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La esperanza de la Iglesia es la venida del Señor. Como
creyentes, no esperamos que sucedan acontecimientos proféticos
mientras estamos en la tierra. Nuestro hogar es el cielo, y esperamos
al Salvador para nuestra liberación corporal de este presente
mundo malo que está hundiéndose en la perdición.
Esta esperanza se materializará cuando oigamos el clamor de
victoria y seamos arrebatados para reunirnos con el Señor en
el aire, para estar para siempre con Él en la casa del Padre.
A continuación del arrebatamiento de la Iglesia con los santos
del Antiguo Testamento, cuando en aquel tiempo todos en Cristo
serán resucitados y transformados para estar para siempre en
el cielo, la tierra comenzará a sufrir cambios (Ap 6).
Durante dos mil años se ha mantenido en suspenso el
cumplimiento de la profecía a causa del «misterio», hasta que haya entrado «la plenitud
de los gentiles» (Ro 11:25). El Apóstol Pablo fue el
primero y único en recibir una revelación del «misterio». Todo el período de la iglesia,
incluyendo el juicio del falso cuerpo profesante, es un misterio
conocido actualmente sólo por el verdadero creyente que tiene
la unción del Espíritu. Pablo recibió, por
revelación, la verdad de la Iglesia tocante a su
carácter, la administración en testimonio durante su
estancia en este mundo, y el orden y la conducta en la reunión
de la asamblea para doctrina, partimiento del pan, comunión y
oraciones, y también su arrebatamiento en asociación
con Aquel que como Hombre será Cabeza sobre todas las cosas
creadas (Ro 16:25; Ef 3:8, 9).
Juan estaba dando, por revelación, el futuro
establecimiento del gobierno y de la bendición en la tierra
mediante la Iglesia. La Iglesia estará asociada con Cristo en
gloria administrativa en el trono como aquellos que moran en los
cielos. Juan nos muestra también el desarrollo y la
culminación de la terrible apostasía y violencia que
cierran la historia de la iglesia incrédula, desobediente,
profesante, que es dejada aquí para sufrir la ira de Dios,
mientras que la verdadera asamblea mora en gloria en los cielos,
más allá del fragor del retumbar del juicio.
Probablemente, las condiciones de la época en que la
verdadera iglesia haya partido no darán evidencia inmediata de
cambio, y las organizaciones religiosas proseguirán de una
forma muy parecida a antes. Probablemente habrá
agitación al desaparecer la compañía de los
creyentes. Indudablemente se emprenderá una búsqueda,
para confusión de los que la emprendan. El hecho de que no se
hallen cuerpos y que todo haya quedado tal como estaría si los
creyentes estuviesen presentes, será desde luego un enigma
para los que moran sobre la tierra. Aumentará la observancia
externa de las tradiciones a fin de aliviar la conciencia, y la
idolatría dará satisfacción externa al
corazón agitado y alienado de Dios (Ap 9:20).
Parece haber dos esferas sobre las que se centra la luz
profética — la romana (occidental) (Ap 8:7), y Tierra Santa
(oriental) (Ap 9:1-4). El término tierra incluye tanto las
partes occidental como oriental. Es una expresión moral para
establecer la parte de la tierra que tiene una relación
conocida con Dios, al menos en cuanto a profesión.
Habrá la predicación de un evangelio en la tierra
después del arrebatamiento de la Iglesia. Proclamará la
venida del Rey, del Mesías de Israel, tan largamente
prometido, que reinará en justicia sobre el trono de Su padre
David.
Después que haya sido predicado el evangelio del reino (Mt
24:14), las naciones que se hallan dentro de los límites de
las cuatro monarquías, descritas por Daniel en el segundo
capítulo de su profecía, quedarán también
incluidas junto a Israel en la tierra profética. Será
la tierra profética la que será entonces juzgada (Is
26:9), no todo el mundo geográfico.
De las cuatro monarquías (o bestias) que se mencionan,
Babilonia, Medo-Persa, Griega y Romana, esta última
será avivada en los últimos días, cuando se
llenará la iniquidad y el pecado, para encabezar una tierra
abiertamente opuesta a Dios y a Su Cristo. Antes que pueda ser
plenamente introducido el día milenial, caerá lo que
queda de estos orgullosos instrumentos del gobierno y de la ira de
Dios, como parte de la gran imagen descrita en Daniel 2. La imagen
quedará totalmente aplastada por el Hijo del hombre cuando
Él llegue a tomar Su reino en justicia.
El Apóstol Pablo escribe acerca de cómo «ha
acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado
la plenitud de los gentiles». El primer cambio para la tierra
de parte de Dios será la eliminación de este
endurecimiento (Ro 11:25). Algunos de los judíos, designados
como «sabios» o inteligentes, procedentes de las dos
tribus que entonces volverán a Palestina,
enseñarán al despertado remanente (Dn 12:3). El
resultado será un testimonio en Jerusalén. Será
en este punto, o justo antes, que alguna gran potencia
marítima, posiblemente de Europa, asumirá la causa de
los judíos, no sólo en llevarlos a su tierra en grandes
números (Is 18), sino que posiblemente será la misma
potencia que concertará con ellos un pacto de
protección por siete años (Dn 9:27). Al concluir los
primeros tres años y medio de este pacto, éste
será quebrantado, acto que introducirá la gran
tribulación sobre las dos tribus que han regresado. Los
primeros tres años y medio son a veces designados como «principio de dolores».
Al principio, probablemente habrá prosperidad al volver los
ricos judíos a su tierra con los tesoros recogidos durante la
era cristiana (Is 2:7), y la civilización florecerá en
Jerusalén y sus alrededores (Is 17:9-11). Surgirá un
popular líder con un trasfondo religioso para conducir al
pueblo. Poco después, llegará a ser su rey (Dn 11:36).
