SEDIN
Servicio Evangélico de Documentación e Información
línea sobre línea

||||||||||   Apartado 2002 - 08200 SABADELL (Barcelona) ESPAÑA | SPAIN   ||||||||



LA ESPERANZA ACTUAL
DE LA IGLESIA

LA ESPERANZA ACTUAL DE LA IGLESIA
Y PROFECÍAS QUE ESTABLECEN LA VERDAD
DEL REGRESO PERSONAL DEL SALVADOR
*  *  *  *
Once Conferencias pronunciadas en 1840 en la ciudad de Ginebra por

John Nelson Darby


DÉCIMA CONFERENCIA

(Isaías 1)

La restauración y
bendición terrenal dadas
a Israel

Algunos pasajes de la Escritura acerca del destino de los judíos, que no pude citar en nuestra última conferencia, especialmente algunos que se encuentran en los Profetas Menores, servirán para poner fin a la profecía histórica que trata de este pueblo; y digo histórica porque la profecía es la historia que nos da Dios acerca del futuro.

Quisiera recordaros de nuevo una circunstancia de gran importancia al hablar de los judíos; se trata de que su historia es especialmente la manifestación de la gloria del Señor. Si nos preguntáramos, ¿qué interés tiene esta historia para nosotros?, estaríamos con ello diciendo: ¿De qué sirve que sepa lo que mi Padre está por hacer con mis hermanos, y la manifestación de Su carácter en Sus acciones? Cuando vemos cuánto espacio ocupa este tema dentro de la Palabra de Dios, debemos por ello mismo quedar convencidos de que estas cuestiones son extremadamente importantes para nuestro Dios, si no lo son para nosotros. Es en este pueblo, mediante los caminos de Dios para con ellos, que se revela de manera plena el carácter de Jehová, que las naciones conocerán a Jehová, y que nosotros aprenderemos también a conocerle.

Una misma persona puede ser rey de un país y padre de familia; y ésta es la diferencia entre lo que Dios es para con la Iglesia y para con los judíos. Para con la Iglesia, Él tiene el carácter de Padre; para con los judíos, Él tiene el carácter de Jehová, el Eterno y Fiel. Su fidelidad, inmutabilidad, omnipotencia, gobierno de toda la tierra, todo ello queda revelado en la historia de Israel; es por esto que esta historia nos da a conocer el carácter de Jehová.

Salmo 126: «Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sión, ... entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.»

Veamos el mismo tema, en Ezequiel 39:6, 7: «Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las costas; y sabrán que yo soy Jehová. Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel.»

Versículo 28: «Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos.» Ésta es la manera por la que Jehová se da a conocer. El Padre se revela a nuestras almas por el Evangelio, por el Espíritu de adopción; pero Jehová se da a conocer por Sus juicios, por el ejercicio de Su poder sobre la tierra.

He dicho que el Padre se da a conocer por el Evangelio, por cuanto el Evangelio es un sistema de pura gracia, un sistema que nos enseña a actuar según el principio de la gracia; no se trata ya de «ojo por ojo, diente por diente», que es lo que demanda la justicia, la ley del talión; se trata más bien de un principio según el que debo «ser perfecto, como mi Padre es perfecto». Pero en el gobierno de Jehová no será así. Indudablemente, Jehová bendecirá a las naciones; pero el carácter de Su reinado es que «el juicio será vuelto a la justicia» (Sal 94:15). Cuando tuvo lugar la primera venida de Jesucristo, el juicio estaba en manos de Pilato, y la justicia en Jesús; pero cuando vuelva Jesús, el juicio será vuelto a la justicia. Mientras tanto, el pueblo de Cristo, los hijos de Dios, tienen que seguir el ejemplo del Salvador, esto es, no esperar que el juicio sea según el rigor de la justicia, sino ser apacibles y humildes en medio de todas las injurias que padecen de parte de los hombres. Unidos a Cristo, quedan indemnes ante todos los males por el poder de aquel entrañable amor que los conforta, por las consolaciones que provienen de la presencia de Su Espíritu, y, además, por las esperanzas de una gloria celestial. Por otro lado, Jehová consolará a Su pueblo mediante una acción directa de Su justicia en favor de ellos, restableciéndolo en la gloria terrenal.

Así, los judíos son el pueblo por medio de y en el cual Dios establece Su nombre de Jehová, y Su carácter de juicio y de justicia. En la Iglesia vemos al pueblo en el que, como en Su familia, el Padre manifiesta Su carácter de bondad y de amor. ¿Qué sucederá con los judíos en el tiempo postrero? Esto es lo que ya hemos considerado en Jeremías 30 a 33, y en Ezequiel 36 a 39, donde vemos una serie de promesas y revelaciones acerca de esto.

