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||||||||||   Apartado 2002 - 08200 SABADELL (Barcelona) ESPAÑA | SPAIN   ||||||||


Duane T. Gish, Ph.D.
H. M. Morris
Bolton Davidheiser
Santiago Escuain
David J. Rodabaugh
Norbert E. Smith

CREACIÓN,  EVOLUCIÓN
Y  EL  REGISTRO  FÓSIL*


6

PROBABILÍSTICA Y LAS FORMAS
DE TRANSICIÓN INEXISTENTES

por DAVID J. RODABAUGH, Ph. D.


Se documenta fácilmente con los escritos de los mismos evolucionistas que no existe evidencia fósil de formas de transición. El propósito de este artículo es calcular la probabilidad de este fenómeno si se asume que tuvo lugar una evolución por medio de micromutaciones. La conclusión es que las formas de transición nunca han existido.

INTRODUCCIÓN

 
Por «evolución» se significa la teoría de evolución «desde las moléculas al hombre». El término «forma de transición» se utiliza de aquellas supuestas formas que hubieran sido a la vez intermedias y antecesoras. El que tales formas están virtualmente ausentes del registro fósil (tal como se ha descubierto) ha sido admitido por George G. Simpson, que afirmó:

«...las secuencias continuas de transición no es que sean raras solamente, sino que son virtualmente inexistentes... Su ausencia es tan universal que no se puede atribuir, apresuradamente, de una manera total a la casualidad, y sí que exige algún intento de explicación, como la mayor parte de los paleontólogos sienten.» [1]

Y Simpson ha admitido que en ningún lugar existe ni trazas de un fósil que cierre la discontinuidad entre el caballo y cualquier presumible antecesor, y además ha afirmado:

«Esto es cierto de todos los treinta y dos órdenes de mamíferos. ...Los miembros más tempranos y primitivos conocidos de cada orden ya presentan todas sus características ordinales básicas y en ningún caso existe ninguna secuencia conocida aproximadamente continua de uno a otro. En muchos casos la discontinuidad es tan brusca y tan grande que el origen del orden es especulativo y muy discutido.» [2]

Además, D. M. Raup y S. M. Stanley afirmaron, en 1971:

«Desafortunadamente, el origen de la mayor parte de las categorías altas está cubierto de misterio; generalmente las nuevas categorías altas aparecen bruscamente en el registro fósil sin evidencia de formas de transición.» [3]

Que la ausencia de formas de transición en el registro fósil, por todo lo que se conoce del mismo, no se pueda atribuir enteramente a la casualidad lo admite Simpson decididamente en la primera cita. Este artículo demostrará una afirmación aún más rotunda utilizando ideas bien conocidas de la probabilística. La consecuencia es que nunca existieron tales formas de transición.

El lector debe entonces concluir o bien que el evolucionismo tuvo lugar por medio de macromutaciones (el concepto de «hopeful monster» o «monstruo viable») o bien que el evolucionismo es falso. Los evolucionistas han rechazado, por lo general, la idea del «monstruo viable» porque ni siquiera ellos pueden imaginarse cómo podría suceder una cosa así. En tanto que se han observado micromutaciones, no se ha observado ninguna macromutación que no destruyera al organismo. Por ello la macromutación no constituye ninguna explicación.

1. Distribuciones

La situación básica es la siguiente: Supongamos que existe una probabilidad de p de que cuando se descubra un fósil éste sea de transición. Supongamos también que se descubren n fósiles y que k de ellos son de transición. Se pueden plantear dos cuestiones. Primero, ¿cuál es la probabilidad de este suceso? Segundo, ¿cuál es la probabilidad dados n, p y k, de que m de los fósiles sean de transición para m  ≤ k?

Estas cuestiones se pueden formalizar con ayuda de algunas notaciones.

