El anuncio del Hombre de «Middle Awash» por paleoantropólogos
14/04/2006
Fuente: Creation·Evolution Headlines
© 2000 Creation Safaris - http://www.creationsafaris.com/
Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2006 - http://www.sedin.org/
Todos a una, los medios de comunicación se han
unido al más reciente coro acerca de los pretendidos fósiles de antepasados
humanos: «Un hallazgo de fósiles mejora el conocimiento sobre el origen del
hombre» (Live
Science): «Unos fósiles cubren un vacío en el linaje humano» (BBC News); «Fósiles
antiguos llenan el vacío en la temprana evolución humana» (Yahoo News);
«Un descubrimiento de fósiles llena un vacío en la evolución humana» (MSNBC News, que añade:
“Acabamos de descubrir la cadena de la evolución, la continuidad a través del
tiempo”); y la nota de prensa de la Universidad
de California en Berkeley, de donde procede Tim White, que califica el
Middle Awash en Etiopía como «la mejor ventana del mundo sobre la evolución
humana».
Lo que
se afirma es que los fragmentos hallados en Etiopía del Australopithecus
amarensis se encuentran entre su pretendido predecesor Ardipithecus y
el sucesor Australopithecus afarensis (alias Lucy). Esto hace de este fósil algo así como el hombre
de Middle Awash.
Los veteranos en estas
cuestiones ya conocen tan bien la canción y el baile que no les causará más que
un aburrido bostezo. Todo lo que es preciso saber acerca del juego de la
paleoantropología lo cuenta el doctor Jerry Bergman en el reciente artículo en
el boletín de CRS Creation
Matters (11:1, Ene-Feb. 2006), «Controversias en Paleoantropología»,
publicado recientemente en castellano en este portal.
Muchos estudios descubren que el
campo pretendidamente objetivo de la evolución humana es cualquier cosa menos
objetivo — los prejuicios son cosa común, y se han documentado casos de
corrupción y de fraude. Entre los ejemplos bien conocidos aparecen el hombre de
Piltdown y el Hesperopithecus, pero existen muchos otros ejemplos. ...
Una parte de
la razón para la controversia es que el campo de la antropología está dividido
en «facciones» o «escuelas» que con no poca frecuencia compiten entre sí. Cada
escuela está a menudo dominada por una pequeña cantidad de personas que con
frecuencia son líderes con gran carisma personal. Cada facción intenta
«demostrar» su propia teoría de evolución humana, a menudo de forma dogmática,
mediante el uso de huesos fósiles, la mayoría de los cuales son fragmentos muy
dañados. En estos conflictos se adoptan partidos y, como lo demuestra Morell
con elocuencia (1995), los participantes acaban al final enzarzados en
conflictos en los que valen las conductas carentes de ética (y casi todo lo
demás). Lo único que se excluye es la agresión física (aunque no siempre).
Bergman documenta este
extremo de forma extensa. De hecho, Tim White es uno de los culpables. Tiene
reputación en su disciplina de tener una actitud de fariseo, «grosero y
arrogante hacia los demás hasta un punto indescriptible» en palabras de Milford
Wolpoff, que fue profesor de White en la Universidad de Michigan. Bergman cita
el libro de V. Morrell publicado en 1995, Ancestral
Passions:
Morell concluye que, igual que Wolpoff, Richard Leakey
también «suponía que White llegaría finalmente a madurar y a deponer esta
actitud. En lugar de ello, el mismo Leakey vino a ser un blanco para él»
(Morell, 1995; p. 477). Por ejemplo, cuando Leakey explicó su inquietud acerca
de la interpretación que White había hecho de un fósil, White «comenzó a
chillarme, tildándome de dictador, diciendo que era una desgracia que yo
estuviera al frente — todo esto es basura ... no quería tener nada más que ver
conmigo, y finalmente salió de mi oficina dando un portazo» (Morell, 1995; p.
478).
Y esta es una de las
controversias más suaves. De modo que aquí tenemos lo que se considera que son
científicos mesurados, equilibrados, amantes de la verdad, tal como son. White
acaba de marcar un tanto, y sus oponentes están ahora lanzados para ver si
pueden lanzarlo al suelo. Que pena que los medios de comunicación sean tan
crédulos. Creen que esto es ciencia, cuando se trata de echarse fango entre sí.
Acceda al libro en línea: El Hombre Fósil, por Frank Cousins, o descárguelo en formato PDF
(1,5Mb)
Enlaces en inglés: Early
Man • Fossils
Las bases de ADN aisladas se destruyen rápidamente
14/04/2006
Fuente: Creation·Evolution Headlines
© 2000 Creation Safaris - http://www.creationsafaris.com/
Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2006 - http://www.sedin.org/
Sin agua,
las bases del ADN se descomponen fácilmente. Cualquiera de los
modelos sobre el origen de la vida que implique que los componentes del
ADN (los nucleótidos) sean de gran duración se encuentran
con grandes problemas, según investigadores de la Universidad Estatal de Oregón.
Las moléculas pueden caer en un «estado oscuro» en
el que son muy vulnerables a la radiación UV. Esta idea
había sido considerada en el pasado como una
«herejía científica» — hasta el punto de que
los investigadores «padecieron largas noches de insomnio»
defendiendo esta idea contra los críticos:
El núcleo del debate,
dice [Wei] Kong [profesor de química], se relaciona con el comportamiento de
las bases de los ácidos nucleicos —la adenina, la timina, la guanina y la
citosina— que, en forma de pares de bases A-T y G-C, forman el ADN y en último
término llegan a formar el patrón para todos los seres vivos. Una de las premisas más fundamentales de la
bioquímica es que estas bases de ácidos nucleicos son muy estables,
porque deberían serlo para prevenir mutaciones destructivas y posibilitar la estructura genética organizada.
Pero los estudios en la Universidad Estatal
de Oregón, realizados con espectroscopía electrónica muy sofisticada,
demostraron que la pretendida
estabilidad de las bases de los ácidos nucleicos en el ADN es mayormente un
mito. (Énfasis añadido en todas
las citas.)
