Henry
Morris, Ph.D.[*]
La
evolución — ¿dónde están las pruebas?
El
Dr. Henry M. Morris, padre
del moderno movimiento del creacionismo científico,
dedicó su vida a mantener
la exactitud y la autoridad de la Palabra de Dios. Combinando su
conocimiento
científico con un profundo conocimiento de las Escrituras,
emprendió combatir
de manera clara y concisa los errores del evolucionismo. En el
artículo que
sigue,* el Dr. Morris arroja luz sobre las falsas pretensiones del
evolucionismo,
empleando las palabras de los mismos evolucionistas. Sus palabras son
tan
ciertas hoy como cuando fueron escritas en el pasado.
La
creencia en la evolución es
un fenómeno notable y mayormente inexplicable. Es una creencia
sustentada por
la mayoría de los intelectuales por todo el mundo, a pesar del
hecho de que no
tiene una verdadera evidencia científica que la apoye. Los
evolucionistas
alegan que la evolución es un hecho científico
demostrado, basado en una
multitud de pruebas científicas, ¡pero son incapaces de
documentar siquiera una
de estas supuestas pruebas! Esta curiosa situación es ilustrada
más abajo en
citas procedentes de varios científicos evolucionistas
líderes.
LA
EVIDENCIA TOTALMENTE
INEXISTENTE
No
hay evolución actualmente
La
ausencia de una evidencia en
favor de la evolución se reconoce claramente por el hecho de que
nadie la ha
visto en acción.
La
evolución, al menos en el sentido en que Darwin habla de ella,
no puede ser
detectada dentro de la vida de ningún observador individual.1
Las variaciones
horizontales» (por ejemplo, las diferentes variedades de perros)
no son
evolución real, naturalmente, como tampoco lo son las
«mutaciones», que siempre
son o neutrales o dañinas, por lo que se refiere a todas las
mutaciones
conocidas. Un proceso que jamás ha sido observado en
acción en toda la historia
humana no debería ser llamado científico.
No
hay nuevas especies
Se
supone popularmente que
Charles Darwin solucionó el problema del «origen de las
especies» en su famoso
libro de 1859 con este título. Sin embargo, como observa el
eminente biólogo de
Harvard, Ernst Mayr, uno de los principales evolucionistas de los
EE.UU.:
Darwin nunca trató realmente del origen de
las especies en su obra El Origen de las Especies.2
No
sólo Darwin no pudo citar un
solo ejemplo de un origen de una nueva especie, sino que nadie
más ha podido
hacerlo durante todo el siglo posterior de estudios evolucionistas.
Nadie ha producido jamás una especie mediante
mecanismos de selección natural. Nadie ni siquiera se ha
acercado ...3
Ningún
mecanismo conocido de
evolución
También
es cosa curiosa el hecho
de que nadie sabe cómo funciona la evolución. Los
evolucionistas mantienen
generalmente que saben que la evolución es verdad, pero parece
que no pueden
determinar su mecanismo.
La evolución está ... acosada desde el
interior por las turbadoras complejidades de los mecanismos
genéticos y de
desarrollo y por nuevas cuestiones acerca del misterio central —el de
la misma
especiación.4
Uno
pensaría que en los 125 años
desde Darwin, con miles de biólogos instruidos estudiando el
problema y
empleando aparatos de laboratorio por valor de millones de
dólares, habrían ya
resuelto este problema, pero el mecanismo que daría origen a las
nuevas
especies sigue siendo «el misterio central».
No
hay evidencia fósil
Se
solía afirmar que la mejor
evidencia en favor de la evolución era el registro fósil,
pero el hecho es que
los miles de millones de fósiles conocidos no han proporcionado
aún ni una sola
forma de transición inequívoca con estructuras de
transición en proceso de
evolución.
El registro fósil conocido no documenta un
solo ejemplo de evolución filética consiguiendo una
transición morfológica
principal ...5
Esta
ausencia universal de
formas intermedias es cierta no sólo para «transiciones
morfológicas
principales», sino incluso para la mayor parte de especies.