Desde el comienzo, habrá un remanente piadoso distinguido
de la masa del pueblo. Este remanente no participará del
pacto, del culto ni de los sacrificios, siendo el sacrificio de ellos
un corazón contrito, que el Señor no despreciará
(Sal 51:17). Surgirán falsos maestros en y alrededor de
Jerusalén (Mt 24:24).
Procedente de Occidente, durante este mismo período,
surgirá un gran líder que triunfará en una
brillante conquista incruenta (Ap 6:2), sometiendo a las naciones de
occidente, al menos por un breve tiempo. La agitación debida
al despotismo producirá una forma de guerra civil (Ap 6:4),
quizá diferente de otras anteriores en que será
más caótica y generalizada; se matarán «unos a otros». Esto puede que sea resultado de
diferencias en cuestiones locales como trabajo contra capital,
disputas raciales, y, al ir volviéndose las condiciones
más duras, por la relajación de la mora, por el placer
y el beneficio, siendo estas dos cosas el objeto del hombre
caído. El día del placer y del beneficio está ya
sobre nosotros. ¡Cuán cercana debe ser la venida del
Señor!
Como resultado de un período de prolongadas luchas civiles
y de que las energías quedarán consumidas en guerras
asoladoras, la agricultura sufrirá. El aumento de
población, que ya se ha transformado en un problema,
añadirá a un hambre extendida (Ap 6:5, 6),
especialmente entre las clases trabajadoras. Espectáculos
terribles acompañados de señales del cielo
causarán terror, al extenderse la pestilencia y la muerte por
una parte de la tierra profética (Ap 6:8).
Nunca ha habido un tiempo en que Satanás no ataque al
pueblo de Dios, y el tiempo al que se hace referencia aquí no
es ninguna excepción. Se oye a los mártires clamando
desde debajo del altar pidiendo venganza contra los que moran sobre
la tierra (Ap 6:9, 10), que son las gentes religiosas que han
rechazado el cielo, en lugar de tomar el camino del rechazamiento
junto a un Cristo ascendido y glorificado a quien el mundo ha echado
fuera. Aquellos que habían sido un pueblo privilegiado,
habiéndose apartado de la verdad, caerán
víctimas del engaño de Satanás y vendrán
a ser los instrumentos en sus manos para perseguir y dar muerte al
remanente testificante de los judíos, todos los que de ellos
puedan encontrar. A los mártires se les dice que reposen hasta
que sus «hermanos» y «consiervos» sean
muertos como ellos (Ap 6:11).
Al llegar a este punto del
desarrollo profético,
Satanás será echado del cielo a la tierra, provocando
una tremenda convulsión, especialmente en Occidente (Ap
12:7-9). No teniendo ya más posibilidad de obrar desde el
cielo, sus energías se concentrarán desde entonces en
la tierra. Aunque estará personalmente presente para dirigir
las cosas, siendo un ángel caído, no será visto.
Entrará en la lucha política, reuniendo al Imperio
Romano, pero en una forma nueva y diferente, nunca antes conocida,
con diez cuernos y siete cabezas, las cabezas coronadas (Ap 12:3). La
cola del dragón (Satanás) arrastrará la tercera
parte de las estrellas del cielo al caer a la tierra (Ap 12:4). La
«tercera parte» designa al Imperio Romano, la entonces
recién formada coalición de diez naciones, pero sin que
todas ellas tengan un rey como más adelante hacia el fin. El
arrastramiento con la cola sugiere que estarán bajo un control
religioso foráneo, pero dictado por Satanás, no por el
cielo (Ap 9:15). El terremoto mencionado es este cambio de poder sin
precedentes, ahora políticamente de una manera absoluta en
manos de Satanás (Ap 6:12-14). El fin que Satanás tiene
a la vista, y que seguirá, es ser adorado en la tierra. Sin
organización eclesiástica, Satanás no
tendría instrumentos apropiados mediante los que actuar (Ap
17:7).
La iglesia de Roma, llamada la «mujer» en su forma
gobernante (Ap 17:18), la «ramera» en su forma
religiosa corrompida en la que cae y es destruida (Ap 17:1-5),
será el instrumento maduro y listo para ser empleado por
Satanás en la conformación del nuevo orden sobre la
tierra poco después que sea echado del cielo (Ap 17). La
iglesia de Roma siempre ha tratado de influir en los gobiernos, y es
precisamente una organización así la que puede ser
empleada para hacer llevar a toda la masa de la cristiandad a la
idolatría y al culto a Satanás (Ap 18:2). Naturalmente,
la «ramera» tendrá «hijos», las
denominaciones protestantes que abrazan principios romanistas (Ap
2:23). El movimiento ecuménico podría ser una
premonición de esto. De esta manera, el mundo político
romano será controlado por un gobierno religioso durante una
parte de los últimos tres años y medio de los siete
años proféticos que deben todavía transcurrir.
Al quedar subvertido el gobierno, los hombres se quedarán
sin protección. El temor de lo que va a sobrevenir a la tierra
abrumará de tal modo a los hombres que serán llevados a
la desesperación, pidiendo a las peñas y a los montes
que caigan sobre ellos para ocultarlos de la ira del Cordero (Ap
6:16). El terror abrumará la tierra occidental que estuvo en
el pasado en posesión de las más preciosas verdades, y
que, si son creídas en el corazón, no sólo
ocultan el alma de la ira de Dios sino que llevan al más vil
pecador a Su eterno favor por la fe, dando paz ya ahora en medio de
un mundo angustiado (Hch 10:36). Pero en el tiempo al que aquí
se hace referencia ya no habrá para ellos oportunidad de
misericordia. El remordimiento y el terror lucharán por
dominar el corazón humano.