...
«En su forma biológica,
rodeadas de otras bases con puentes de hidrógeno, es cierto que los ácidos
nucleicos que componen el ADN son estables», dijo Kong. «Pero hemos encontrado
que los seres vivos, en su
integridad, proporcionan un medio
que crea esta estabilidad, mediante anclajes dentro de pares de bases y/o con
bases vecinas. Estos anclajes permiten
la liberación de energía fotónica dañina como calor. Pero una base de ADN como molécula aislada,
por sí misma, no posee esta estabilidad.»
En otras palabras, las
bases aisladas de ADN no poseen la estabilidad que los científicos creían que
tenían. Son sumamente vulnerables a daños producidos por los rayos UV durante
breves períodos:
La duración
del estado oscuro no es larga —un nanosegundo es una mil millonésima parte de
un segundo. Pero es un tiempo más que suficiente para que ocurran
mutaciones del ADN, dijo Kong. Y la existencia de este estado oscuro suscita cuestiones acerca de cómo pudo
llegar a comenzar la vida, siendo que los portadores genéticos mutaban o eran destruidos con tanta
facilidad durante este brevísimo pero muy vulnerable instante.
«Cuando se estaban formando las
bases del ADN al principio hace miles de
millones de años [sic], la atmósfera
era en realidad muy hostil», dijo Kong. «Este fue un período anterior a cualquier capa protectora de ozono sobre la
tierra, y la radiación ultravioleta era
muy intensa. De modo que si las bases del ADN primordial quedaron forzadas
a este estado oscuro vulnerable, habrían
sufrido grandes daños fotoquímicos que hubiera
hecho muy difícil la mera supervivencia de estas bases, por no hablar de la
posterior evolución de la vida.»
Es en este punto que el
comunicado de prensa adopta un tono espectacularmente optimista: el estado
oscuro desaparece en presencia de agua.«De modo que si había agua presente, las
bases del ADN primitivo hubieran podido
sobrevivir y finalmente hubieran
ayudado a formar la base para formas de vida más y más complejas», dicen.
Dice Kong que
los descubrimientos sugieren cómo el
agua hubiera podido ser un compuesto absolutamente esencial para conseguir
que las bases del ADN primordial permaneciesen estables, resistiesen a la
mutación y, finalmente, permitiesen la
evolución de la vida. ...
«Lo que esto nos dice en realidad es que la vida es un proceso unificado», dijo
Kong. «No se trata meramente de un grupo de bases del ADN, sino también del medio físico en el que existen. Más
adelante, al volverse la vida más
evolucionada [sic], hubo otras maneras
de conseguir estabilidad genética. Pero al principio, sencillamente puede que no fuese posible sin agua.»
Así que, aunque la
noticia parece mala, pudieron darle un aspecto positivo añadiendo agua: «La
presencia de agua fue la clave de la evolución de la vida en
la tierra, al hacer posible que surgiera
la vida [sic] a partir de lo que fue en el pasado una sopa primordial hostil e implacable de productos químicos y radiaciones»
[sic]. En otras palabras, no hagamos la prueba con sopa primordial deshidratada
y congelada.
La única buena noticia aquí es que estos
investigadores no han arrojado del todo
la toalla. Esto
no es una buena noticia para la escuela de pensamiento materialista del origen
de la vida. Han
estrechado todavía más una situación ya sin salida (véase libro en línea,
Especulaciones y Experimentos Relacionados con Teorías sobre el Origen de la
Vida). Esta «herejía radical» elimina cualquier posibilidad de que los
componentes clave se formen fuera del agua. Podemos recordar cuando Steve Benner
propuso que la ribosa se formase en un desierto con boro, porque era demasiado
inestable en agua (11/05/2004).
Ahora se trata de que el pobre hombre tendrá que preparar la ribosa en el
desierto (con la esperanza de que la radiación UV no la destruya allí), y luego
llevarla al agua donde estarán las bases A, C, T, G o uracilo, con la esperanza
también de que alguna manera se combinen con fosfatos o con algún mineral
arcilloso, y que luego se enlacen en cadenas de polinucleótidos que puedan
codificar información y realizar
funciones enzimáticas (el mundo del ARN), y además encontrar algún refugio en
alguna membrana que no sea tan impermeable que llegue a ser una trampa mortal.
Parece una fantasía muy difícil de
hacer creer al Congreso. Las cosas no van demasiado bien en estos tiempos para
la astrobiología.
El «Evangelio de Judas» — y los despropósitos
pseudoacadémicos de una campaña anticristiana
14/04/2006
Fuente: Creation·Evolution Headlines
© 2000 Creation Safaris - http://www.creationsafaris.com/
Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2006 - http://www.sedin.org/
Desde que National
Geographic anunció la culminación de una traducción del llamado
«Evangelio de Judas» (un evangelio apócrifo del siglo II atribuido a Judas,
pero no escrito por él), los medios de comunicación han estado propagando
especulaciones de que nos da una perspectiva más clara de Jesús desde el punto
de vista de Judas, perspectiva que los primitivos dirigentes de la iglesia
suprimieron. El «Evangelio de Judas» ya era conocido alrededor del 180 d.C.,
pero no nos había llegado ninguna copia hasta que recientemente se descubrió
una de ellas.
Algunos reportajes de prensa tratan este
tema con gran sensacionalismo, y pocos de ellos parecen cuestionar la
autenticidad del documento o la credibilidad de sus pretensiones. Parece estar
extendida la presuposición de que cualquier punto de vista contario ha de ser
más aceptable que el aceptado.
Sin embargo, en cuanto la historia
llegó a la prensa, han comenzado a aparecer artículos respaldando el canon
tradicional del Nuevo Testamento. Collin Thomas escribió uno para Christianity
Today, y Al Mohler escribió otro para Baptist Press.
