de creencias inútiles y
anticuadas. El sucedáneo descafeinado que Moody presenta como «buenas nuevas» es
que todas las personas, sin importar su fe ni su comportamiento, «pasarán»
después de su muerte, en tanto que no hayan cometido maldades atroces. El ubicuo (o por lo menos peripatético) «ser de
luz» recibe sus pecados con comprensión, humor y compasión, señalando que estos
fallos forman parte del proceso evolutivo de aprendizaje. Esta es la visión
ocultista del mundo que Moody defiende en directa oposición a las doctrinas
bíblicas fundamentales de la Caída, Redención, arrepentimiento y la santidad de
Dios. Consecuentemente, se hace inútil el verdadero evangelio (buenas nuevas) de
Jesucristo para aquellos que aceptan el concepto del «camino ancho» que Moody
les presenta de la salvación (Mateo 7:13-14).
Tanto el doctor Moody como la doctora
Kubler-Ross hablan frecuentemente en Iglesias, además de propagar sus puntos de
vista por muchos medios de comunicación. Su fama se está extendiendo y su
mensaje está siendo recibido con gozo por masas de gente sin discernimiento,
tanto de dentro de las iglesias como de afuera. En enero de 1977 la revista
Reader's Digest lo publicó en forma condensada, con la cubierta
proclamando «Vida después de la muerte ... los testimonios aumentan».
A causa de que la muerte se entromete con
cruda finalidad sobre la misma esencia de la vida, conjura los más sombríos
temores de la humanidad; «un abismo llama a otro», como exclamó el salmista.
Quizás es debido a esto que los «hallazgos» de Moody y de sus amigos han tenido
una acogida tan favorable por parte de gente de todos los niveles de la vida, y
que su fama y credibilidad crezca —le están diciendo a la gente lo que ésta quiere precisamente
escuchar: redención sin
arrepentimiento, aceptación sin culpabilidad.
Las cuestiones suscitadas por el libro de
Moody son, desde una perspectiva bíblica, profundas y evasivas a la vez. En
último análisis, hay muchos espíritus en el mundo, muchas experiencias, muchas
tendencias y muchas opiniones. Pero sólo Uno personifica toda la verdad. Juan,
el discípulo amado, escribiendo en sus últimos años, estando lleno de sabiduría
y del Espíritu Santo, expuso el caso de una manera clara y sucinta: «Amados, no
creáis a todo espíritu, sino probad a los espíritus si son de Dios; porque
muchos falsos profetas han salido por el mundo» (1 Juan 4:1).
MARK ALBRECHT
«...obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.
Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que no es extraño si también sus ministros se
disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras (2 Corintios 11:15).
© Copyright por Spiritual Counterfeits Project, Inc., 1977 - Berkeley -
California.
1
En el verano de 1952, un grupo
de OVNIS zumbó alrededor de la Casa Blanca tres veces. En cada ocasión se
enviaron precipitadamente cazas interceptores a reacción, pero los OVNIS
escaparan a velocidades de 12.000 km/h. No provocaron ningún daño, pero
aparecieron en las pantallas de Radar durante varias horas.
2
El doctor Hynek está en la
actualidad asociado con el Astronomical Research Center en la Universidad
Northwestern y también ha trabajado con la NASA y con el observatorio
astrofísico Smithsoniano. Cuando estaba empleado en un departamento
gubernamental como consultor de sus estudios sobre los OVNIS, se le pedía
ocasionalmente que sobrepasase los limites de credibilidad en los esfuerzos de
desacreditar las observaciones de OVNIS; fue el doctor Hynek el que desarrolló
la infame teoría de «gases de los pantanos» para dar cuenta de algunas de las
observaciones de 1966 en Michigan. Es un tributo a la honestidad del doctor
Hynek que al final concluyera en que se precisaba un enfoque más abierto e
íntegro —y que ayudase a iniciarlo.
3
Vemos en Éxodo 7:10-12 que la
vara de Aarón se comió las varas de los magos. Las imitaciones no pueden
enfrentarse con la verdad.
4
Subrayado nuestro —se pueden
correlacionar los subrayados con las características principales del caso Brian
Sean citado anteriormente.
5
Ver la crítica del libro en el
capítulo 4.
Agradecimientos
SEDIN (Servicio Evangélico de Documentación e
Información) desea manifestar su
profundo agradecimiento a SPIRITUAL COUNTERFEITS PROJECT, y la BERKELEY
CHRISTIAN COALITION de Berkeley, California.
SEDIN
Apdo. 2002
08200
SABADELL
(Barcelona) ESPAÑA
© Spiritual Counterfeits Project, Inc.
1977 P.O. Box 4308, BERKELEY, CA
© 1981 SEDIN, Apartado 2002 - Cassà de la
Selva (Barcelona), ESPAÑA
para la versión española
© 2003 SEDIN,
Apartado 2002 - SABADELL (Barcelona), ESPAÑA
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