Pero la ira del Cordero no ha llegado aún. Se trata del
lejano tronar de un juicio tan terrible que si no fuese que los
días serán acortados, ninguna carne sería salva
(Mt 24:22). Alguna carne será salva; y en el intervalo, antes
del anuncio de más duras calamidades, somos invitados a ver
qué está haciendo Dios para ensalzar Su gran nombre (Ap
7). Ciento cuarenta y cuatro mil de los hijos de Israel (un
número simbólico), así como una gran
compañía de gentiles que nadie podía contar, de
todas las naciones, son presentados como los trofeos de la gracia de
Dios para salir de gran tribulación y tener un puesto especial
en el reino. Estos gentiles puede que sean los mismos que las ovejas
de Mateo 25, que han creído a los predicadores judíos
que saldrán a todos los gentiles de la tierra profética
antes que venga el «fin» (Mt 24:14). Las oraciones de
los mártires, anteriormente mencionados, serán entonces
llevadas al cielo, lo que precipitará los siguientes y
abrumadores juicios (Ap 8:3-5).
Las ocho almas de los días de Noé prefiguran a los
que no sólo serán salvados para constituir la nueva
tierra milenial sino también a los que poblarán la
tierra en el estado eterno (1 P 3:20).
Si en el tercer sello la clase trabajadora sufrió el
hambre, aquí los grandes de la tierra, el capital, las clases
altas, caen bajo el juicio, y sus propiedades caen con ellas. Supongo
que se les hace sentir cuán pequeño realmente es el
hombre cuando Dios quita Sus bendiciones diarias por las cuales
muestra el hombre muestra tanta ingratitud. Toda soberbia será
abatida.
El siguiente juicio dentro de la tierra romana tiene que ver con
un gran poder (una montaña) echado a las masas del pueblo,
volviéndolo a la apostasía (Ap 8:8, 9).
(Apostasía es el abandono de una posición que se
conoce o se profesa.) El comercio llega entonces a su fin.
¡Qué terribles condiciones se apoderarán de la
tierra! La «estrella» que se ve caer podría ser
el abandono de toda relación con Dios, incluso en
profesión externa, por parte de un líder popular del
mundo occidental (Ap 8:10, 11). Este poder apóstata asume el
control, lo que afecta a las mismas fuentes y canales establecidos de
vida y bienestar dentro del imperio. Por medio de la influencia
popular, la apostasía vendrá a ser parte de la
administración gubernamental, afectando al final el comprar y
el vender (Ap 8:12).
El juicio que alcanza a los gobernantes, y que se extiende a los
poderes más subordinados, infundiendo la apostasía como
verdad, y el culto a Satanás como si fuese Dios, exhibe el
gran engaño que está teniendo lugar. El hombre
quedará sin una apropiada dirección, y no habrá
ni inspiración ni dirección en su vida privada. Las
naciones que forman parte de la tierra romana, con sus
líderes, se habrán apartado de Dios a Satanás, y
la gran masa del pueblo los seguirá en este camino.
¡Qué emocional superstición se apoderará
finalmente del llamado mundo cristiano!
En el Este, un líder religioso posteriormente designado
como el Anticristo asumirá el control del pueblo
apóstata de Judá y Benjamín, que habrá
vuelto a la tierra (Ap 9:1-11). El primer ¡ay! presenta el
sometimiento de este líder a las entenebrecedoras influencias
de la morada de Satanás, encerrando como en una red religiosa
a la masa de los judíos apóstatas, no sellados. La luz
del cielo habrá desaparecido —¡qué tinieblas
caerán! «Si la luz que en ti hay es tinieblas,
¿cuántas no serán las mismas tinieblas?»
(Mt 6:23).
Los instrumentos empleados en juicio sobre las llamadas naciones
cristianas de occidente no serán otra cosa que las fuerzas del
ateísmo, que son entonces contempladas cruzando el
Éufrates para atacar al Imperio Romano desde oriente (Ap
9:12-21). Tanto la espada como el veneno de la serpiente se
dejarán sentir en Occidente, llegando hasta dentro del
imperio. Esto consolidará la confederación judía
y occidental como un solo frente contra el enemigo oriental. No
sabemos hasta donde alcanzarán los efectos de este ataque,
pero será suficiente para cerrar la brecha entre el Imperio
Romano y la población en el área de Palestina. Dios
traerá a las naciones contra el pueblo judío
profesante. El Asirio comenzará sus actividades que finalmente
lo llevarán también al juicio. Este abrumador poder del
norte y del oriente no hará volver a los súbditos
romanos de sus idolatrías.
Se ve una bestia surgiendo del mar y corriendo su carrera durante
cuarenta y dos meses. De este modo quedará establecido el
escenario para lo que sigue, el surgimiento de las dos bestias en sus
actos finales de blasfemia. La primera bestia es vista ascendiendo
del abismo, y su poder procede ahora directamente de Satanás
(Ap 11:7). Es en su última forma un emperador con diez reyes
coronados subordinados a él. Bajo esta forma, la bestia acude
a asumir el control completo de la tierra y para ser adorado,
finalmente como supremo sobre todos (Ap 13:4). Usurpa el derecho de
Dios y de Su Cristo.
De las cuatro monarquías, la primera con la cabeza de oro
fue la más gloriosa desde la perspectiva de la tierra (Dn
2:37-39). Pero la última, la romana, es la que ejercerá
el mayor y más cruel poder, pero sólo por un poco de
tiempo (Dn 7:19-21). Sin embargo, incluirá toda la crueldad
simbolizada por las otras monarquías.