Profecías de la restauración de Israel

Os citaré algunos otros pasajes acerca de esta misma cuestión, siguiendo el orden de los profetas en la Biblia.

Daniel 12:1 ... Aquí tenemos la presencia de Aquel que actuará en favor del pueblo de Daniel, esto es, el pueblo judío.

Deseo hacer unas observaciones sobre algunos rasgos de esta profecía. Primero, Dios, en Su poder, por el ministerio de Miguel, estará de pie en favor de los hijos del pueblo de Daniel, y será un tiempo de angustia como jamás habrá sido. Esto es lo que nos explica lo que leemos en Mateo 24 y en Marcos 13:19.

La resurrección (v. 2) se aplica a los judíos. Encontraremos exactamente las mismas expresiones en Isaías 26, «Tus muertos vivirán...», y en Ezequiel 37:12. Tenemos una resurrección figurada del pueblo sepultado, como nación, entre los gentiles.

De los que son levantados se dice que algunos «[serán levantados] para vergüenza y confusión perpetua.» Esto es lo que les sucederá a los judíos. De los sacados de entre las naciones, algunos gozarán de la vida eterna, pero otros serán objeto de vergüenza y confusión eterna (Is 66:24). En una palabra, lo que aquí tenemos es, por una parte, que Dios estará en pie por Su pueblo durante un tiempo de angustia; por otra parte, tenemos la liberación de un residuo. Éste es el resumen del capítulo 12 de Daniel.

En Oseas 2:14, y hasta el final del capítulo, vemos que el Señor recibirá a Israel, introduciéndolo en su país, tras haberlo humillado, pero también tras haber hablado a su corazón; que transformará a la nación tal como era en los tiempos de su juventud; que Jehová hará pacto con ella, la bendecirá en todas maneras en esta tierra, y la desposará consigo. Y, además, hay una cadena ininterrumpida de bendiciones, desde Jehová mismo hasta los bienes terrenales derramados en abundancia sobre Israel, que es simiente de Dios (este es el significado del término Jezreel); es por esto que añade: «Y la sembraré para mí en la tierra.» Porque Israel vendrá a ser el instrumento de bendición para la tierra, como vida entre los muertos. Ahora todo está estorbado por el pecado; las maldades espirituales están en lugares celestiales, y hay todo tipo de desgracia, todo ello acompañado indudablemente de muchas bendiciones, fruto de las misericordias de Dios. Dios hace que todas las cosas obren para bien para los que le aman; pero en aquel tiempo habrá plenitud de bendiciones terrenales.

Oseas 3:4, 5: «Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.» No tendrán ni verdadero Dios ni falsos dioses; pero, después de esto, buscarán a Jehová y a David, esto es, al Bienamado: a Cristo.

Joel 3:16-18, 20, 21. Después de haber hablado de las naciones cuando Su pueblo regrese de su cautividad (vv. 1-15), en unos versículos que tratan del juicio ejecutado sobre los gentiles, Dios nos habla en este pasaje de los judíos. Jerusalén será purificada; Jehová morará en Sión; él será el refugio de Su pueblo y la fortaleza de los hijos de Israel. Esto es lo que sucederá cuando el juicio de Dios caiga sobre las naciones.

Amós 9:14, 15: «Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra». Esto todavía no ha sido cumplido.

Lo que precede a estos versículos se cita en el capítulo 15 de Hechos, no para demostrar que la profecía fue cumplida en aquel entonces, sino que Dios había siempre determinado sacar para Sí un pueblo de entre los gentiles. Es decir, que el lenguaje de los profetas concordaba con lo que Simón Pedro había relatado acerca de lo que Dios había hecho entonces. No es el cumplimiento de una profecía, sino el establecimiento de un principio, por boca de los profetas y por medio de Simón Pedro.

Miqueas 4:1-8. Esto todavía no se ha cumplido tampoco. Vemos aquí una topografía de Jerusalén, y la restauración de su primer dominio.

Miqueas 5:4, 7 y 8. El nombre de Cristo será engrandecido hasta los fines de la tierra; Israel es la lluvia de la bendición divina por todo lugar, y vencedor en todo lo que se le opone.

Con respecto a Miqueas, es digno de señalar, recordando el principio ya establecido, la manera en que el espíritu de la profecía menciona (7:19, 20) las promesas hechas incondicionalmente a los padres.

Sofonías 3:12, hasta el final. ¡Qué lenguaje encontramos aquí! Se dice que Dios «callará de amor». Está emocionado hasta tal punto que «calla». Y ¿quiénes son el objeto de Su amor? Veamos el versículo 13: «El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.» Jehová está en medio de ellos, y nadie podrá atemorizarlos.

Zacarías 1:15, 17-21. Vemos aquí también las cuatro monarquías, que han dispersado a Israel, disipadas ellas mismas por el poder y los juicios de Dios.