Como
es bien sabido ahora, la mayor parte de especies fósiles
aparecen
instantáneamente en el registro fósil, persisten por
algunos millones de años
virtualmente sin cambios, sólo para desaparecer de manera
abrupta ...6
El
resultado de esto es que
muchos evolucionistas actuales concuerdan con la siguiente
valoración:
En todo caso, ningún verdadero evolucionista
... emplea el registro fósil como evidencia en favor de la
teoría de la evolución
en oposición a la creación específica. ...7
No
hay orden en los fósiles
No
sólo no hay formas de
transición en los fósiles, sino que tampoco hay siquiera
ninguna evidencia
general de progresión evolutiva en las secuencias verdaderas de
los fósiles.
El registro fósil de la evolución admite
una
amplia variedad de modelos, que van desde los totalmente deterministas
hasta
los totalmente estocásticos.8
Considero que la incapacidad de encontrar un
claro «vector de progreso» en la historia de la vida es el
hecho más
perturbador del registro fósil... Hemos tratado de imponer una
pauta que
esperábamos hallar en un mundo que realmente no la
exhibía.9
La
apariencia superficial de una
pauta evolucionista en el registro fósil ha sido realmente
impuesta sobre el
mismo por el hecho de que las rocas que contienen los fósiles
han sido a su vez
«datadas» por los fósiles contenidos en ellas.
Y esto nos plantea un cierto problema: Si
datamos las rocas por sus fósiles, ¿cómo podemos
luego ir al revés, y hablar de
pautas de cambio evolutivo a través del tiempo en el registro
fósil?10
Surge un argumento circular: Interprétese el
registro fósil en términos de una teoría
determinada de evolución, examínese la
interpretación, y obsérvese que confirma la
teoría. Claro, esto no podía dar
otro resultado, ¿verdad?11
Ninguna
evidencia de que la
evolución es posible
La
razón básica de que no haya
ninguna evidencia científica de evolución ni en el
presente ni en el pasado es
que la ley del aumento de la entropía, o segunda ley de la
termodinámica,
contradice la misma premisa de la evolución. El evolucionista
presupone que
todo el universo ha ido evolucionando hacia arriba desde una sola
partícula
primigenia hasta los seres humanos, pero la segunda ley (una de las
más
confirmadas por la ciencia) dice que todo el universo está
degenerando hacia un
desorden total.
¿Cómo pueden las fuerzas del desarrollo
biológico y las fuerzas de la degeneración física
estar operando enfrentadas la
una a la otra? Naturalmente, se precisaría de una mente mucho
más grande que la
mía para penetrar en este enigma. Yo sólo puedo proponer
la pregunta.12
Los
evolucionistas intentan
generalmente esquivar esta cuestión diciendo que la segunda ley
se aplica sólo
a sistemas aislados. ¡Pero esto es un error!
... la cantidad de entropía generada
localmente no puede ser negativa con independencia de si el sistema
está
aislado o no.13
Ordinariamente, la segunda ley es enunciada
para sistemas aislados, pero la segunda ley se aplica igual de bien a
sistemas
abiertos.14
Se
puede forzar la
disminución de la entropía en un sistema abierto, si se
aplica una suficiente
energía organizadora e información desde fuera del
sistema. Esta complejidad
introducida desde fuera debería ser adecuada para vencer el
incremento normal
de entropía cuando se añade energía bruta desde
fuera. Sin embargo, no existe
una fuente así de información organizada y energizada
para impulsar el supuesto
proceso de evolución. ¡La energía solar bruta no
es información
organizada!
Las
semejanzas no
son prueba
La
existencia de semejanzas
entre organismos —sea en morfología externa o en
bioquímica interna— tienen una
fácil explicación en el diseño por parte del
Creador de sistemas similares para
funciones similares, pero estas semejanzas no son explicables por un
origen
evolutivo común.
