ÍndiceCapítulo
1: El
problema Capítulo
2: El
dualismo
cartesiano: La interacción entre la mente y el
cerebro
Capítulo
5: El
establecimiento de las bases experimentales
Epílogo: Más
allá de
la filosofía
Lecturas recomendadas Acceso al original del libro en inglés -The Mysterious Matter of Mind |
Con un cuidadoso examen de las perspectivas que se han mantenido históricamente sobre la mente y el cerebro, el autor analiza diversas explicaciones que se han ofrecido para explicar el dominio del planteamiento mecanicista. Luego presenta los resultados experimentales de recientes investigaciones que han llevado a algunos de los más renombrados científicos en este campo a la conclusión de que la mente es más que materia, y más que un mero subproducto del cerebro. Tal conclusión proporciona una base para rechazar el punto de vista de que el hombre no es «nada sino» una máquina, sin en modo alguno minimizar las cualidades extraordinarias de la máquina.
LA MISTERIOSA MATERIA DE LA MENTE
ARTHUR C. CUSTANCE
con una respuesta de Lee Edward Travis
Sobre el Autor y el Respondente
ARTHUR C. CUSTANCE (1910—1985) nació y se educó en Inglaterra antes de trasladarse al Canadá en 1928. El Dr. Custance había recibido un doctorado en antropología y una licenciatura en lenguas orientales. Su tesis doctoral se realizó en su fase principal en la Universidad de Toronto. El doctorado le fue concedido por la Universidad de Ottawa después de trasladarse a dicha capital para dirigir los Laboratorios de Ingeniería Humana de la Junta de Investigación para la Defensa de Canadá. Durante sus años allí, el Dr. Custance también completó el curso universitario de fisiología clínica. Su investigación se centró en el problema de la termorregulación de los seres humanos bajo estrés. Sus comunicaciones sobre esta investigación se han publicado en diversas revistas científicas. El Dr. Custance fue autor de una extensa gama de libros incluyendo la colección en 10 volúmenes de los Doorway Papers (Artículos El Pórtico), que cubren una amplia gama de correlaciones entre la ciencia y la fe cristiana. El Dr. Custance fue miembro emérito de la Sociedad Canadiense de Fisiología y miembro del Real Instituto de Antropología.
LEE EDWARD TRAVIS es un psicólogo fisiólogo y pionero en el campo de la patología del habla. Su diplomatura, licenciatura y doctorado son de la Universidad de Iowa, donde llegó a ser director del Departamento de Psicología. Más tarde, en la Universidad de California del Sur, fundó y dirigió la clínica del habla y del oído, estableció el primer laboratorio en Estados Unidos para registrar las ondas cerebrales, fue profesor de psicología y habla, y posteriormente fue Profesor Clínico. En 1965 estableció la Facultad Graduada de Psicología en el Seminario Teológico Fuller, en Pasadena, California, donde es actualmente Decano Emérito y Profesor Distinguido. El Dr. Travis es Miembro Fundador con Honores y ex presidente de la Asociación Americana del Habla y del Oído. Es Diplomado en Psicología Clínica de la Junta Americana de Examinadores en Psicología Profesional. Su libro Speech Pathology, publicado en 1930, fue el primero en este campo. Es autor o director de redacción de cinco libros y un prolífico contribuidor a revistas profesionales.
Acerca de Probe Ministries International
Probe Ministries es una corporación sin ánimo de lucro organizada para proporcionar perspectivas acerca de la integración de las disciplinas académicas y el cristianismo histórico. Los miembros y asociados del equipo Probe están involucrados activamente en investigación así como en enseñanza e interacción en miles de aulas universitarias en Estados Unidos y Canadá acerca de temas y cuestiones de vital importancia para los estudiantes universitarios.