La segunda bestia de Apocalipsis 13 surge de la tierra (Ap 13:11),
y su carácter es como poseyendo dos cuernos como de cordero,
imitando a Cristo como profeta y rey. Es llamado «rey»
por el profeta Daniel (Dn 11:36), y usurpa el puesto de
Mesías, engañando a toda la tierra.
Los dos malvados instrumentos de Satanás, las dos bestias,
surgirán en su última forma blasfema durante los
juicios de la tribulación para intentar oponerse a la venida
del reino del Hijo del Hombre. Al ver el profeta al Cordero de pie en
el Monte Sión con los «ciento cuarenta y cuatro
mil» (Ap 14:1), el ángel con el evangelio eterno llama
a todos a dar la gloria a Dios, porque ha llegado la «hora» de Su juicio. Serán estos dos malvados
instrumentos los que llevarán a su punto culminante la gran
apostasía de los judíos y de la falsa iglesia. Entonces
habrá el culto directo a la bestia por medio del engaño
impuesto por el falso profeta, lo que atraerá el juicio
procedente del templo de Dios (Ap 16).
El testimonio público en Jerusalén cesará
donde el anticristo ejerce su influencia, porque los dos testigos son
muertos por la primera bestia.
Ahora, durante «una hora» (Ap 17:12), todos
estarán en manos de la bestia romana, con los diez reyes y el
Anticristo judío. Los diez cuernos pasarán al frente y
junto con la bestia derribarán a la «mujer»,
quitándole su poder político, dejándola
sólo como una «ramera», para que venga a ser
morada de demonios. Poco después, será totalmente
destruida por los diez cuernos y por la bestia.
Este arrebatamiento de poder gubernamental a la iglesia de Roma es
mencionado en la Escritura como «Cayó
Babilonia». Luego viene a ser morada de demonios. Este
será el estado de la iglesia profesante justo antes de su
destrucción final. Los diez cuernos han formado parte del
Imperio Romano, pero estarán coronados y en actividad al
sacudirse el poder gubernamental papista y al dar su poder a la
bestia, cuando ésta asuma el carácter como ascendiendo
del abismo. Al dar su poder a la bestia, pueden juntos atacar al
Cordero cuando Él sale del cielo para establecer Su reino.
El poder de Satanás se manifestará primero en
corrupción bajo la falsa iglesia apóstata, y luego en
violencia bajo la bestia surgida del abismo. La otra bestia que surge
de la tierra seguirá a la primera, como ya se ha indicado
antes (Ap 13:11).
La falsa iglesia, con el título de la Gran Babilonia,
será entonces totalmente destruida.
No es sorprendente que Juan quede sobrecogido de asombro al
contemplar el terrible fin de aquello que había sido antes la
depositaria de la más alta verdad que Dios jamás diese
al hombre — de lo que Juan era apóstol (Ap 17).
Después que el primer grupo de mártires
judíos sean muertos (Ap 6:9), habrá mártires
gentiles que no recibirán la marca de la bestia ni la
adorarán (Ap 15:2). Estos dos grupos, junto con los dos
testigos que fueron muertos, serán resucitados y llevados a su
reposo y recompensa (Ap 14:13).
Después de la inmisericorde tiranía de la
última cabeza del Imperio Romano reavivado (Ap 16:8), el reino
de la bestia comenzará a resquebrajarse, sus propósitos
a frustrarse, y su territorio comenzará a ser cercenado por
las hordas procedentes de Oriente (Ap 16:10). Desesperada,
concentrará sus ejércitos y marina cerca de
Jerusalén para la lucha con las naciones del este y del norte
que se han reunido en Armagedón para la última batalla
(Ap 16:12, 16). Desde sus naves afligirá a Asur y a Eber (Nm
24:24).** El Mediterráneo El Golfo Pérsico
El cielo se abrirá entonces y vendrá el Hijo del
Hombre como el Cordero, con un cortejo siguiéndole, puros y
resplandecientes, todos ellos montados en caballos blancos (Ap
19:11-15). Pero Él estará recubierto de una vestidura
bañada en sangre, con Sus ojos como llama de fuego, y sobre Su
cabeza muchas diademas. Es el Cordero, y Él solo, quien
ejecuta el juicio sobre Sus enemigos, aquellos que han pisoteado Su
sangre y que no han recibido el amor a la verdad para ser salvos. La
bestia y el falso profeta serán tomados sin juicio y echados
vivos al lago de fuego (Ap 19:20). En esta gráfica
descripción en Apocalipsis 19:18, «todos, libres y
esclavos, pequeños y grandes», son mencionados como
muertos por la espada de Su boca.
Al mismo tiempo que viene «como ladrón» (Ap
16:15), se muestra «temible ... a los reyes de la
tierra» (Sal 76:12). Todos los que acuden a la batalla de
Armagedón y se oponen al Cordero al salir Él del cielo
serán aplastados en una terrible venganza cuando Él
afila Su resplandeciente espada. Los rebeldes que se unen a la bestia
y al falso profeta serán muertos en la repentina venida del
Cordero desde el cielo. El día del Señor habrá
entonces comenzado. Estos reyes parecen desaparecer de la escena y ya
no se vuelven a mencionar (Sal 83).
La venida del Cordero del cielo será algo misterioso, como
ladrón en la noche. Es la singular venganza que caerá
sobre los que habían desafiado abiertamente Sus celestiales
derechos sobre todo. El hombre de pecado se sentará en el
templo de Dios haciéndose pasar por Dios (2 Ts 2:3, 4). Esto
será un desafío directo a Dios. El Cordero hace frente
a este reto como un rayo. Viene como ladrón en la noche. Sin
advertencia, excepto Su Palabra dada antes, mata repentinamente con
la espada de Su boca a los seguidores de la bestia y del falso
profeta.