Los profesores de Union University respondieron también en otro artículo en Baptist Press,
valorando al «Evangelio de Judas» como «herético» y «históricamente indigno de
confianza». Respondiendo al argumento de la profesora de Princeton Elaine
Pagels de que los gnósticos no consideraban que sus puntos de vista fuesen
heréticos, Greg Thornbury respondió: «¿Y cuándo admiten los herejes que lo que
creen es realmente herejía? Tanto si nos remontamos al cuarto siglo o al siglo
21, nunca ha faltado gente que haya intentado desacreditar la fe cristiana». En
Christianity Today, Ted Olsen daba dos docenas de vínculos a artículos
periodísticos discutiendo el «Evangelio de Judas», a favor y en contra. Un par
de días después, la universidad Biola University
colgó en la red una respuesta en formato de preguntas y respuestas por Clinton
E. Arnold, catedrático y presidente del Departamento del Nuevo Testamento. De
modo que, lejos de correr a esconderse, muchos eruditos bíblicos están
presentando batalla. Donald Senior dijo en un comunicado de agencia de AP en Fox News, «que
comience un vigoroso debate acerca de la relevancia de este fascinante texto
antiguo».
¿A dónde ha
llegado el National Geographic?
Justo antes de Pascua, publicaron dos reportajes intentando poner a los
cristianos a la defensiva; primero con la tonta sugerencia de Doron Nof de que
Jesús anduvo sobre hielo en lugar de sobre agua (04/04/2006),
y ahora dando bombo y platillo a este falso evangelio junto con la propuesta de
una teoría de sabor conspiratorio de que la iglesia «no quiere que se sepa» la
verdad acerca de Judas. ¿A qué viene todo esto? ¿Tenemos aquí una actitud de
estudio objetivo, o de activismo anticristiano?
Pensemos por un momento en lo que
sucedería si hiciesen esto con el Corán. Imaginemos las consecuencias que
habría, considerando que unas cien personas han muerto como consecuencia de las
viñetas acerca de Mahoma. O pensemos qué pasaría si National Geographic hiciese una campaña desacreditando las
creencias de los nativos americanos. Es solo en el caso del cristianismo que
hay una campaña continua para intentar minar sus fundamentos con toda
impunidad, y, para añadir al agravio, justo antes de este tiempo santo de la
Pascua. ¿Por qué esta asimetría en la pretendida corrección política?
Pero como los cristianos somos
llamados al perdón, dejemos de lado estos sentimientos por ahora, y tratemos
acerca del nuevo documento. El «Evangelio de Judas» es meramente uno de tantos
escritos apócrifos, falsos, del segundo y tercer siglo. Esto en realidad no
constituye ninguna noticia. Aunque no se ha conseguido una copia de éste hasta
ahora, hay otros bien conocidos desde la antigüedad, o, desde 1945, la
colección de textos gnósticos que se descubrió en Nag Hammadi, Egipto, en
1945. Los estudiosos los han leído, analizado y situado en su contexto. Lo
mismo que en el caso de cualquier manuscrito largamente perdido, el «Evangelio
de Judas» tiene interés histórico y digno de un análisis. Los científicos que
dataron y tradujeron este documento hicieron un trabajo ejemplar. Los textos
antiguos, tanto si son fiables como si no lo son, pueden arrojar luz sobre el
período en que fueron escritos, y acerca de las creencias de ciertas sectas de la época. Que su contenido
tenga validez histórica es una cuestión distinta. Comparemos, por ejemplo, el
caso de los Rollos del Mar Muerto. Son de un valor inmenso para los
historiadores y para la crítica textual de los manuscritos del Antiguo
Testamento, pero que las enseñanzas de la comunidad de Qumrán reflejase el
judaísmo de forma ajustada es una cuestión distinta. Los eruditos debaten si se
trataba de los esenios acerca de los que escribió Josefo, y cuál era la relación
de ellos con la clase sacerdotal de los creyentes judíos en Jerusalén, o con la
Diáspora o con otras sectas judías. El contraste entre el verdadero
cristianismo y el gnosticismo es mucho más acusado. Es cierto que había
iglesias separadas y diversas sectas, pero los cristianos y los judíos tienen
una norma: las Escrituras. El canon del Nuevo Testamento (canon procede de una palabra que significa vara de medir) es para
el cristianismo lo que el canon del Antiguo Testamento era para el judaísmo:
una regla, una guía, un cuerpo fiable de escritos inspirados que distingue la
verdadera fe de la falsa. El
gnosticismo no es cristianismo, y el cristianismo no es gnosticismo: sus
doctrinas son diametralmente opuestas. No necesitamos escritos falsos para
saber qué es el cristianismo. Tenemos la evidencia justo delante de nosotros:
los escritos primitivos, fiables y creíbles de los verdaderos apóstoles y de
sus colaboradores, y las palabras y hechos del mismo Jesús registradas por
testigos oculares. Incluso los incrédulos deberían reconocer que la información
se debería recoger de las mejores fuentes disponibles, no de escritos tardíos
de dudosa autenticidad y usados por sectas heréticas. (Que estas sectas se considerasen a sí mismas como heréticas
es cosa totalmente irrelevante; si uno se siente de dos metros de altura pero la cinta de medir da solo un metro, tal
persona es víctima de un autoengaño.)
