Santiago
Escuain
Religiones
orientales y cristianismo
—
reseña de una conferencia
RABINDRANATH R. MAHARAJ fue el conferenciante que el
pasado martes
12 de noviembre [1996] por la tarde dio la conferencia
con el título
de este encabezamiento en la Universidad de Gerona, en
la Casa de la
Cultura, en un acto patrocinado por los Grupos
Bíblicos
Universitarios (GBU). La conferencia fue traducida a
la lengua
catalana por Santiago Escuain, que actuó
también de
intérprete en el animado coloquio que tuvo
lugar al final.
Rabindranath Maharaj es el descendiente de una larga
línea de
sacerdotes brahmanes y recibió
instrucción como yogui.
Su abuelo había sido gran sacerdote en la
ciudad santa de
Benares, en la India, y su padre había sido un
yogui y guru
adorado por sus seguidores. Rabindranath siguió
sus pasos, y
ya de pequeño meditaba muchas horas diarias,
experimentando
con frecuencia fenómenos psíquicos.
Muerto su padre, en
su adolescencia cumplió la predicción de
pandits
y astrólogos en el sentido de que sería
un gran guru
hindú. Tenía un gran número de
seguidores que lo
adoraban como un avatar y que le presentaban
ofrendas.
En su instrucción llegó a conocer
profundamente los
Vedas, las escrituras sagradas de los hindúes.
Por todo ello
está extraordinariamente calificado para
exponer esos temas.
Acerca de los mismos ha dado clases y conferencias en
universidades
por todo el mundo.
Hinduismo - Nueva Era
En su conferencia hizo un análisis del
contenido y de las
consecuencias de las creencias del hinduismo en
particular, y del
gran movimiento de la Nueva Era como un gran
«paraguas»
bajo el que caben toda clase de movimientos
místicos y
esotéricos en general. La Nueva Era es un gran
abanico de
misticismos orientales revestidos con ropajes
occidentales. El
conferenciante se refirió a la actual actitud,
tan
generalizada, que considera que «todas las
religiones conducen
al mismo fin y hablan de mismo Dios», y expuso
las radicales
diferencias de fondo entre el hinduismo y la Nueva Era
por una parte,
y con el cristianismo apostólico por la otra.
El hinduismo y Dios
En el hinduismo, cuando se habla de Dios, el concepto
es que Dios es
el TODO. Todo es Dios y nada hay que no sea Dios. La
única
realidad es el Absoluto, Brahman, y la
aparente existencia de
todo el universo de mente y cuerpo como el hombre lo
experimenta es
tan sólo maya, ilusión.
Así, toda la
actual rueda de la existencia es una ilusión,
la
individualidad misma es un mal, y el karma es
la implacable
ley de causa y efecto. Para poder llegar a la
liberación es
preciso alcanzar primero la conciencia de que el Yo
individual no es
diferente del Yo Absoluto de Brahman, y que
uno forma parte de
una totalidad de la que no se diferencia de nada.
El Yoga - la salvación en el hinduismo
Este es el propósito del Yoga, que no es en
absoluto un
ejercicio para conservar una buena forma
física, sino la parte
central del hinduismo para alcanzar la
salvación, que
significa la unión con Brahman mediante
la
autorrealización, la unión con Brahman,
el Yo
impersonal trascendente eterno, y de esta manera
conseguir salir de
la fútil rueda de la existencia, con sus
múltiples,
temidas y aborrecidas reencarnaciones debidas al karma.
El Yoga - el camino a la salvación en el
hinduismo
El yoga comporta la meditación en el
sentido oriental
de introspección, de liberación de la
mente de todo
pensamiento voluntario o racional, conduciendo a la
contemplación del interior del ser y de la
pasividad, para
alcanzar a la entrada en la conciencia de la unidad
con
Brahman. Comporta también en
último
término cortar con todos los vínculos
externos de este
mundo, que no es nada más que maya, la
apariencia
externa tal como el hombre la ve.