Está bien claro ahora que el orgullo con el
que se presuponía que la herencia de estructuras
homólogas provenientes de un
antecesor común explicaba la homología estaba fuera de
sitio.15
El hallazgo realmente significativo que sale
a la luz en base de la comparación de las secuencias
aminoácidas de las
proteínas es que es imposible disponerlas en ninguna clase de
serie evolutiva.16
Ninguna
recapitulación ni
órganos vestigiales
Los
viejos argumentos en favor
de la evolución basados en la teoría de la
recapitulación (la idea de que el
desarrollo embrionario en el vientre de la madre recapitula la
evolución de las
especies) y de los órganos vestigiales (órganos
«inútiles» que se creía que
habían sido útiles en una anterior etapa evolutiva) han
sido desacreditados
hace tiempo.
... la teoría de la recapitulación ...
debería estar difunta en la actualidad.17
Un análisis de las dificultades en la
identificación no ambigua de estructuras carentes de
función ... lleva a la
conclusión de que los «órganos vestigiales»
no proporcionan ninguna evidencia
en favor de la teoría de la evolución.18
LA
EVIDENCIA RESIDUAL EN FAVOR
DE LA EVOLUCIÓN
A
pesar de estas admisiones,
todos los científicos anteriormente citados siguen creyendo en
la evolución. La
limitación de espacio impide dar el pleno contexto de cada cita,
pero cada
punto señalado está plenamente justificado en el
contexto, y podría también ser
adicionalmente documentado en base de otras autoridades.19
Entonces,
¿qué queda de la
evidencia en favor de la evolución? Stephen Gould se apoya en lo
que él cree
son las «imperfecciones» en la naturaleza.
Si no hubiera imperfecciones, no habría
evidencia para favorecer la evolución por selección
natural frente a la
creación.20
Pero
esto viene a ser lo mismo que
el antiguo y desacreditado argumento de los órganos vestigiales,
y meramente
presupone que nuestra actual ignorancia es conocimiento. Aunque hay ciertamente
imperfecciones en la naturaleza (así como mutaciones
dañinas, órganos
vestigiales, extinciones, etc.) tales tendencias están en oposición
a
cualquier progreso evolutivo, por lo que difícilmente pueden
demostrar
evolución.
Hay
empero un argumento final;
el compañero de ateísmo y marxismo de Gould, el genetista
Richard Lewontin,
dice:
Nadie ha descubierto nunca un organismo que
no tenga padres, o un progenitor. Ésta es la más poderosa
evidencia en pro de
la evolución.21
Esto
es: ¡si uno niega la
creación, la existencia de la vida demuestra la evolución!
Pero
aparte de su necesidad como
apoyo para el ateísmo o el panteísmo, es evidente que no
hay ninguna evidencia
científica en favor de la evolución.
La
ausencia de la evidencia en
favor de la evolución no demuestra por sí misma la
creación, naturalmente; sin
embargo, la creación específica es claramente la
única alternativa a la
evolución.
Creación y evolución: entre estas dos
posturas se agotan las posibles explicaciones para el origen de los
seres
vivos. Los organismos o bien aparecieron en la tierra totalmente
desarrollados,
o no lo hicieron así. Si no fue así, tuvieron que
desarrollarse de especies
preexistentes mediante algún proceso de modificación. Si
aparecieron en un
estado totalmente desarrollado, deben haber sido creados por alguna
inteligencia omnipotente.22
Aunque
desde luego no podemos demostrar
la creación, es importante observar que todos los hechos
anteriormente
presentados como evidencia en contra de la evolución
(discontinuidades entre
los grupos de vida, carencia de mecanismos evolutivos, aumento de la
entropía,
etc.) ¡son realmente predicciones del
«modelo» creacionista!
Los
creacionistas preferimos la
fe razonable del creacionismo, que armoniza con toda la verdadera
evidencia
científica, a la fe crédula del evolucionismo, que no
está sustentada por ninguna
verdadera evidencia científica. Permanece sin respuesta la
pregunta (al menos
desde un punto de vista científico) de por qué los
evolucionistas prefieren
creer en la evolución.
Referencias
- Kits, David. 1974. Paleontology and Evolutionary Theory. Evolution. 28: 466.
- En el libro de Mayr Systematics and the Origin of
Species (1942), citado por el destacado evolucionista
contemporáneo Niles Eldredge en su libro Time Frames: The
Rethinking of Darwinian Evolution and the Theory of Punctuated
Equilibria (Nueva York: Simon and Schuster, 1985), 33.