Los escritos canónicos del Nuevo
Testamento pertenecen todos al primer siglo, y algunos a solo unas pocas décadas,
o a menos de una década, de los acontecimientos que se describen. Esto está
extensamente reconocido por historiadores prestigiosos, tanto seculares como
cristianos. Hay una abundancia abrumadora de manuscritos de estos textos: miles
de ellos, por no mencionar las traducciones y las citas que se encuentran en
los escritos de los primitivos padres de la iglesia. Mucho
antes que el presente canon del Nuevo Testamento quedase «oficializado» en los
tiempos del Emperador Constantino, y mucho antes que existiese una autoridad
eclesiástica centralizada, los cristianos primitivos compartían un amplio
consenso acerca de qué textos eran auténticos y estaban inspirados. Los que
fueron escritos por los apóstoles originales o por colaboradores estrechamente
asociados con ellos (como Marcos y Lucas), incluyendo las epístolas de Pablo,
fueron aceptados por los cristianos en todo el Imperio Romano. Hubo unos pocos
que no tuvieron una aceptación totalmente general; documentos como 2ª de Pedro
y Apocalipsis habían sido aceptados por unos y no por otros; pero esto pudo
deberse a su disponibilidad. Por otra parte, algunos documentos como la Didajé
y el Pastor de Hermas gozaron de gran popularidad por un tiempo, pero o bien no
se les consideraba inspirados a la par con los escritos apostólicos, o llegaron
a perder aceptación — y ello de nuevo no por decreto oficial, sino por
consenso. Antes que existiese una iglesia Católica con autoridad centralizada,
los concilios de la iglesia codificaron posteriormente cuál era el canon ya aceptado
del Nuevo Testamento. En los concilios hubo un cierto debate acerca de los
pocos libros que gozaban de una amplia pero no universal aceptación; los
debates concluyeron con una enérgica afirmación de los actuales 27 libros (una
lista casi idéntica a las de algunos padres apostólicos de época muy anterior).
El surgimiento del canon del Nuevo Testamento es un tema fascinante, pero no se
puede tratar aquí de forma detallada. La cuestión central es que el canon del
Nuevo Testamento no fue un decreto arbitrario de una jerarquía que intentase
suprimir puntos de vista minoritarios dentro de una iglesia, sino una
afirmación y formalización de las creencias de los cristianos en todo el
Imperio acerca de lo que constituía la Escritura — la palabra de Dios.
En este contexto apareció una cantidad de
documentos tardíos que (1) se sabía que procedían de sectas gnósticas u otras
sectas heréticas, o (2) se atribuían falsamente a apóstoles o a otros
personajes del primer siglo. Estos se conocen como pseudoepígrafos, esto es, epígrafos falsamente atribuidos —escritos
espúreos. El «Evangelio de Judas» es ambas cosas, un escrito gnóstico
falsamente atribuido al apóstol traidor. Como escribió Collin Hansen en Christianity
Today (un buen artículo), el «Evangelio de Judas» no es ningún evangelio, y
no fue escrito por Judas. Desde luego, «cambiaría las cosas, si fuese genuino».
Pero no lo es. Es un documento falso, escrito por una secta herética. ¿A qué se
debe toda la atención mediática?
No debería sorprender la existencia de
documentos competidores del Nuevo Testamento. Consideremos las burdas
imitaciones que siguen a cualquier película o libro de éxito en la actualidad. Al
extenderse el cristianismo, también se extendieron los motivos para competir
con él o corromperlo con otras tradiciones religiosas. Ya vemos estas
tendencias en marcha en el Libro de los Hechos (p. ej., veamos la advertencia
de Pablo a los ancianos de Éfeso, Hechos
20). Había los judaizantes que intentaban manipular el cristianismo
hacia el legalismo, y las religiones de misterio romanas que querían
arrastrarlo hacia la sabiduría hermética, y filósofos que querían refundirlo
con la filosofía griega. Jesús mismo, y Pablo, Pedro y Judas Tadeo advirtieron
todos ellos contra los falsos maestros que surgirían pronto y extraviarían a
muchos. Ya en tiempos de Pablo había insinuaciones de las sectas gnósticas que
tuvo que confrontar la iglesia primitiva (cp. las advertencias en la epístola
de Pablo a los Colosenses, y la primera epístola de Juan). A lo largo de la
historia ha habido desviaciones y sectas que se han apartado del camino. Los
verdaderos creyentes siempre han atendido a los firmes mandamientos bíblicos de
guardarse contra los falsos maestros y engañadores que contaminan la palabra de
Dios con falsedades que surgen de las imaginaciones de sus propios corazones.
La comparación de las enseñanzas gnósticas
con el núcleo de la doctrina del Nuevo Testamento muestra las diferencias con
toda claridad. El Nuevo Testamento presenta una sobresaliente coherencia de
doctrina, aunque fue escrito por hombres procedentes de trasfondos diferentes
(pescadores, eruditos judíos, un médico, un recaudador de impuestos, y más),
mientras que el «Evangelio de Judas» es una polémica gnóstica evidente
disfrazada de narración histórica. Es uno de los muchos falsos «evangelios» que
surgieron en los siglos segundo y tercero. Naturalmente, un escrito fraudulento
podría conseguir más difusión si se podía hacer pasar como escrito por María,
Judas, Pedro, Tomás, Bernabé u otros (actualmente) famosos personajes. (Este
fraude en particular fue puesto en circulación por los Cainitas, una secta
gnóstica dedicada a ensalzar a los malvados de la Biblia.) Ninguno de estos
escritos espúreos tuvo la amplia aceptación de los textos del Nuevo Testamento,
y muchos de ellos fueron abiertamente denunciados como heréticos por ancianos locales
y por escritores cristianos. Es fácil ver por qué: contenían ideas
disparatadas, o doctrinas que contradecían claramente a las Escrituras. El
«Evangelio de Judas» cae dentro de esta categoría. Quizá algunas copias fueron
destruidas, pero lo más probable es que no fuese copiado ampliamente porque se
sabía que era fraudulento. La copia descubierta es de alrededor del 300 d.C.
Ireneo sabía de este «evangelio» en el 180 y lo condenó en su obra Contra Herejías (observemos que esta
condena tuvo lugar mucho antes de la existencia de ninguna iglesia centralizada
o de concilios oficiales), aunque se desconoce su fecha original de redacción.
Ningún académico bien documentado cree que tenga ninguna relación real con
Judas. Aunque todos los nuevos hallazgos arqueológicos son interesantes y
dignos de estudio, un libro como el «Evangelio de Judas», una traducción de una
obra anterior, de dudosa antigüedad y fraudulenta, no debería ponerse a la par
con los manuscritos del Nuevo Testamento, fiables y verificados.
