HICSOS
o HIKSOS
Según la reconstrucción convencional de la
historia de Egipto, los hicsos fueron el grupo dominante de Egipto,
constituyendo las dinastías XV y XVI, en una fecha que
varía con los autores (1650-1542, Gran Enciclopedia Rialp).
El término hicsos proviene de
Maneto, y su traducción del egipcio es «soberanos de
países extranjeros» («hk,. w,sw.t» = Hekayesut).
Por lo general se acepta que Jacob y
sus hijos se establecieron en Egipto durante la dominación de
los hicsos. Sin embargo, la cronología convencional de Egipto
está sujeta a grandes problemas, uno de los cuales lo ha
constituido el de la identificación de los hicsos.
Autores como Velikovsky y Courville
han llegado, tras un cuidadoso análisis de fuentes literarias,
históricas y monumentales, a identificar a los hicsos con los
amalecitas. Hay varios elementos que permiten llegar a esta
identificación:
(a) Por una parte hay el registro de
Maneto, sacerdote egipcio, que afirma que los hicsos, «una raza
innoble de oriente», conquistaron Egipto sin dificultad alguna, sin
tan siquiera haber librado una batalla. (Citado en Josefo, Contra
Apión 1:14.) Esto puede comprenderse dentro del marco del
éxodo israelita. En Refidim, los israelitas fueron atacados
por Amalec, quedando victoriosos sólo gracias a la
intervención divina por la intercesión de Moisés
(Éx. 17:8-16).
(b) Hay todo un conjunto de
tradiciones esparcidas por Arabia acerca del tema de la conquista de
Egipto por parte de los amalecitas, como resultado de una
migración que emprendieron, empujados por un cataclismo de
gran magnitud, hacia Egipto. Así, autores de la temprana Edad
Media, como Al-Shamhudi, Masudi, Albufeda, y otros, relatan esta
migración de los amalecitas y, también, el «paseo
militar» en el que Egipto cayó en manos de los amalecitas como
una fruta madura.
(c) Hatsepsut, reina de una
dinastía posterior a la de los hicsos, dejó una
inscripción referente a sus obras de reconstrucción de
la tierra expoliada con la rapaz dominación de los hicsos.
Ella les da el sugerente nombre de «amu», afirmando que la capital de
ellos fue Hauar (Auaris), y que no habían dado culto al dios
Ra. Esto identifica a los amu con los hicsos. En base a la
cronología revisada, Hatsepsut fue contemporánea de
Salomón.
(d)
En sellos oficiales de las
dinastías de los hicsos se han hallado nombres como Apop I,
Apop II. Fue Apop I el que, al cabo de unas pocas décadas
después de la invasión de los amu, fundó la
ciudad de Tebas. En la tradición griega, hubo en Egipto un rey
llamado Ogyges que fue el fundador de Tebas. Ahora bien, Apop es una
transcripción provisional de los egiptólogos para una
inscripción cuyas consonantes admiten la equivalencia
«Agog»,
que entonces concuerda con el registro bíblico acerca del
nombre de los reyes amalecitas. Esto explica las menciones a Agag y a
Amalec en los exaltados términos con que se hallan en el libro
de los Números, mientras el pueblo de Israel se hallaba en el
desierto: «Enaltecerá su rey más que Agag»
(Nm. 24:7); «Amalec, cabeza de naciones» (Nm. 24:20).
Según las
tradiciones rabínicas, Amalec se dispuso a conquistar todo el
mundo. Se han hallado sellos de los reyes hicsos en Creta, Palestina,
Mesopotamia y en otros lugares alejados de Egipto. Así, la
fama del rey Ogyges fundador de Tebas, que había llegado a
oídos de los griegos, concuerda con el nombre Agag, que se
identifica con la línea de faraones Apop. Ello concuerda con
la ecuación hicsos = amu = amalecitas.
(e) La destrucción de los
amalecitas por parte del rey Saúl, y la muerte del
último rey Agag a manos de Samuel (1 S. 15) marca en la Biblia
el punto de la reaparición de Egipto como potencia. La
campaña de Saúl contra los amalecitas fue hacia el sur,
lo cual concuerda con el hecho de que las hordas de hicsos que fueron
expulsadas por el primer faraón de la restauración
egipcia, Ahmose I, no dejaron rastro histórico. Saúl
terminó con el poderío amalecita, aunque quedaron
todavía partidas amalecitas que se dedicaron a merodear. Un
caso interesante es el de un esclavo egipcio de un señor
amalecita, lo cual concuerda con esta etapa de transición (1
S. 30:13 ss).
La identidad de los hicsos parece ya
definitivamente desvelada con los valiosos estudios de Velikovsky,
Courville y otros investigadores de fuentes antiguas. Los
hicsos-amalecitas entraron en un Egipto indefenso, sin
ejército ni organización militar ni política,
devastado por las diez plagas y por la mortandad en el mar Rojo, sin
Faraón ni recursos de ninguna clase, y cayó
fácilmente en manos de la nación amalecita en su
búsqueda de nuevos dominios. Esta conquista tuvo lugar en la
época del Éxodo, alrededor del año 1.441 a.C. La
liberación de Egipto de los hicsos-amalecitas tuvo lugar
durante el reinado de Saúl en Israel, y la ascensión de
Ahmose I al trono de Egipto como primer faraón de la primera
dinastía autóctona después de los hicsos, la
XVIII, alrededor del año 1020 a.C, se debió a la
victoriosa campaña de Saúl, que quebrantó el
yugo hicso que mantenía sometido a Egipto.
Todos los registros coinciden en la
extrema rapacidad de los «reyes-pastores», los faraones hicsos. Su
capital estuvo mayormente situada en Avaris, cerca de el-Arish
actual. (Véanse AMALECITA, EGIPTO, ÉXODO, FARAÓN.)
Santiago Escuain
Bibliografía:
(Véase la Bibliografía
en el artículo EGIPTO.)
Artículo procedente
del Nuevo Diccionario
Ilustrado de la Biblia,
de Editorial CLIE,
Samuel Vila y
Santiago Escuain, redactores
(CLIE, Terrassa 1985, 1185 pp.).
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