El karma
El karma exige la reencarnación debido
a que si alguien
mata una hormiga, en su siguiente reencarnación
debe volver
como hormiga con la conciencia de que es hormiga,
a fin de
morir tal como ha muerto. Si alguien mata un
escarabajo, en la
siguiente vida ha de volver como escarabajo. Esto
lleva a dos
consecuencias prácticas en el hinduismo: (1) la
esclavización de los hombres bajo toda una
seria de plagas que
no se atreven a combatir, porque (a) podrían
estar matando a
un difunto pariente o amigo; (b) temor a las
consecuencias del
karma, que inutilizaría todos los pasos
hechos en el
yoga hacia la salida final de la rueda de las
reencarnaciones.
(2) La falta total de compasión en la sociedad
hindú
como tal.
Consecuencias personales y sociales
El conferenciante expuso que según las
escrituras
hindúes, el Gita y los Vedas, es malo procurar
el bien de los
parias o de los desafortunados. Lo que padecen
es consecuencia
del karma, y se debe dejar que lo padezcan
para de esta manera
llegar en la vida siguiente a una mejor
reencarnación. Esto
conduce a la pasividad social, al estancamiento, a la
pobreza, abre
paso a las epidemias y al hambre. Ante la llegada de
misioneros
cristianos de occidente, los sacerdotes hindúes
han tratado de
hacerles ver que desde una perspectiva hindú no
estaban
haciendo un bien a los pobres al ayudarlos. Toda la
acción
sanitaria y benéfica en la India ha tenido su
origen desde
fuera de la India, y ha sido resistida por los
brahmanes, la casta
superior, privilegiada y rica, que la ha considerado
como un mal
fundamental que se hacía a aquellos que
precisaban pagar su
karma de vidas anteriores en esta vida
presente.
La reacción budista
De hecho, Gautama Buda, un príncipe indio,
hacia el siglo 5
a.C., reaccionó contra el hinduismo y su
implacabilidad, y
formuló su propio sistema. Es preciso
añadir que las
diversas formas de budismo que se profesa en la
actualidad y el culto
al Buda deificado chocan frontalmente contra lo que
Buda
enseñó, siendo que negaba la
deificación de
ningún hombre, él incluido.
La muerte de un guru: Una nueva vida en Jesucristo
El conferenciante habló de la liberación
que
comportó para él llegar a comprender el
mensaje de
Jesucristo tal como es dado en el Nuevo Testamento.
Esto lo
llevó, tras un largo proceso, a abandonar el
hinduismo como
sistema humano, ante el testimonio divino de
Jesucristo.
Hinduismo y cristianismo - contradicciones
fundamentales
El hinduismo dice que no existe distinción
alguna entre el
Creador y la Creación y que la creación
es una
pesadilla del Creador; afirma también que la
salvación
reside en volver a la conciencia de que el hombre es
realmente Dios.
En contraste con ello, según la
revelación
bíblica el Creador y la Creación son
cosas bien
diferentes. El Creador es eterno, autoexistente,
Personal y distinto
de sus criaturas humanas, que poseen una personalidad
y voluntad
distintas y propias, y que pueden mantener una
relación de
amor con el Creador, de forma libre y por tanto vivida
de manera
genuina, con el gozo de la conciencia y con la
conciencia del gozo.
Según el cristianismo bíblico, la
salvación se
hace necesaria debido al alejamiento del hombre de
Dios, por cuanto
el hombre, haciendo mal uso de su libertad, dio la
espalda a Dios y
se lanzó por sus propios caminos,
cerrándose a
Dios.