Zacarías 9:9, hasta el final: «Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti...».

Se puede decir que esto ya se ha cumplido, pero sólo en parte. Se debe destacar que cuando el Espíritu Santo cita este pasaje de Zacarías (Jn 12;15), omite estas palabras: « justo y salvador [salvo él, margen; BAS, dotado de salvación]». Jesús, efectivamente, no tuvo cuidado de Sí mismo. Cuando le estaban diciendo, ridiculizándole: «Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz», no hizo nada; no se sustrajo al padecimiento; en lugar de vindicarse a Sí mismo, vino a ser nuestro garante.

Zacarías 10:6 y hasta el final. ¿Cuando ha sido que Israel ha sido como si el Señor no los hubiera desechado? Aún no se ha cumplido.

Sólo un remanente será preservado

Pasemos ahora a ver que el pueblo de Israel será restaurado a su tierra, pero que sólo un remanente será preservado.

Zacarías 12. El versículo 2 menciona un tiempo de guerra, de todas las naciones contra Israel; pero Dios fortalecerá extraordinariamente a Israel, y las naciones serán destruidas, y será derramado espíritu de gracia y de oración sobre el residuo de Israel, que contemplará transido de dolor al Mesías que traspasaron.

Paso a Isaías 18, donde la profecía presenta algunas dificultades en cuanto a la traducción; pero su gran objeto es demasiado evidente para poder ser oscurecido por ninguna traducción. Los ríos de Cus son el Nilo y el Éufrates. Los enemigos de Israel estaban, dentro del período bíblico de su historia, junto a estos dos ríos. En esta profecía se hace un llamamiento a un país más allá de estos ríos, un país alejado que no estaba aún en relación con Israel en el tiempo de la profecía; así, el profeta tiene a la vista un país que tenía que existir más tarde.

Versículo 3. Dios llama a todos los moradores de la tierra habitable a que tomen conocimiento de lo que va a acontecer. Todas las naciones se ocupan de Israel; son llamadas, de parte de Dios, a que den atención a lo que sucede con respecto a Jerusalén; todas se encuentran interesadas en la suerte de esta ciudad; el mundo es invitado a asistir a los juicios que tendrán lugar. Mientras espera, Dios descansa y deja hacer a las naciones (v. 4). Israel comienza a volver a su tierra.

Ésta es una descripción de Israel regresando a Judea ayudada por alguna nación alejada de este pueblo, y que no es ni Babilonia ni Egipto, ni otras naciones que se ocupaban de Israel en tiempos antiguos. No digo que sea Inglaterra, ni Francia ni Rusia. Los israelias vuelven a su país, pero Dios no se ocupa de ello; Israel está abandonada a las naciones; y cuando todo anuncia que va a florecer y a prosperar de nuevo, sucede que las ramas son podadas, cortadas y quitadas, todo el verano y todo el invierno, dejados para las aves de los montes y las bestias de la tierra, designaciones todas ellas de los gentiles. Sin embargo, en este tiempo será llevado a Jehová un presente de este pueblo, y de parte de este pueblo, a la morada de Jehová de los ejércitos, en el monte de Sión.

El regreso de las dos tribus y de las diez tribus

Salmo 126:4: «Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová.» Sión y Judá serán los primeros en regresar. Los cautivos de Sión ya habrán vuelto cuando esta oración sea ofrecida a Dios (v. 1), pero serán sólo la prenda de lo que Dios hará restaurando a todo Israel.

Debo decir unas palabras acerca de esta dispersión de Israel y de Judá y de su restauración. Los primeros en ser devueltos a la tierra son los judíos, que rechazaron a Jesús, que son culpables de la muerte de Jesús. Sabéis que las diez tribus como tales nunca se hicieron culpables de este crimen. Hay una diferencia notable dentro de la nación: las diez tribus fueron dispersadas antes de la aparición de las cuatro monarquías; fueron los asirios los que llevaron a las diez tribus al cautiverio, antes que Babilonia existiera como imperio. Wolf nos habla de una circunstancia acerca de un grupo judío, que vive en medio de los árabes, y que él ha visitado recientemente. Estos judíos se denominan descendientes de un grupo que no quiso volver a Judea con Esdras, porque sabía que los que volverían con Esdras darían muerte al Mesías, y se quedaron donde estaban. Tanto si esta tradición es falsa como si es verdadera, su misma existencia es digna de mención. Una cosa es segura, que los judíos, habiendo rechazado a Cristo, serán sujetados al Anticristo, y concertarán un pacto con el Seol y la muerte (Is 28), pero su pacto destruirá todas sus esperanzas. Unidos al Anticristo, sufrirán las consecuencias de este pacto, y al final serán destruidos. Dos terceras partes de los moradores de todo el país serán cortadas; ello dentro del mismo país de Israel, después de su regreso (Zac 13:8, 9).