El Señor usará ángeles para limpiar su reino
de todo lo que ofende. Esta purificación comenzará en
Jerusalén, porque Jerusalén tuvo la mayor luz. Cada
nación de la tierra profética sentirá el
ardiente aliento de la ira del Cordero, y también los de fuera
que se inmiscuyan con Su pueblo, que es ahora objeto de Su
misericordia. Pero antes de poder mostrar misericordia, ha de
disciplinar a Su pueblo. Su vara para el castigo en los tiempos
antiguos fue Asiria, y el Asirio volverá a ser empleado, junto
con las otras naciones del Salmo 83, para poner a Su pueblo de
rodillas. Egipto intentará interceptar el primer ataque del
Asirio, pero es echado atrás y tomado (Is 20). Cuando
Jerusalén quede totalmente humillado y los sacerdotes y los
ancianos estén llorando entre el porche y el altar clamando
por misericordia, entonces Dios quitará al Asirio, o
ejército del norte (Jl 2:17-20) e introducirá la
bendición, derramando Su Espíritu en medio de ellos.
Con esto, la tierra
quedará rápidamente limpia. «El Señor
ejecutará su sentencia sobre la tierra
en justicia y con prontitud» (Ro 9:28). Los enemigos dentro
serán echados de la tierra, al volver Judá primero para
gozar de la bendición del Señor que enriquece y que no
añade ningún dolor. Así, la presente edad
quedará clausurada en juicio (Jer 25:30-33).
Los pies del Señor se afirmarán sobre el Monte de
los Olivos (Zac 14:4). Esto no será como cuando fue visto
viniendo del cielo para aplastar a Sus enemigos. ¡No! Esto
será el comienzo de la nueva era. Esta venida será
introducida por la plácida manifestación de Sí
mismo —«este mismo Jesús» de Hechos 1. No es
necesariamente la exhibición de Sus manos y Sus pies como
más adelante, sino una sosegada supresión del velo,
similar a la primera vez que José se dio a conocer a sus
hermanos (Gn 45). Todos los demás recibieron orden de salir.
Este desvelamiento los turbó. Más tarde, cuando su
padre Jacob murió y estaban viviendo en Gosén, y
habiendo reflexionado profundamente acerca de su conducta para con
José, quedaron totalmente restaurados (Gn 50:15-21).
Reconocieron a aquel que había descendido por ellos a la
muerte, para poder ir por adelantado y preservar la vida.
Los 1.290 días mencionados en Daniel 12:11, con 30
días adicionales sobre los 1.260 días relacionados con
la gran tribulación, dan inicio a la nueva era. Habrá
aún otro breve período de 45 días antes que la
indignación sea quitada de toda la nación, que mientras
tanto está regresando a la tierra por fe. El gran Asirio,
mencionado como Gog en Ezequiel 38:17, 18, ha de volver aún a
Jerusalén para ser destruido antes que Sión pueda ser
fundada. Las doce tribus volverán antes que el Asirio ataque
Jerusalén por segunda vez (Is 10:24-34).
Dios reunirá a todas las naciones de la tierra
profética a Jerusalén para la batalla, para poder
derramar Su indignación sobre ellas (Sof 3:8). Esta vez la
vara va más allá de lo que Dios ha ordenado y
tratará de tomar posesión de la tierra amada (Hab 1).
Como enemigo, Gog acude como una nube, y el Señor planta Su
tienda alrededor de Su casa (Zac 9:8), y Su pueblo estará
allá morando en seguridad (Ez 38:10-18), siendo Jehová
su confianza. Gog reunirá a toda la tierra como los peces son
recogidos en una red —quizá el comunismo (Hab 1:15). Las doce
tribus que ahora han regresado tendrán primero miedo y
acudirán a Egipto para pedir ayuda (Is 31:1, pero finalmente
oirán a los maestros que les serán enviados (Is
30:18-21), y se resignarán a confiar en Jehová. Cuando
el Asirio ataque, Jehová será la paz (Mi 5:5).
Las naciones atacantes se reunirán probablemente en
círculo alrededor de Jerusalén (Jl 3:15; Zac 12:2, 3).
Gog acudirá desde el norte; Edom, al sur, ha sido responsable
de esta confederación de naciones. Al tener lugar la batalla,
el Señor rugirá desde Sión contra Gog y toda su
hueste. Subirá el furor en el rostro de Jehová. Los
medios empleados serán fuego, pestilencia y la espada, y el
Asirio, Gog, caerá sobre los montes de Israel. Se
necesitarán siete meses para sepultar a los muertos —y siete
años para quemar la madera— procedente de la batalla. Este
juicio de las naciones en Jerusalén se extenderá hasta
trescientos kilómetros a Edom (Abd).
En este conflicto final que decide la controversia de Sión,
Jehová habrá de aparecer en Su gloria judicial.
Entonces se establecerá el trono de Su gloria (Is 14:32) y
todo ojo le verá. «Y mirarán a mí, a
quien traspasaron» (Zac 12:10), y habrá un gran lamento
como jamás lo ha habido, al darse cuenta de que ellos fueron
quienes causaron las heridas. Este es el día de la
expiación (Sal 130). Él exhibirá Su Iglesia
delante de todos, como identificada con Él como Su esposa.
Al tener lugar la restauración de todas las cosas,
introduciendo el día milenial, cambiará la
inclinación de los seres de la creación. El león
comerá paja como el buey, el niño jugará con la
serpiente (Is 11:1-9; Is 65:17-25). El Espíritu será
derramado entonces. La tierra será distribuida, de modo que
cada tribu tendrá su heredad tocando directamente el Mar
Mediterráneo; algunas de ellas lindarán con el
Río Éufrates en el este (Ez 48). Desecha la
maldición, la vegetación florecerá (Am 9:13).