Este libro fue comisionado para el currículum de los libros de la Universidad Cristiana Libre de Probe. Para información adicional:
1900 Firman Drive, Suite 100 Richardson, TX 75081 1(972) 480-0240 1(800)899-PROB
Nota sobre la terminología empleada
Vivimos en una era de especialización. La especialización va generalmente acompañada de una ampliación de los conocimientos, pero esto involucra también unos ciertos obstáculos a la comunicación debido al surgimiento de jergas técnicas que, a la vez que constituyen factores de cohesión dentro de una comunidad académica, sirven a la vez para excluir a aquellos que no están familiarizados con dicha jerga. Palabras que se usan comúnmente (bien o mal) —como mente, voluntad, conciencia, inteligencia— reciben significados especializados que pasan luego a ser inteligibles sólo para aquellos que forman parte del círculo. En los simposios científicos, los participantes adoptan estas jergas y las emplean casi como un idioma extranjero para perplejidad del lego en la materia. La comunicación deja de ser algo universal. Otra consecuencia de esto mismo es que cuando se toman declaraciones dignas de ser citadas de autoridades en diferentes campos a fin de arrojar luz sobre algún tema común, las mismas palabras a veces significan cosas diferentes cuando son empleadas por diferentes autores. Este potencial para los malos entendidos parece prácticamente imposible de evitar cuando se hace cualquier intento de síntesis. El intento de obviar esta dificultad mediante una extensa nota sobre el significado de cada término clave cuando éste aparece sólo servirá para confundir al lector medio, llevándole a suponer que cada autoridad cuyas palabras sean citadas estará a partir de entonces usando sus propios términos en este sentido y solamente en este sentido, lo que en ocasiones puede ser una falsa suposición. Lord Bertrand Russell observó sagazmente una vez: «Para ser perfectamente inteligible se tiene que ser inexacto; para ser perfectamente exacto, ¡se tiene que ser casi ininteligible!» Lo mejor que nadie puede esperar en un pequeño volumen como este, que recurre al testimonio de una disciplina para que de luz sobre la materia de otra disciplina, es que al menos comunique algunas ideas generativas. Al abrir nuevas líneas de pensamiento, podemos contribuir con luz a mentes de mayor precisión que podrán de esta manera llegar a la exacta verdad. Por esto he seguido lo que considero como el sano consejo de dos de los autores de los que he extractado algunas de las ideas más vitales: Sir Karl R. Popper y Sir John C. Eccles. El primero es un filósofo de la ciencia con una reputación internacional como un pensador profundamente creador, y el segundo ha sido durante muchos años uno de los más prestigiosos neurofisiólogos del mundo angloparlante, galardonado con el Premio Nobel. En el prefacio de su obra conjunta de fechas recientes (1977), The Self and Its Brain, escribieron:[1]
Estamos de acuerdo acerca de la importancia de una presentación que se esfuerce en ser clara y simple. Las palabras deberían usarse bien y con cuidado (y desde luego no hemos conseguido esto en todas partes); pero su significado, nos parece, nunca debería pasar a ser un tema de discusión ni se debería permitir que dominase el tratamiento del asunto, como sucede con tanta frecuencia en los escritos filosóficos contemporáneos. ... En lo que estamos interesados no es en el significado de los términos, sino en la verdad de (nuestras) teorías; y esta verdad es fundamentalmente independiente de la terminología que se emplee. ... Lo que sí es importante es no prejuzgar la cuestión debido a la terminología empleada.
En el presente volumen, las fuentes multidisciplinarias de información que es de esperar que atraigan a lectores procedentes de campos diversos, no nos permiten dar definiciones precisas. Un intento así estaría condenado al fracaso a los ojos de expertos en diferentes campos de investigación que inevitablemente estarían en desacuerdo con ellas. Algunos de los términos se han «explicado» de forma circular (como muy breves notas al pie) —esto es, meramente sugiriendo sus antónimos según se emplean en otros lugares. Más allá de esto, hemos de presentar este texto a la indulgencia del lector sofisticado con la esperanza de que el lector más general se sienta tan fascinado y estimulado por las actuales tendencias en la investigación en este importante campo como se ha sentido el presente autor.
[1] Karl R. Popper y John C. Eccles, The Self and Its Brain (Nueva York: Springer-Verlag, 1977), p. viii. (publicado en castellano como El yo y su cerebro, Ed. Labor, Barcelona 1980, 667 pp.).
1980 publicado por Probe Ministries (Texas) con Zondervan Publishing Co. 1997 primera edición en línea en inglés 2001 2ª edición en línea en inglés – corregida y con formato revisado Copyright © 1988 Evelyn White. Todos los derechos reservados Título: La misteriosa materia de
la mente Copyright © 2008 Santiago Escuain para la traducción. Se reservan todos los derechos.
© Copyright 2008, SEDIN -
todos los
derechos reservados. SEDIN-Servicio
Evangélico |
Vuelta
al Índice de EL
PÓRTICO ![]() ![]() ![]() ![]() |
||| General English Index ||| Coordinadora Creacionista ||| Museo de Máquinas Moleculares ||| ||| Libros recomendados ||| orígenes ||| vida cristiana ||| bibliografía general ||| ||| Temas de actualidad ||| Documentos en PDF (clasificados por temas) ||| |