Por
estas razones, ¿no es cosa extraña que los medios de comunicación se dediquen a
difundir teorías conspiratorias de que la iglesia primitiva intentó encubrir
estos textos? Solo es necesario leer el Nuevo Testamento, especialmente las
fuentes aceptadas como más primitivas y genuinas por parte de todos los
historiadores de prestigio, y las diferencias quedan claras. ¿Qué tiene que ver
la paja con el oro? Sin embargo, National
Geographic y otros medios de comunicación parecen fuera de sí en su intento
de arrojar dudas sobre las enseñanzas de Jesús. Esto no es erudición; esto es
activismo sectario.
Ilustremos esto con un caso hipotético
moderno. Supongamos que Tom Clancy escribiese una biografía secreta de George
Washington y la atribuyese falsamente a Benedict Arnold, el contemporáneo de
George Washington que lo traicionó pasándose a los ingleses. (Supongamos que Clancy
puede mantener su anonimato de alguna forma.) Unas cuantas copias circulan pero
los eruditos rechazan la obra como fraude indigno de ninguna consideración
seria. El libro es un fracaso; se venden pocas copias, pero llega a ser
bien conocido a causa de reseñas bibliográficas, mayormente negativas. Pasan
mil años, y algún arqueólogo encuentra una traducción alemana del libro de Clancy.
Durante todo este largo período de tiempo, los historiadores han poseído
abudantes fuentes primarias y biografías acreditadas de George Washington. Y
han oído acerca del libro de Clancy solo por reseñas que lo denunciaban. Ahora
aparece la versión alemana, y es traducida. La datación radiocarbónica la sitúa
a unos 200 años después de la vida de Washington. Los eruditos leen las
palabras del ahora olvidado Tom Clancy haciéndose pasar por Benedict Arnold, el
confidente de Washington transformado en traidor, con las que cuenta nuevos
secretos acerca del padre de los Estados Unidos. Entre otras revelaciones
sorprendentes, «Arnold» manifiesta que solo se pasó a los ingleses porque
Washington se lo pidió.
¿Tendría sentido dar a un libro así un
peso igual o mayor que a biografías acreditadas que se remontan a la época del
mismo Washington? Naturalmente que no. Algo así causaría sonrojo hasta al National Geographic.
Entonces, ¿a qué
viene toda la orquestación del «Evangelio de Judas»
y de otros escritos
fraudulentos que fueron conocidos y rechazados por los herederos de los
verdaderos apóstoles, que conocieron y refutaron a las sectas
heréticas que
hacían circular estas enseñanzas? ¿Qué
sucedería si se descubriesen nuevos
escritos de dirigentes de sectas aberrantes como David Koresh o de Jim
Jones?
Probablemente, captarían el interés de algunos
historiadores, que se
beneficiarán de aprender detalles acerca de las creencias que
llevaron a los
adeptos de estas sectas a actuar como actuaron. Pero para los
cristianos es más provechoso centrarse en las verdaderas
Escrituras que dedicar un tiempo excesivo en estas cuestiones. La luz
es más satisfactoria que las tinieblas.
Si el National Geographic, el New York Times y la prensa popular tienen
una guerra contra los cristianos, y si mantienen un programa político y social
abiertamente contrario a los principios del Nuevo Testamento, que lo digan; es
su derecho en una sociedad abierta (siempre que para ello no reciban fondos
públicos). Pero en todo caso, más les valdría encarar bien los datos y seguir la
evidencia en lugar de dejarse llevar por sus deseos a falsas conclusiones.
Descubrimiento del «pezópodo» — un «eslabón perdido»—: Los medios se desmelenan
06/04/2006
Fuente: Creation·Evolution Headlines
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Traducción y adaptación: Santiago Escuain — © SEDIN 2006 - http://www.sedin.org/
Los evolucionistas parecen muy aliviados. Precisamente
cuando el sentimiento antievolucionista está en ascenso, se
anuncia un nuevo fósil que da a los proevolucionistas un
eslabón perdido que colgar de la caña de pescar. Neil
Shubin (Universidad de Chicago) y dos socios han descubierto un
fósil de un «pez tetrapoide» en una isla del
Canadá, y que ayuda a cubrir una de las más
enigmáticas transiciones en el registro fósil: la
evolución de un pez a un animal terrestre.
Por el entusiasmo de los medios de comunicación
acerca de este hallazgo, que algunos evolucionistas están
poniendo al par del Archaeopteryx
en importancia, se ha acabado la discusión, y el evolucionismo
gana. Los creacionistas se han estado quejando de las discontinuidades
en el registro fósil, y ahí tenemos —dicen ellos— un
ejemplo perfecto de una forma de transición. Aquí citamos
algunas de las afirmaciones que se vierten acerca del Tiktaalik roseae, un nuevo icono de la evolución (los énfasis que aparecen en todas las citas son nuestros):
- EurekAlert: un «marcador clave en la transición evolutiva de peces a animales con extremidades».
- News@Nature: este es «el pez que se arrastró fuera del agua» – un verdadero “eslabón perdido” que «ayuda a cubrir un vacío en nuestro entendimiento de cómo los peces desarrollaron patas para su movilidad sobre la tierra, antes de evolucionar finalmente a animales modernos incluyendo a la humanidad».
- BBC News:
«Los animales fósiles descubiertos en el ártico canadiense proporcionan una instantánea de peces evolucionando a animales terrestres ... lo que da a los investigadores un fascinante atisbo de esta etapa clave en la evolución de la vida sobre la Tierra» ... Podría «llegar a ser un “icono de la evolución” del calibre del Archaeopteryx – animal que se cree que marca la transición de reptiles a aves».
- Scientific
American: «Fósil de Terranova resulta Transicional entre Peces y Animales Terrestres».
- New
Scientist: «ESTE FUE uno de los acontecimientos más importantes de los últimos 400 millones de años: el momento en que nuestros antepasados los peces comenzaron a arrastrarse sobre la tierra seca. Ahora se ha encontrado un fósil perteneciente al mismo comienzo de aquella crítica transición en el remoto Ártico».