Satanás y todas sus huestes quedarán encadenados por
mil años (Is 24:21, 22). El reposo, la paz y la prosperidad
llenarán aquel plácido reino, extendiéndose
hasta que la tierra quede cubierta del conocimiento de Jehová
como las aguas cubren el mar (Is 11:9).
Al final del período del milenio de reposo y esplendor,
Satanás será soltado para la última prueba del
hombre. Miríadas de los que han estado aceptando las
bendiciones de aquella era de bondad pero que nunca han aceptado
personalmente a Jehová como Rey y Salvador seguirán a
Satanás al engañar a todos los que no son de recto
corazón, y los lleva a atacar la ciudad amada. Fuego del cielo
pronto termina con ellos, mientras que Satanás es echado para
siempre al lago de fuego (Ap 20:7-10).
Llegará entonces el momento para el tercer establecimiento
del trono. El primero tuvo lugar para recompensar a los santos
celestiales y para proveerles de vestiduras limpias y
resplandecientes (2 Co 5:10; Ap 19:8), el segundo para disponer el
reino sobre la tierra por mil años (Mt 25:31), y esta vez
será para juzgar a los muertos (Ap 20:11). ¡Qué
solemne tribunal será! No habrá posibilidad de
réplica, sino que se pronunciará la sentencia, y
ésta de boca de Aquel que hubiese podido ser su Salvador para
librarles de esta eterna condenación. Serán lanzados al
lago de fuego (Ap 20:15).
Aparecerán en el horizonte un nuevo cielo y una nueva
tierra. Todas las cosas serán hechas nuevas, y ya no
habrá más mar (Ap 21:1-8). La ciudad celestial se
posará sobre la tierra. Dios mismo enjugará todas las
lágrimas; el dolor y el clamor se desvanecen al pasar las
cosas primeras. En el cielo, todas las diversas familias, cada una de
ellas en su puesto, gozarán de la bondad de un Dios que honra
a aquellos que honran a Su Hijo, inclinándose por la gracia a
Su Palabra (Ef 2:7). La esposa, ahora con Cristo como Hombre,
comparte para siempre la honra del Hijo en su hogar en la casa del
Padre, mientras el Padre derrama Su excelsa bondad sobre los hijos en
Su seno (Ef 3:21).
Quizá seas un joven en la escuela, un padre joven o una
persona anciana. ¿Cuál es tu expectativa, tu destino —
el cielo o el infierno? ¿Estarás en aquella luz
inmaculada, o te encontrarás donde el gusano (la conciencia)
no muere y donde el fuego (el castigo eterno) no se apaga
jamás? (Mr 9:44). Tu elección ya está hecha en
este mismo momento, porque este momento es todo lo que tienes a tu
disposición. Sé sabio y actúa para tu bien
eterno, «antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa
el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y
la rueda sea rota sobre el pozo» (Ec 12:6). Él
está a la puerta y llama. ¿Abrirás la puerta, para
que Cristo pueda entrar?
Que estas breves meditaciones acerca del destino final sirvan para
despertar cada corazón a la conciencia de la solemnidad de la
vida y a la importancia de las decisiones que vamos tomando, paso a
paso a lo largo del camino, hasta que entremos en las escenas donde
todas las cosas son de Dios, donde Él nos ha reconciliado
consigo para siempre, si estamos descansando en la obra consumada de
Cristo, el eterno Hijo de Dios.
El Librito Abierto
El Apocalipsis, con sus terribles premoniciones, llegará a
su punto culminante al salir el Cordero del cielo seguido de Su
cortejo, todos montados en caballos blancos, con el propósito
de tomar venganza de Sus enemigos y establecer Su reino. Todos los
que rehúsen al Cordero como su Salvador, caerán bajo Su
ira.
A continuación de las profecías simbólicas
del capítulo nueve de Apocalipsis, Juan ha de profetizar otra
vez a muchas naciones, pueblos, lenguas y reyes. Esta
profecía, que comprende once capítulos (cap. 10—20), y
en la que los capítulos 10 y 11 forman un paréntesis,
trata de aquellos a los que les será proclamado el evangelio
eterno, y que serán los mismos que estarán bajo la
bestia durante la crisis.
Los primeros nueve capítulos de Apocalipsis establecen de
manera secreta el escenario para la crisis. En estos capítulos
todo es simbólico, cubierto de un misterio que sólo
puede ser desentrañado por los que están en
comunión con la mente de Dios. Sin el librito abierto todo es
un enigma; todo es un misterio para el mundo hasta que Dios ha hecho
todo por recuperar a Su criatura (Ap 9:20, 21).
Un poderoso ángel con su pie derecho sobre el mar y su
izquierdo sobre la tierra clama con gran voz que no habrá
más demora, sino que al sonar la séptima trompeta se
consumará el misterio de Dios. En esta sazón, el Hijo
del Hombre, según el Salmo 2, pedirá Su herencia de las
naciones, con vistas a tomar Su propio trono sobre la tierra (Sal
110).
Habiéndose descorrido la cortina, salen los instrumentos de
Satanás, retando los derechos de Cristo tocante a las
naciones. La bestia, habiendo recibido el trono de Satanás y
gran autoridad, extenderá su control sobre las naciones de la
tierra profética, rigiendo tiránicamente hacia el fin.
Babilonia cae entonces.
El resultado será una total apostasía sobre la
tierra profética, excepto aquellos que han recibido el
evangelio del reino, siendo que el falso profeta hará levantar
la imagen de la primera bestia y exigirá que todos adoren a la
bestia y lleven su marca, con pena de muerte en caso de
desobediencia. Este aparente triunfo de los malvados será
efímero.