Definiciones: Definamos P(n, p, x = k) como la probabilidad de que haya exactamente k consecuciones en n intentos en los que cada consecución tiene una probabilidad p. Definamos P(n, p, x k) como la probabilidad de k o menos consecuciones en n intentos en los que cada consecución tiene una probabilidad p.

Las dos cuestiones anteriores se reducen a los problemas de calcular P(n, p, x = k) y P(n, p, x ≤ k). Si x ≤ k, entonces x = 0, ó x = 1 ó ... ó x = k. De ello sigue lo siguiente:

                                                                              (1)

 Para ilustrar lo anterior, consideremos el sencillo problema de echar una moneda a cara o cruz. Para cada intento, la probabilidad de que caiga de cara es 1/2. La probabilidad de tirar tres veces una moneda y conseguir cara las tres veces es de (1/2)3, o 1/8. Esto es, P(3, 1/2, x = 3) = 1/8 en esta situación. No obstante, siempre sucede que si se echa una moneda al aire tres veces, no puede dar cara más que tres veces como máximo. Esto es, P(3, 1/2, x ≤ 3) = 1.

La situación descrita anteriormente es la del Ensayo de Bernouilli. Se define de la manera siguiente: Si la probabilidad de éxito es la misma para cada uno de los n intentos, se dice que los intentos son independientes. Los intentos repetidos que cumplen estas condiciones reciben el nombre de Ensayos de Bernouilli. [4]

La probabilidad de exactamente k consecuciones en n intentos independientes de este tipo es de [5] :

                                                                                        (2)


donde
                          

Debido al hecho de que el lado derecho de la ecuación procede de la expansión binomial de (p + q)n, la distribución determinada por la ecuación (2) recibe el nombre de distribución binómica. [6]

La sustitución de la ecuación (2) en la ecuación (1) nos da

                                                                                 (3)

Consideremos ahora el problema de la probabilidad de que el siguiente fósil descubierto fuera transicional.

Sea t el número de formas transicionales (con respecto a unas ciertas características o en general), y sea N el número de organismos que no son transicionales. Por ejemplo, si la característica bajo estudio es la de ser un ave, entonces N es el número de aves y t es el numero de organismos de transición (poseyendo alas parciales). La probabilidad de que el primer fósil sea transicional es

                                                                                                                 (4)

Naturalmente, no existe ninguna razón por la cual una forma de transición no vaya a ser fosilizada menos que una forma no de transición.

Habiendo extraído el primer fósil, la probabilidad de que el segundo fósil sea de transición es

                                                                            (5)

dependiendo de si la primera era de transición o no.

Este es, técnicamente, el problema de muestrear sin reemplazar, y la distribución binómica no representa exactamente las probabilidades, ya que p 1 p2  p3 ...  pn.

Un ejemplo nos podrá ser de utilidad. Supongamos una bolsa conteniendo 30 bolas idénticas excepto por el color. Supongamos además que 10 bolas son de color negro y que 20 son blancas. La probabilidad de extraer una bola negra al primer intento es de 10/30, o de 1/3. Esta es la situación representada por la distribución binómica.

No obstante, si no se reintroduce la primera bola extraída, entonces la probabilidad de que la segunda bola sea negra ya no es 1/3, es 9/29 si la primera hubiera sido negra y 10/29 si hubiera sido blanca. La distribución hipergeométrica representa esta situación.

No obstante, cuando el número total es muy grande, aunque el muestreo sea sin reemplazamiento, se puede utilizar la distribución binómica como aproximación. [7] En el estudio de los hallazgos fósiles el número total de organismos N + t está por lo menos en el orden de los miles de millones, por lo que la distribución binómica representada por la ecuación (2) y por la ecuación (3) es una aproximación excelente.

Otra distribución útil en este tipo de problema es la distribución de probabilidad de Poisson definida por [8]
                                                                                                           (6)

Cuando p es pequeño y n es grande la función de Poisson se aproxima a la binómica. En este caso tenemos l  = np y [9]

                                                                                       (7) 

(Se utiliza la notación ≈ para indicar aproximación.)