- Colin Patterson, «Cladistics». Entrevistas
en la BBC, 4 de marzo de 1982. El Dr. Patterson era el director de
paleontología en el Museo Británico de Historia Natural.
En este contexto, el término «especie» puede
referirse a algo como el término «tipo» o
«naturaleza» en Génesis
1: formas de vida que, aunque susceptibles de pequeños
cambios, pueden cruzarse entre sí y poseen morfologías
características esenciales.
- Thompson, Keith S. 1982. The Meanings of Evolution. American Scientist. 70: 529.
- Stanley, Steven M. 1979. Macroevolution: Pattern and
Process. San Francisco: W.M. Freeman and Co., 39.
- Kemp, Tom. 1985. A Fresh Look at the Fossil Record. New Scientist. 108: 67. El Dr. Kemp es
profesor y conservador del Museo de Historia Natural en la Universidad
de Oxford.
- Ridley, Mark. 1981. Who Doubts Evolution? New Scientist. 90: 831. El Dr. Ridley es
miembro del Departamento de Zoología en la Universidad de Oxford.
- Raup, David M. 1977. Probabilistic Models in Evolutionary
Biology. American
Scientist. 166:
57.
- Gould, Stephen Jay. 1984. The Ediacaran Experiment. Natural History. 93: 23. El Dr. Gould,
Profesor de Geología en Harvard, era probablemente el más
destacado evolucionista de los Estados Unidos en su época.
- Eldredge, Time Frames, 52.
- Kemp, A Fresh Look at the Fossil Record, 66.
- Sydney Harris, «Second Law of
Thermodynamics». Esta columna sindicada en toda la nación
apareció en diario San Francisco Examiner del 27 de
enero de 1984.
- Sommerfeld, Arnold. 1956. Thermodynamics and
Statistical Mechanics. Nueva York: Academic Press, 155.
- Ross, John. Carta al Director. Chemical and Engineering News. 7 de julio de 1980, 40.
- de Beer, Gavin. 1971. Homology, an Unsolved Problem.
Londres:
Oxford University Press, 15. Sir Gavin era un destacado evolucionista
británico.
- Denton, Michael. 1985. Evolution: A Theory in Crisis.
Londres:
Burnett Books, 289. Denton es investigador en microbiología.
- Gould, Stephen Jay. Dr. Down's Syndrome. Natural History. Abril 1980, 144. La
teoría de la recapitulación no está solamente
desacreditada, sino que es fraudulenta. Véase Pennisi, E. 1997.
Haeckel's Embryos: Fraud Rediscovered. Science. 277 (5331):1435.
- Scadding, S. R. 1981. Do «Vestigial Organs»
Provide Evidence for Evolution? Evolutionary Theory. 5: 173.
- Muchos libros publicados por ICR proporcionan
análisis a fondo sobre este tema. En castellano hay multitud de
artículos y libros en línea en http://www.sedin.org/ y en enlaces
relacionados. Visite icr.org/store
para materiales disponibles en inglés.
- Citado por Jeremy Cherfas en «The Difficulties of
Darwinism», New Scientist (17 mayo 1984), 102: 29.
- Como aparece en una entrevista por Tom Bethell,
«Agnostic Evolutionists», Harper's (Febrero 1985),
61.
- Futuyma, D. J. 1983. Science on Trial. Nueva York: Pantheon Books,
197.
Adaptado del
artículo del Dr. Morris «The Vanishing Case for
Evolution» en la edición de junio
de 1986 de Acts & Facts.
* El Dr. Morris (1918-2006) fue
fundador del Institute for Creation Research.
Citar este artículo: Morris, H. M. 2009. The Vanishing Case for
Evolution. Acts & Facts. 38 (2): 17.
Este artículo reapareció en febrero de 2009. Publicado
originalmente en 1986. «The Vanishing Case for Evolution»,
Institute for Creation Research, http://www.icr.org/article/4342/
(accedido el 3 de marzo de 2009). Publicado originalmente en castellano
en la revista Génesis de otoño de 1993, http://www.sedin.org/PDFS/Genesis1.pdf