Habiendo sido resucitados todos los mártires para la
bendición, las bodas y la cena del Cordero encuentran al cielo
en la condición que será gozada durante el reinado
milenial de Cristo. La tierra tiene aún que ser preparada para
este reinado.
Al salir el Cordero del cielo con Su cortejo, la bestia
atacará junto con los reyes confederados con ella, lo que
resultará en que la bestia y el falso profeta serán
lanzados al lago de fuego.
La cosecha de la tierra y la vendimia introducirán el
establecimiento del trono del Hijo del hombre, y Satanás
quedará encadenado por mil años.
El milenio termina con Gog y Magog destruidos cuando
Satanás será dejado suelto por un breve tiempo. El
primer «Gog y Magog» son anteriores al milenio.
Al llegar el momento para el juicio final, justo antes de la
introducción del estado eterno, Satanás y todos
aquellos cuyos nombres no sean encontrados en el libro de la vida del
Cordero serán lanzados al lago de fuego.
El capítulo catorce da una cronología de los
acontecimientos de la crisis del librito abierto.
Véanse también las siguientes obras:
John N. Darby,
La Esperanza Actual de la Iglesia
Editorial Verdades
Bíblicas (vea más abajo)
|
- La Iglesia de
Dios: ¿Cuál fue su origen? ¿Cuál
es su naturaleza y destino? ¿Qué
propósitos tiene Dios para con ella?
¿Cuál es su relación o
distinción respecto de Israel? ¿Qué
hay de la Segunda Venida de Cristo? ¿Qué es
la Primera Resurrección?
Este y otros temas son tratados con profundidad y esmero
en la serie de conferencias que pronunció John N.
Darby en 1840 en la ciudad de Ginebra. Las conferencias
tuvieron un enorme impacto y el libro producto de las
mismas hizo época, dirigiendo los pensamientos de
muchos creyentes a las enseñanzas de la Escritura
acerca de la verdadera naturaleza y vocación de la
Iglesia, y su esperanza. Por fin la lengua castellana
tiene a su disposición esta obra fundamental para
la enseñanza de la esperanza verdadera de la
iglesia.
|
ÍNDICE
- 1.
Introducción
- 2. La Iglesia
y su gloria
- 3. La segunda
venida de Cristo
- 4. La primera
resurrección
- 5. El progreso
del mal sobre la tierra
- 6. Los dos
caracteres del mal
- 7. El juicio
de las naciones
- 8. Las
promesas de Jehová a Israel
- 9. La
decadencia y dispersión de Israel
- 10. La
restauración y bendición terrenal dadas a
Israel
- 11.
Recapitulación y conclusión
Índice de
Escrituras
|
Por cortesía de la editorial Verdades
Bíblicas, este libro se puede leer en línea en
este sitio Web. Para ello, PULSE
AQUÍ.
Además, la editorial Verdades Bíblicas ha
dado gentilmente su autorización para la publicación de
este libro en formato PDF para su descarga e impresión
mediante Acrobat Reader de Adobe. Para la descarga del libro ya
maquetado en formato A4, PULSE
AQUÍ.
H. L. Heijkoop,
El Porvenir - según las profecías de
la Palabra de Dios
Editorial Literatura
Bíblica
ISBN: 2-88208-009-3
|
ÍNDICE
Prologo a la versión
castellana
Introducción a la investigación de las
profecías
Método de investigación
El porvenir de la Iglesia
El porvenir de la cristiandad
La historia de la Iglesia tal como Jesucristo la ve
¿Tiene Israel un porvenir?
(continúa en columna al lado)
|
(cont.)
El porvenir de Israel
El porvenir de Europa Occidental
El anticristo
El porvenir de los pueblos alrededor de Palestina
El porvenir de Rusia
El milenio
Fin del milenio
Fin del milenio
La eternidad
Otras observaciones sobre la profecía
|
Las guías a la verdad profética, por Thomas Ice y
Timothy Demy:— Editorial Portavoz.
|
Esta serie de verdades
proféticas presentada con claridad en un formato de
preguntas y respuestas demuestra que las cosas buenas pueden
de veras venir en envoltorios pequeños.
Solicite estos libros en su
librería habitual. También puede contactar
directamente con la
Página
Web de la Editorial Portavoz
— Cuatro nuevos
títulos
|
EL ARREBATAMIENTO -
ISBN 0-8254-1340-0
¿Qué es el
arrebatamiento?
¿Cuándo sucederá?
¿Qué relación tiene con tu presente forma de
vivir?
El arrebatamiento es un tema intrigante pero a menudo
desconcertante. Este compacto librito explica qué es el
arrebatamiento, por qué muchos creen que el arrebatamiento
tendrá lugar antes de la tribulación, cómo la
Biblia da apoyo a esta esperanza, y por qué esta postura
acerca del arrebatamiento es significativo para los creyentes de
nuestro tiempo. La verdad acerca del arrebatamiento puede emplearse
para el estudio individual o de grupo, o como una útil
guía de referencia rápida para todo aquel que
esté interesado en profecía bíblica.
EL ANTICRISTO Y SU REINO
ISBN 0-8254-1339-7ß
La Biblia advierte acerca de un futuro líder
político cuyas acciones y poder causarán el caos
internacional. Conocido como el Anticristo, este influyente ser
engañará y conducirá a la humanidad a la
confrontación final entre el bien y el mal. Encuentre
respuestas a estas cruciales preguntas&emdash;
¿Cuál es el origen del Anticristo, y su
naturaleza y ocupación?
¿Cómo le reconoceremos?
¿Cuándo y cómo accederá al poder?
¿Qué es la «marca de la bestia», quién
la tendrá y qué significa?