Neil Shubin lo llama «un “pecépodo”: en parte pez, en parte tetrápodo».
- AP, vía MSNBC: «Unos científicos han atrapado un pez fósil en el acto de adaptarse hacia la vida en la tierra,
descubrimiento éste que arroja una nueva luz sobre una de las
más grandes transformaciones en la historia de los animales. Los
investigadores han sabido por mucho tiempo que los peces evolucionaron
hasta producir las primeras criaturas sobre la tierra con cuatro patas
y con columna vertebral hace más de 365 millones de años,
pero tenían bien poca evidencia fósil para documentar
cómo había sucedido. ... “Viene a borrar la
distinción entre los peces y los animales terrestres”, dijo uno
de sus descubridores, el paleontólogo Neil Shubin of the
University of Chicago».
- National
Geographic: «Es nuestro primo pez más cercano, dicen los científicos. Parece que hace milliones de años levantó su cabeza cocodriloide fuera del agua—y el resto es historia».
- LiveScience: «Una Bestezuela Entre Pez y Terrestre Cubre el Vacío Evolutivo».
La impresión que uno recibe con claridad es que consideran que
se trata de un fósil importante. Ahora que ha pasado el desfile,
quizá será un buen momento para examinar los
artículos científicos originales y ver exactamente
qué es lo que se ha dicho. Ha alcanzado la portada de la revista
Nature,
y en su interior había dos artículos del equipo de
Shubin, junto con una reseña de Jennifer Clack, una
investigadora pionera en los orígenes de los tetrápodos.
En los artículos de revistas académicas, donde los
científicos hablan entre sí, se espera de ellos que sean
más formales, más reservados y más cautos acerca
de las interpretaciones. Veamos.
La investigación fue presentada primero a Nature
en octubre, pero fue publicada hoy. Que los medios de
comunicación de masas estuviesen bien preparados, incluyendo
elaboradas ilustraciones gráficas, entrevistas y frases
contundentes es evidencia de que muy probablemente hubo comunicaciones
con suficiente plazo para causar sensación pública.
Aunque está claro que los autores creen
que se trata de una forma de transición evolutiva, las
declaraciones más interesantes que aparecen en los
artículos de revistas científicas son por lo general las
acotaciones y los condicionantes. Sobre todo, los datos de de
observación deben siempre tener precedencia sobre las
interpretaciones.
En el primer artículo de Daeschler, Shubin y Jenkins, 1 comienzan así: «La relación de los vertebrados con extremidades (tetrápodos) con el pez con aletas lobuladas (sarcopterigios) está bien establecida, pero el origen de los principales rasgos tetrápodos ha permanecido oscuro debido a la ausencia de fósiles que documenten la secuencia de cambios evolutivos». Esto suena extraño. Suena a algo como, Sabemos que es verdad, sencillamente nos falta la evidencia.
Informamos aquí del
descubrimiento de una especie bien preservada de un pez sarcopterigio
fósil del Devónico Superior del Ártico canadiense que representa una forma intermedia entre los peces con aletas y los tetrápodos con extremidades,
y que proporciona unos singulares atisbos acerca de cómo y en
qué orden surgieron unos importantes rasgos de los
tetrápodos. Aunque las escamas sobre el cuerpo, los rayos de las
aletas, la mandíbula y el paladar son comparables a los de los
sarcopterigios más primitivos, la nueva especie tiene
también una bóveda craneana acortada, una región
auditiva modificada, un cuello móvil, una articulación
funcional de la muñeca, y otros rasgos que presagian condiciones tetrápodas. Las características morfológicas y el marco geológico de este nuevo animal sugieren una vida en un hábitat de aguas someras, marginales y subaéreas.
Hasta ahora suena como la prensa popular; pasemos ahora a los detalles.
Admiten ellos que «la evolución de los tetrápodos a
partir de los peces sarcopterigios es una de las más principales
transformaciones en la historia de la vida e involucró numerosas innovaciones estructurales y funcionales, incluyendo nuevos modos de locomoción, respiración y sentido del oído».
En otras palabras, que tuvieron que darse muchos cambios sustanciales a
la vez en un animal para que pasase de respirar mediante branquias a la
respiración pulmonar, y a desarrollar patas que pudieran
sustentar el peso, desarrollando dedos y tobillos y extremidades y
aprender a usar todo esto, y mucho más:
Durante el origen de los tetrápodos en el Devónico superior (385 – 359), las proporciones del cráneo quedaron remodeladas [sic;
aquí se implica un designio inteligente], se perdió la
serie de huesos conectando la cabeza con el hombro, y se
modificó la región que iba a convertirse en el oído medio [sic; implicación de progreso]. A la vez, evolucionaron unas robustas extremidades con dedos,
se alteraron el cinturón escapular y el pélvico, se
expandieron las costillas, y se desarrollaron las conexiones
óseas entre las vértebras.
Dicen que pocas de estas innovaciones se ven en los parientes más cercanos de los tetrápodos. Hacen referencia al Panderichthys, Acanthostega and Ichthyostega, que se han tratado en otros lugares (véase en los siguientes enlaces: 04/05/2004 y 08/09/2003,
«La evolución del pez de Darwin».). Pero es
sorprendente que los desechan como fragmentarios y de dudosa utilidad.
Esto incluye el anterior candidato principal:
El Panderichthys posee relativamente solo unas pocas sinapomorfías tetrápodas [rasgos convergentes], y proporciona solo unas indicaciones parciales acerca del origen de rasgos principales del cráneo, de las extremidades y del esqueleto axual de los tetrápodos primitivos. A la vista del vacío morfológico entre los peces elpistostegas y los tetrápodos, el marco filogenético para el grupo hermano inmediato de los tetrápodos ha permanecido incompleto
y nuestra comprensión de las principales transformaciones
anatómicas en la transición de pez a tetrápodo ha permanecido limitada.