Si leéis Ezequiel 20:32-38, veréis que es muy diferente el caso de las otras diez tribus. En lugar de dos terceras partes destruidas en el país, los rebeldes no entran en absoluto en la tierra. Dios hace con ellos lo que hizo con Israel tras su salida de Egipto: Los destruye sin que lleguen a ver la tierra.

Así, hay dos categorías de judíos, por así decirlo, en este regreso del pueblo; primero tenemos la nación judía propiamente dicha, es decir, Judá y los que acompañan a Judá en su rechazamiento del verdadero Cristo; se unirán al Anticristo, y dos terceras partes serán destruidas en el país. En segundo lugar, los rebeldes de las diez tribus serán también destruidos, pero en el desierto, antes de entrar en la tierra.

Mateo 23:37-39. Este juicio, que Jesús mismo predijo contra este pueblo, nos hace comprender la certidumbre de la venida del Señor para restaurar Israel y reinar en medio de él. «¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, ... He aquí vuestra casa os es dejada desierta... hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor!»

Israel verá a Jesús, pero sólo cuando esta palabra del Salmo 118:26 salga de su boca. Este Salmo presenta una imagen feliz del gozo de Israel, en aquel tiempo, y es de este mismo Salmo que el Señor pronuncia el juicio que ha de recaer sobre los gobernantes judíos, por haberle rechazado: «La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo.» También de este Salmo procede aquel gozoso saludo que Dios puso en boca de los pequeños que aclamaban al Salvador en el templo, precursores de aquellos que, en el tiempo del que estamos hablando, recibirán corazones de niños, y reconocerán al Señor que sus padres rechazaron. Este Salmo es el que celebra el gozo y la bendición de Israel, que se deben a la fidelidad de Jehová, señalando el pecado de esta nación, por el rechazamiento de la «piedra» que debía constituir el fundamento de Dios en Sión, pero que, por la infidelidad de esta nación, vino a ser piedra de tropiezo y de juicio.

Además de estas dos clases de israelitas que volverán bajo la conducción providencial de Dios, pero por su propia voluntad, el Señor reunirá de entre los gentiles, después de Su aparición, a los elegidos de la nación judía que todavía estarán entre ellos, y este regreso irá acompañado de grandes bendiciones (véase Mt 24:31; cp. Is 27:12, 13; 11:10-12).

Quiero añadir aquí dos principios muy sencillos y claros, que distinguen a todas las bendiciones anteriores (como, por ejemplo, el regreso de Babilonia) del cumplimiento de las profecías que acabamos de examinar:

Estos dos principios son:

  1. Que las bendiciones se desprenden de la presencia de Cristo, hijo de David;
  2. Que son consecuencia del nuevo pacto.

Ni la primera ni la segunda de estas condiciones se cumplió al regreso de Babilonia, ni hasta el día de hoy.

El Evangelio no trata de las bendiciones terrenales de los judíos, que es el tema de estas profecías.


 De vuelta al índice general

 De vuelta a la página principal

 



Traducido de la quinta edición francesa
por
Santiago Escuain

Publicado por

Verdades Bíblicas

Apartado 1469
LIMA 100 - PERÚ


Casilla 1360
COCHABAMBA - BOLIVIA

P.O. Box 649
ADDISON, IL 60101 EE. UU



© Copyright SEDIN 1999 para la presentación electrónica. Se concede permiso para la reproducción de este artículo bajo la condición de mantener su total integridad, incluyendo esta nota de copyright y su permiso, y las direcciones de la editorial Verdades Bíblicas y de SEDIN.

SEDIN
Servicio Evangélico - Documentación - Información
Apartado 2002
08200 SABADELL
(Barcelona) ESPAÑA

Índice:

Índice de boletines

Índice de línea sobre línea

Página principal

Índice general castellano

Libros recomendados

   
orígenes

   
vida cristiana

   
bibliografía general

Coordinadora Creacionista

Museo de Máquinas Moleculares

Temas de actualidad

Documentos en PDF
(clasificados por temas)



Baje este documento en Formato PDF maquetado y listo para su impresión
- pulse aquí.

Senyera catalana
Union Jack
drapeau
Flagge

 

|||  Índice: |||  Índice de boletines  |||  Página principal  |||  Índice general castellano  |||
|||  
General English Index  |||  Coordinadora Creacionista  |||  Museo de Máquinas Moleculares  |||
|||  Libros recomendados  |||  
orígenes  |||  vida cristiana  |||  bibliografía general  |||
|||  
Temas de actualidad  |||  Documentos en PDF (clasificados por temas)  |||


Senyera catalana     Union Jack     drapeau     Flagge