¿Tiene que ver la venida de Cristo con el Anticristo?
Este conciso libro ayuda a definir las pautas de maldad visibles
en la actualidad. El entendimiento de esta pauta le capacitará
para reconocer y dejar al descubierto los planes de Satanás
hoy y en el futuro.
EL TEMPLO
ISBN 0-8254-1341-9
Aunque la Biblia predice la reconstrucción del
Templo Judío en Jerusalén, el control del Monte del
Templo &emdash;el emplazamiento original del Templo&emdash; permanece
en manos de los musulmanes, que condenan cualquier intento de
reconstruir sobre este lugar. Por cuanto esta área es santa
tanto para la religión judía como para la
islámica, está creciendo entre ambos grupos una
tensión que aboca a un estallido. Entre las importantes
preguntas a las que se da respuesta aquí se incluyen:
¿Es importante hoy un Templo Judío en
Jerusalén y en el Monte del Templo?
¿Qué hay acerca de los sacrificios del Templo?
¿Qué papel juega el Anticristo en todo ello?
La perspectiva de una reconstrucción pacífica parece
imposible. Este librito demuestra por qué la Biblia dice que
sí sucederá y explora cómo se
desarrollará este importante conflicto del Medio Oriente.
LA TRIBULACIÓN
ISBN 0-8254-1342-7
Uno de los temas más polémicos en
profecía es el período de la tribulación.
¿Cuál es el propósito de Dios para este tiempo de
juicio? Este cuidadoso y fascinante estudio elimina mucha
especulación y da respuestas sólidas a preguntas clave
acerca de la tribulación:
¿Cuándo sucederá?
¿Pasarán los creyentes por ella?
¿En qué nos atañe la tribulación a
nosotros?
La Biblia habla de la tribulación como un tiempo de grandes
padecimientos &emdash; aumentarán las persecuciones, el
Anticristo llegará al poder, y tendrán lugar
calamidades cataclísmicas. Este librito desvela los
acontecimientos y explora la relevancia de la venidera gran
tribulación.
EL AÑO 2000 Y LAS ESPECULACIONES SOBRE EL REGRESO DE
CRISTO
ISBN ——
¿Una destrucción
cataclísmica?
¿El fin del mundo?
¿La segunda venida de Jesús?
Con el año 2000 a la vuelta de la esquina, los fijadores de
fechas están prometiendo bien una época de gran gozo, o
de destrucción cataclísmica. Muchas profecías
bíblicas parecen estar materializándose, incluyendo un
aumento de calamidades naturales, una de las señales que
anuncian la segunda venida de Jesús. Pero, ¿será
este venidero milenio verdaderamente significativo desde una
perspectiva histórica y profética?
Ante la intensificación de las especulaciones, debemos
volver a las enseñanzas de Jesús para erigir un
fundamento sólido para el futuro, centrado en Cristo. Este
librito da al lector un claro entendimiento de la profecía y
de las principales teorías de fijación de fechas, junto
con una guía bíblica directa para explorar los
acontecimientos del fin de los tiempos.
ARMAGEDÓN Y EL ORIENTE MEDIO
ISBN ——
Cada día oímos acerca de nuevas
insurrecciones y violencias en Israel y en las naciones
árabes. ¿Podrían esos conflictos estar preparando
el escenario para una confrontación final? Aunque el futuro
parece incierto, Dios nos ha dado el plan para los tiempos futuros.
Basado en la Revelación, La verdad acerca de Armagedón
y el Oriente Medio proporciona una vista general de la batalla final
entre el bien y el mal &emdash;Armagedón. Descubra las
respuestas a esas cruciales preguntas:
¿Es Armagedón una alegoría, un
mito, o una batalla verdadera?
¿Cuándo tendrá lugar Armagedón? ¿Hay
señales que observar?
¿Puede prevenirse la devastadora destrucción de
Armagedón?
¿Se verán implicados los Estados Unidos en este
cataclismo bélico?
Descubra la importancia de una fe fuerte y viva y la apremiante
necesidad de compartir el evangelio, al acompañarle los
expertos en profecía Thomas Ice y Timothy Demy por una gira
profética de los tiempos venideros.
JERUSALÉN EN LA PROFECÍA BÍBLICA
ISBN ——
Fundada hace 3.000 años por el Rey David,
Jerusalén sigue dominando las noticias mundiales. Este centro
de conflicto espiritual es sagrado para tres religiones principales:
el judaísmo, el cristianismo y el islam. Aunque se ha
destacado a lo largo de la historia, el verdadero destino de
Jerusalén reside en su futuro papel cuando Cristo regrese.
Participe en esta exploración de los siguientes aspectos de
Jerusalén:
Su turbulenta historia
Su impacto en las actuales actitudes y actividades
políticas
Su dramático papel en los acontecimientos profetizados de los
tiempos del fin
Este conciso y fascinante examen de Jerusalén muestra la
vital relevancia de la Biblia y revela el inmenso impacto que
Jerusalén tiene en la actualidad y que tendrá en los
tiempos venideros.
EL MILENIO
ISBN ——
La Biblia enseña que el mundo
experimentará 1000 años de paz y prosperidad. Conocido
como el milenio, este tiempo de tranquilidad vendrá a existir
cuando Cristo vuelva para reinar en la tierra. Este conciso pero
completo libro de bolsillo saca a la luz las enseñanzas
bíblicas acerca de este tiempo del futuro:
los acontecimientos y personalidades
principales
lo que sucederá al final de este tiempo
cómo el milenio se relaciona con otros acontecimientos,
incluyendo el arrebatamiento y la tribulación
Este librito le ayudará a descubrir y comprender la
importancia de este tiempo de 1000 años de serenidad y de
abundancia y su puesto en el plan general de Dios.
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