El descrédito que se arroja sobre los anteriores candidatos a eslabones perdidos es el
preludio para la presentación del nuevo fósil, que
«potencia de forma significativa nuestro conocimiento de la
transición de pez a tetrápodo». (Esto
debería tomarse con un grano de sal, al considerar las
pretensiones similares que se hicieron anteriormente acerca del Panderichthys.) Luego, siguiendo adelante, colocan a Tiktaalik en algún lugar entre el Panderichthys
y los tetrápodos. El artículo proporciona los datos de
ritual para una nueva especie: el lugar de descubrimiento, la
taxonomía, la nomenclatura, la descripción del
fósil, fotografías, dibujos, etc. La cabeza estaba
singularmente bien preservada, y se encontraron tres
especímenes. Pero la designación y clasificación
de una especie extinta da a los descubridores una cierta flexibilidad
para situarla en el supuesto marco evolutivo.
Sigue una descripción técnica de las
partes. En comparación con los fósiles conocidos antes, Tiktaalik
tiene un esto mayor y un aquello más pequeño, etc. Las
comparaciones de cráneos dispuestos juntos no parecen tan
informativas, especialmente cuando están ausentes los tejidos
blandos y no hay videos de cómo realmente vivía este ser.
Se tiene que considerar, a modo de ejemplo, que durante mucho tiempo se
consideró al Celacanto
como una forma de transición debido a sus aletas óseas,
pero cuando fue descubierto vivo se constató que no las empleaba
para andar ni para erguirse en manera alguna.
Sin partes blandas como branquias y órganos, y sin
ejemplos vivos, la interpretación de las partes óseas es,
en el mejor de los casos, un ejercicio subjetivo de conjeturas.
Finalmente, pasan a la posición filogenética del Tiktaalik. ¿Qué rasgos los llevan a decidir que estos especímenes son formas de transición?
Un análisis filogenético de los peces sarcopterigios y de los tetrápodos primitivos (Fig. 7) respalda la hipótesis de que el Tiktaalik es el grupo hermano de los tetrápodos o que comparte esta posición con el Elpistostega. El Tiktaalik retiene rasgos primitivos tetrapodomorfos como la cubierta de escamas dorsal, aletas apareadas con radios óseos, una mandíbula generalizada [sic], y entopterigoides separados en el paladar, pero poseen también diversos rasgos derivados
[sic] del cráneo, del cinturón pectoral y aletas, y de
las costillas, que comparten con tetrapodos troncales como el Acanthostega y el Ichthyostega. El Tiktaalik es semejante a estas formas en su posesión de un amplio tracto espiracular y en la pérdida del opercular, subopercular y extraescapulares. El cinturón pectoral es derivado [sic] en el grado en que el escapulocoracoide está expandido en sentido dorsal y ventral, y en el grado en el que la fosa glenoide está orientada lateralmente. La aleta pectoral es apomorfa [es decir, derivada, más desarrollada] en el desarrollo del endoesqueleto distal, la movilidad de las regiones segmentadas de la aleta, y la reducción distal de los radios óseos de la aleta.
En resumen, creen que Panderichthys, Elpistostega y Tiktaalik
representan un conjunto «parafilético [parcialmente
evolucionado] de peces espistostegelianos siguiendo el tronco
tetrápodo carente de las aletas dorsales anteriores y que posee
cráneos amplios y comprimidos en sentido dorsoventral con ojos
situados dorsalmente, huesos frontales apareados, orificios nasales
marginales, y una boca subterminal». Sin embargo, « algunos rasgos tetrápodos evolucionaron de forma independiente en otros grupos sarcopterigios»,
a la vez que otros dos fósiles parecen exhibir rasgos
compartidos con tetrápodos basales debido a evolución
convergente (homoplasia).
Esto es fundamentalmente lo que se difunde en el anuncio primordial. Su segundo artículo 2
trata de la aleta pectoral del Tiktaalik,
que según ellos es «transicional tanto en lo
morfológico como en lo funcional entre una aleta y una
extremidad [de un tetrápodo]». Creen que las aletas
frontales permitían a este ser izarse y arrastrar la cola
detrás de él. Pero la «muñeca»
carecía de los cinco dígitos (dedos), y representa un
«mosaico» de rasgos que se encuentran en grupos de
clasificación más «basales». Aunque los
huesos adicionales de la «muñeca» extendidos
distalmente son nuevos rasgos de este fósil, la presencia de
cinco dígitos se infiere en su diagrama mediante líneas
de puntos. Al no existir representantes vivos, tampoco pueden decir de
cierto qué uso tenían los huesos de la aleta.
A la vez que admiten que la transición desde el agua a la tierra exigiría « cambios fundamentales en la genética del desarrollo, la estructura esqueletal y la biomecánica»,
el aspecto más diagnóstico de la aleta es el
ángulo del pretendido homólogo de la
«muñeca», aunque no hay evidencia de que
evolucionasen posteriormente ningunos verdaderos dígitos para
locomoción en base a los huesos de la aleta de este animal. Pero
basados en que hubiera podido ser así, los periodistas estaban probablemente más abiertos a esta confiada conclusión:
El esqueleto pectoral del Tiktaalik es transicional entre la aleta del pez y la extremidad del tetrápodo.
La comparación de la aleta con las de peces relacionados revela
que el manus [la mano] no constituye una novedad absoluta de los
tetrápodos, sino que fue desarrollándose en los peces en el curso del tiempo evolutivo para afrontar los diversos retos de la vida en los márgenes de los ecosistemas acuáticos del Devónico.