Sustituyendo (7) en (1) obtenemos

                                                                                (8)


2. Algunos valores razonables para n y p

El resto de este artículo trata de la aplicación de las distribuciones binómica y de Poisson para hallar P(n, p, x = k) y P(n, p, x k) donde n es el número de fósiles descubiertos, p es la relación t/t + EN que es la probabilidad de hallar una forma de transición, y k es el número de formas de transición descubiertas.

(Recordamos al lector que, en este artículo, forma de transición significa a la vez intermedia y antecesora).

Es bastante difícil conseguir información fiable sobre el número total de fósiles descubiertos o incluso del número total en categorías particulares:

No obstante, Pierce Brodkorb afirma que existen 1.760 especies de aves fósiles. [10] Aceptando un promedio de seis fósiles por especie, ello implica unos 10.000 fósiles de aves, todos los cuales son completamente alados y poseen plumas. Pero hasta el presente no se ha hallado un solo fósil con alas solamente parcialmente desarrolladas. Así, para una característica muy especial (no poseída por muchos organismos), 10.000 es una cifra muy moderada para n.

En realidad, para la propiedad del vuelo queda justificada una cifra mucho más grande. Ello se debe a que existen muchos insectos voladores, así como quirópteros y reptiles voladores.

Otras características dignas de investigación son los ojos, pulmones, reproducción sexual, etc. Además, existe el problema de la evidencia, que se admite no existe, de formas de transición entre cada uno de los 32 órdenes de mamíferos y sus supuestos antecesores, mencionado ello por Simpson.

Así, es más razonable suponer n = 100.000 ó n = 1000.000.

En este articulo se calculan las probabilidades para n = 10.000, n = 100.000 y n = 1.000.000. En realidad hay suficiente justificación para utilizar valores mayores, pero, como verá el lector, la situación resultante del examen de estas cifras es suficiente para echar por tierra toda posible credibilidad de las afirmaciones evolucionistas con respecto al registro fósil.

¿Cuál será el valor razonable de p? La teoría estándar de la evolución es que las micromutaciones (pequeños cambios) dan razón de toda la variación observable. Así, el número de especies de transición tiene que ser realmente grande.

En realidad, para poder dar cuenta de la aparición de las aves por medio del supuesto proceso de micromutaciones se precisaría postular un vasto número de especies que fuesen a la vez intermedias y antecesoras. Además, cada especie debe ser razonablemente viable a fin de dar el tiempo suficiente a que dé origen a algún descendiente «evolucionado». Por lo tanto, sería de esperar que, basándonos solamente en la teoría evolucionista, p ≥ 0,9.

No obstante, los cálculos aquí expuestos se basarán en cifras mucho más favorables para los evolucionistas. Se calculará la función P(n, p, x k) para p = 0,5; 0,1; 0,01. Se recuerda al lector que p = 0,01 implica que solamente hubiera existido un organismo de transición por cada 99 organismos no transicionales –cosa totalmente contraria a las predicciones basadas en el modelo evolucionista. Pero incluso esto, como se verá, conduce a quebraderos de cabeza para los evolucionistas.

Antes de finalizar esta sección, se debería comentar sobre los valores de k. A pesar de que no se han hallado formas de transición hasta el presente, se calcularán las probabilidades en base de k = 0, 5 y 10.

Para sumarizar, P(n, p, x k) se calculará para n = 10.000; 100.000; 1.000.000; p = 0,5; 0,1; 0,01; k = 0; 5; 10. También se calculará P(n, p, x = k) en algunos casos.
 