El pecado en contraste al karma - la
salvación en el
cristianismo
En contraste con el karma y su rueda de
reencarnaciones en el
hinduismo, Jesucristo muestra que existe el pecado, la
enemistad
contra Dios y contra el prójimo, y con todas
las consecuencias
personales y sociales que ello conlleva:
egoísmo, odios,
luchas, homicidios, avaricia, impureza. Y la
consecuencia es que,
según las Escrituras bíblicas, «de
la manera que
está establecido para los hombres que mueran
una sola vez, y
después de esto el juicio, así
también Cristo
fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de
muchos; y
aparecerá por segunda vez, sin relación
con el pecado,
para salvar a los que le esperan»
(Epístola a los
Hebreos, 9:27). Así, Dios se encarnó una
sola vez,
haciéndose miembro de la raza humana, en la
persona del Hijo.
Por medio de esta verdadera encarnación, como
verdadero Hombre
pero siendo a la vez Dios, el Hijo, enviado por
iniciativa del Padre
por amor a los hombres y como provisión divina,
pagó
las culpas de los hombres, habiendo venido a formar
parte de su raza,
pero siendo Él sin culpa ni pecado.
Resurrección en contraste a
Reencarnación
Jesucristo pudo como Salvador dar plena
satisfacción a la
Justicia divina pagando los pecados de los hombres, a
fin de que todo
aquel que acepte en don de Dios, creyendo en
Jesucristo, reciba
gratuitamente la vida eterna; una vida eterna que se
recibe ahora por
la fe, y que se manifestará plenamente en el
creyente en una
resurrección para la eternidad, con una
relación
interpersonal con Dios y unos con otros.
La fe en Jesucristo - el camino cristiano a la
salvación
El conferenciante expuso que según lo predicho
por los
profetas del Antiguo Testamento y proclamado por los
apóstoles
del Nuevo Testamento como ya cumplido, queda abierto
el camino,
mediante la fe en la palabra de Dios y en Jesucristo y
Su obra. No es
preciso hacer nada, sino aceptar el don del amor de
Dios, porque
Jesucristo lo ha hecho todo por nosotros.
¿Donde quedan las
obras? Según el Nuevo Testamento, tienen desde
luego su lugar.
No son el camino de la salvación, sino el
camino de aquel que
ha recibido la salvación, porque la
salvación es
«no por obras», pero «para buenas
obras». Las
obras no son la causa, sino la consecuencia de una
salvación
recibida y vivida (Epístola del apóstol
Pablo a los
Efesios, 2:8-10).
Conclusión de la conferencia
Así, el conferenciante dejó evidente que
no todas las
religiones enseñan el mismo objetivo, que no
todas las
religiones hablan del mismo Dios, y que el contenido
fundamental del
hinduismo y de la Nueva Era en general y del
esoterismo son
radicalmente diferentes del mensaje de un Dios
personal que llama a
los hombres a Él con deseo, en total contraste
con la terrible
dificultad del sistema hindú de una deidad
impersonal a la que
es preciso llegar a través de una vida de
rituales y
ceremonias externas y de experiencias místicas
de naturaleza
ocultista. En las Escrituras cristianas, el Dios
manifestado en
Jesucristo como Dios justo y de perdón, de amor
y
compasión, dice, en contraste con todo ello:
«Yo estoy a la
puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré
con él, y
él conmigo» (Apocalipsis 3:20).
El mensaje del cristianismo, en contraste con el del
hinduismo, es
el de un Dios personal y solícito. El
conferenciante expuso
que es el mismo Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo quien
dio a Su Hijo por amor a nosotros, para que muriese
por nuestros
pecados y para llamarnos a la salvación por la
fe en
Él. Y es el Señor Jesucristo mismo
quien, con amor e
insistencia, nos convida a que le abramos la puerta.
Él
está dispuesto a entrar y a darnos Su
comunión, si tan
sólo nosotros le recibimos.
Esta presentación fue seguida de un animado
coloquio con la
participación de los asistentes, y que se
prolongó
hasta mucho más allá de la hora
prevista. Se agradecen
desde aquí la paciencia y las atenciones del
encargado de la
sala.
Reseña de la conferencia por Santiago Escuain
© SEDIN 1999
SEDIN
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