Ahora bien, ¿qué piensan otros expertos? En este mismo número, 3
Erik Ahlberg y Jennifer
Clack publican su análisis. No se sabe si Clack, que ha estado
al frente de las investigaciones acerca de la evolución de los
tetrápodos, quedó superada por este descubrimiento, o si
estuvieron involucrados algunos sentimientos personales o alguna
rivalidad. Sin embargo, en compañía de Ahlberg, puso un
cierto freno a las interpretaciones, aunque reconoce la importancia del
hallazgo. Primero, da un pequeño sermón acerca de los
eslabones perdidos:
El concepto de «eslabones perdidos» tiene un poderoso atractivo sobre la imaginación: los infrecuentes fósiles de transición que aparentemente capturan los orígenes de importantes grupos de organismos son singularmente evocadores. Pero este concepto ha llegado a quedar cargado con nociones infundadas de “progreso” evolutivo y con un énfasis erróneo sobre el fósil intermedio solitario como la clave para la comprensión
de las transiciones evolutivas. Mucha de la importancia de los
fósiles de transición reside en realidad en cómo
se parecen y difieren de sus vecinos más cercanos en el
árbol filogenético, y en la imagen de cambio que emerge
de este patrón.
Suscitamos estas cuestiones debido a que en las páginas 757 y 764 de este número aparecen informes precisamente de un intermedio de esta clase: el Tiktaalik roseae, un eslabón entre los peces y los vertebrados terrestres que pudiera llegar a ser, con el tiempo, un icono de la evolución en la línea de la protoave [sic] Archaeopteryx.
Aunque este fósil ayuda «en mucho» a cubrir el
vacío, no lo logra del todo, dicen ellos. Su paralelo más
cercano es el Elpistostega, un fósil fragmentario que se cree que está más cerca de los tetrápodos que el Panderichthys. Admiten que «los autores demuestran de forma convincente que el Elpistostege y el Tiktaalik quedan entre el Panderichthys
y los más tempranos tetrápodos en el árbol
filogenético». ¿Es esto el final de la historia?
Aunque parecen impresionados, suscitan algunos interrogantes. Sobre los huesos de las aletas, dicen:
Aunque estos pequeños huesos distales tienen un cierto parecido con los dígitos de los tetrápodos en términos de su función y alcance de movimiento, siguen siendo en gran manera los componentes de una aleta. Y sigue habiendo un gran vacío morfológico entre ellos y los dígitos tal como aparecen, por ejemplo, en el Acanthostega: si los dígitos evolucionaron a partir de estos huesos distales, el proceso tuvo que haber involucrado una considerable modificación del patrón de desarrollo. La implicación es que la función cambió por adelantado de la morfología.
Aunque cada fósil parece representar un mosaico de
características en lugar de una línea recta evolutiva,
ambos están dispuestos a aceptar que este ser era « evidentemente un paso real en el camino que va del agua a la tierra», y que «parece que nuestros remotos antepasados [sic] fueron unos peces grandes, planos, predadores, con cabezas cocodriloides y unas fuertes aletas pectorales como extremidades
que les posibilitaban arrastrarse fuera del agua». Sin embargo,
este es solo un espécimen, y se necesitan muchos más.
Este ser tiene que verse en su contexto. Quizá las formas de
transición más importantes se encuentren en el futuro:
Naturalmente, siguen habiendo vacíos fundamentales en el registro fósil. En particular casi no tenemos ninguna información acerca del paso entre el Tiktaalik y los más primitivos tetrápodos, cuando la anatomía
sufrió los cambios más drásticos, o acerca de lo
que sucedió en el siguiente período Carbonífero
Inferior, después del fin del Devónico, cuando los
tetrápodos se convirtieron en totalmente terrestres. Pero
sigue habiendo grandes áreas de depósitos inexplorados
del Devónico Superior y del Carboníferio Inferior en el
mundo – el descubrimiento del Tiktaalik da esperanza de hallazgos venideros de igual trascendencia.
1Daeschler et al., “A Devonian tetrapod-like fish and the evolution of the tetrapod body plan,”
Nature
440, 757-763 (6 April 2006) | doi:10.1038/nature04639; Received 11 October 2005; ; Accepted 8 February 2006.
2Shubin et al., “The pectoral fin of Tiktaalik roseae and the origin of the tetrapod limb,”
Nature
440, 764-771 (6 April 2006) | doi:10.1038/nature04637; Received 11 October 2005; ; Accepted 8 February 2006.
3Per Erik Ahlberg and Jennifer A. Clack, “Palaeontology: A firm step from water to land,”
Nature
440, 747-749 (6 April 2006) | doi:10.1038/440747a.
Los principales medios de
comunicación no han dado todos estos detalles. No se lee acerca
de los descubridores acotando sus apuestas y admitiendo que este
fósil es solo una pequeña pieza de un enorme rompecabezas
que en su mayor parte sigue sin ser comprendido. No se ha oído a
la AP (Asociación de Propagandistas) decir la verdad de que el
registro fósil está caracterizado por unos vacíos
grandes y sistemáticos entre los grupos, no por formas de
transición aisladas y cuestionables. No, se tiene bombo y
platillo y exageraciones desorbitadas, donde los verdaderos huesos eran
solo un medio para el gran fin de hacer que la tesis darwinista no
parezca tan difunta como está. Y en todo esto, la
explicación del origen de toda la información
genética necesaria para una transición como está
queda totalmente arrinconada; y, naturalmente, no se ha permitido ni un
solo paleontólogo creíble no darwinista diga una sola
palabra en medio de todo el fragor de la propaganda darwinista. Si el
lector se indignó en la otra ocasión
(04/05/2004), es hora de volver a indignarse – y por las mismas razones.
Escribe un lector: «Queridos redactores... El
artículo del 6 de abril de 2006 acerca del
«Pezópodo» descubierto en Canadá es una gran
noticia. ... Ahora sabemos de donde vinieron todos los peces gato, los bagres
caminantes de los lagos de Orlando, Florida. ... Estos se precipitan
literalmente por la autopista interestatal, ¡y los atropellan los
autos! Los PEZÓPODOS no son nada nuevo, ¡los hemos estado
aplastando desde hace años!»
Enlaces en inglés:
Fossils •
Marine Life •
Terrestrial Zoology •
Evolution
Fuente: Creation Safaris - Creation/Evolution Headlines
© Creation Safaris, 2000
Traducción del inglés: Santiago
Escuain
© SEDIN 2006, Publicado con permiso.
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