3. Dificultades de cálculo

Se puede utilizar una computadora moderna digital de alta velocidad (como IBM 360 ó IBM 370) para trabajar con números distintos de cero y con valores absolutos dentro del margen

                            16–64 ≤ x ≤ 1663                                                                               (9)

El campo de un calculador electrónico Hewlett-Packard (así como el de otros) es

                            10–99 ≤ x < 10100                                                                          (10)

Este campo es suficiente para la mayor parte de propósitos. No obstante, lo que sigue se puede verificar rápidamente utilizando logaritmos (todos los que se utilizan en este artículo son de base 10):

                            p(10.000, 0.5, x = 10) = 10–2976,862                                               (11)

Si todo lo que se deseara fuese P(n, p, x = k), se podrían calcular fácilmente las ecuaciones (7) y (2) utilizando logaritmos.

Desafortunadamente, tanto para k = 5 y k = 10 es necesario calcular las ecuaciones (3) y (8), cada una de las cuales es una suma de términos demasiado pequeños para poderlos representar en cualquier computadora o calculadora conocida. El problema consiste en evaluar la suma

                                                                                                               (12)

en la que algunos, o quizá todos, de los términos Tx no son representables ni en la calculadora ni en la computadora. Se puede entonces reescribir la ecuación (12) como

                                                                                                          (13)

Entonces, sin importar cual sea el valor de S, se puede hallar una a con la que

                                                                                                         (14)

sea representable en la máquina. El valor de log S se puede entonces hallar de la siguiente manera:

                            log S = log B – log a                                                                  (15)

ya que aS = B.

Además, el logaritmo de cada término aTx puede calcularse utilizando logaritmos, y se puede convertir al valor aTx antes de añadirse a las sumas parciales de B.

El proceso anterior fue empleado en una calculadora Hewlett-Packard 25 programable a fin de obtener los valores que se muestran en la siguiente sección.

 

4. Aplicaciones

En esta sección se tabulan los valores P(n, p, x ≤ k) en base de los valores indicados en la sección 2. Estos resultados son tan pequeños que es necesario dar tan solo los logaritmos en las tablas.

Aunque la distribución de Poisson es tan solo una aproximación, los valores basados en ella se muestran en la tabla 2.

El lector descubrirá que cuando p = 0,01 los valores de las dos tablas difieren muy poco.

Se recordará que cuando el logaritmo es, por ejemplo, –4557,60, el número es 10–4557,60, alrededor de 2,5 x 10–4558. En este caso 1a probabilidad vendría indicada por un número decimal con 4.557 ceros después de la coma decimal, y después un dos. Desde luego, éste es un número lo suficiente pequeño como para convencer a cualquiera.

 

5. Conclusiones

Emil Borel, el famoso matemático, dijo:

«Podemos entonces ser guiados a tomar 10–50 como el valor de probabilidades despreciables a escala cósmica. Cuando la probabilidad de un suceso está por debajo de este límite, se puede esperar con toda certeza que lo que ocurrirá será el suceso opuesto, cualquiera que sea el número de ocasiones que se presenten en el universo entero.» [11]

En otro libro afirmó: «Los sucesos cuya probabilidad es muy pequeña nunca tienen lugar.» [12]

Sea E el suceso descrito como sigue: Supongamos que se descubren n fósiles, y que no más de k son de transición (o sea, k o una cantidad inferior). Supongamos además que el número de formas de transición dividido por el número total de organismos es p.

Ahora, la probabilidad de E, denotada por π(E) viene dada por

                            π(E) = P(n, p, x ≤ k)                                                                     (16)

Hasta la fecha, el valor es k = 0. O sea, no existen criaturas parcialmente aladas, etc. No obstante, para seguir la discusión, hagamos que k = 5 ó k = 10.

Una consecuencia de las dos tablas y de las afirmaciones de Borel es que E no puede tener lugar.

De hecho, si n = 10.000, entonces

                            Log P(10.000, 0.5, x = 1.000) = –1040,11                                  (17)

ahora,

                           
                            (1.000) p(10.000, 0,5, x = 1000)                                                 (18)

Así,
                            Log p(10.000, 0,5, x ≤ 1000) <  Log(1.000) + Log P(10.000, 0,5, x = 1.000) =

                            3 – 10 40,11 = –1037,11                                                           (19)

Ni siquiera este suceso es posible. Uno es llevado pues a la conclusión inevitable de que, si hubo formas de transición, fueron extremadamente escasas. Por lo tanto, una de dos, o el mundo biológico actual vino a ser como es por macromutaciones («monstruos viables»), o por creación especifica.

Ya que el concepto de «monstruo viable» es rechazado por casi todos los evolucionistas, la mente sin prejuicios tiene que llegar a la conclusión de que la creación específica es el único modelo que concuerda con los hechos. [13]

Otra observación que se debe hacer es que las cifras presentadas en este artículo hacen que las cifras en un artículo reciente sean demasiado amables con los evolucionistas.13 Las probabilidades P(n, p, x k) deberían tomar el lugar de P(G/E) en aquel artículo.


TABLAS

TABLA 1. Log P(n, p, x k) basada en DISTRIBUCIÓN BINÓMICA

 

P

n = 10.000

n = 100.000

n = 1.000.000

0,5

–3010,30

–30103,00

–301030,00

k = 0         0,1

–457,57

–4575,75

–45757,49

0,01

–43,65

–436,48

–4364,81

0,5

–2992,38

–30080,08

–301002,07

k = 5         0,1

––444,42

–4557,60

–45734,34

0,01

–35,68

–423,54

–4346,86

0,5

–2976,86

–30059,56

–300976,56

k = 10         0,1

–433,68

–4541,85

–45713,59

0,01

–30,12

–412,99

–4331,32

 

TABLA 2. Log P(n, p, x k) basada en la DISTRIBUCIÓN DE POISSON

P

n = 10.000

n = 100.000

n = 1.000.000

0,5

–2172,47

–21714,72

–217147,24

k = 0         0,1

–434,29

–4342,94

–43429,45

0,01

–43,43

–434,29

–4342,94

0,5

–2155,06

–21693,31

–217120,83

k = 5         0,1

–421,37

–4325,02

–43406,53

0,01

–35,49

–421,37

–4325,02

0,5

–2141,04

–21674,29

–217086,81

k = 10         0,1

–410,85

–4309,50

–43386,01

0,01

–29,94

–410,85

–4309,50

 



[1] SIMPSON, G. G., 1944: Tempo and Mode in Evolution. Colombia University Press, New York, p. 105.

[2] Loc. cit.

[3] RAUP, D. M., y S. M. STANLEY, 1971: Principies of Paleontology. W. H. Freeman, San Francisco, p. 306.

[4] HICKMAN, Edgar P., y James G. HILTON, 1971: Probability and Statistical Analysis, Intext Educational Publishers, Scranton, Pennsylvania, p. 89.

[5] Ibid., p. 90.

[6] Ibid., pp. 89-94, especialmente p. 91.

[7] Ibid., p. 98.

[8] Ibid., p. 100.

[9] Ibid., p. 101.

[10] FARMER, D. S., y J. R. KING, Editores, 1971: Avian Biology, vol. I. Academic Press, New York. Ver capitulo «Origin and Evolution of Birds», p. 21, de Pierce BRODKORB.

[11] BOREL, Emil., 1962: Las probabilidades y la vida, Oikos-Tau, Barcelona, 1971.

[12] BOREL, Emil., 1965: Elements of the Theory of Probability, Prentice-Hall, Englewood Cliffs, New Jersey, p. 57.

[13] RODABAUGH, D. J., 1975: Los matemáticos y la evolución. Articulo publicado en esta misma monografía. Apareció por primera vez en Creation Resear ch Quarterly 12(3):173-175 con el título de «Mathematicians do it again».


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Traducción del inglés: Santiago Escuain
© Santiago Escuain 1977, por la traducción
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